EL VACÍO EXISTENCIAL

Hoy el Narrador cambió de café, pasó del bar Kafka al Vacío Existencial. Como contradiciendo su nombre, el Vacío estaba lleno de parroquianos 😉
Encontramos una mesa en el sector de los que habían perdido la fe, pero al no tener nosotros cara de apesadumbrados, nos miraron con desconfianza. Se acercó un curioso y preguntó...¿Nuevo por acá? No, hemos estado hace tres años, ¿siguen los mismos dueños?...Sí, pero se los ve poco, como ustedes sabrán llegaron a un arreglo con el bar Kafka, ocupan el mismo espacio y los que se"tildan" vienen a parar acá. Y era de ese modo, por allí vimos a un hipocondríaco perseguido por enfermedades inexistentes, otro que al mirar por el ventanal empañado veía que la muerte lo llamaba, más allá un político que había perdido la recientes elecciones y en una mesa distante la enamorada triste y decepcionada por la eterna espera. Todas miradas ausentes ensimismadas en su propio infierno personal.