PONIENDO ORDEN

¡Que la muerte nos sorprenda vivos!

Esta frase impregnó al Narrador e inmediatamente se puso a la tarea de poner orden, ¿y en qué consistió esto?...cuando hubo un espacio de silencio no inducido...mirar el contenido total de su memoria psicológica.
Lo primero que surgió fue un conglomerado de situaciones contradictorias, imágenes, palabras, sentimientos. Todo pertenecía a hechos pasados. Vimos que había un factor común, ¿a qué o quién le sucedía todo esto? Esos fragmentos es el yo divisivo. Pido perdón a quienes en mi ignorancia pude haber lastimado. Eso ocurrió en un instante pero para poder contarlo el narrador necesitó tiempo.
No hay olvido, solo el hecho de quitar la carga emocional para que no quieran revivivr en el presente que es su forma de perdurar y repetirse. Ojalá haya sido claro. Un abrazo para todos ustedes.

EL HOMBRE QUE CONOCÍA EL INFINITO

Ayer tuve una tarde especial, dijo el Narrador, ocurrió que al ver un film escucho mencionar a Ramanujan un matemático hindú...

¿Y que tuvo de particular ese momento?

Oh, don X, se disparó un flash retrospectivo, reviví con total claridad el momento ocurrido hace más de cuarenta años...una conversación con el doctor Héctor Viñuela...yo era un joven que no aceptaba afirmaciones que no fueran demostrables y él nombró entonces a Ramanujan para dar un ejemplo de cómo un científico presentaba intrincados teoremas sin presentar las pruebas o demostraciones de cómo había llegado a saber que estaba en lo cierto, y Héctor agregó que la verdad se basta a sí misma teniendo luz propia.

Esa declaración, ¿lo convenció?

No, para nada... mi rebeldía rechazaba todo esto, es más olvidé el nombre de Ramanujan hasta el día de ayer...pero ahora siento distinto y usted lo sabe...aprendí a distinguir Verdad de Realidad.