OBRA COMPLETA - TOMO 4 - J.K. - CONTINUACIÓN -

 CUARTA PLÁTICA EN BOMBAY

Las ideas no pueden originar transformación alguna en el mundo. Las ideas sólo crean más ideas, ya sea en oposición o en aceptación, lo cual genera, inevitablemente, grupos separados y origina conflicto y desdicha. Las ideas no pueden cambiar fundamentalmente al hombre. Afectan, si, su vida superficial, modificando sus acciones y sus relaciones externas, pero no transforman radicalmente su ser. O bien las opone a otras ideas o las acepta y, por lo tanto, se aísla a sí mismo, lo cual tan sólo genera más hostilidad y lucha. Sólo el estado de ser puede dar origen a una transformación fundamental. Este estado de ser no es una idea ni una mera formulación, sino que adviene cuando cesan las ideaciones del pensamiento.

La mente no puede resolver nuestros problemas humanos; puede inventar teorías, sistemas, ideas; puede generar diferentes modelos de acción; puede organizar la existencia; puede inventar y formular. No puede resolver el problema humano, porque el problema es la propia mente y no lo que ella proyecta como algo ajeno a si misma. La mente misma se ha convertido en el problema, y sus invenciones complican aún más la vida, generando conflicto e infelicidad. La sustitución de una idea por otra, o el cambio de ideas, no transforma al pensador. El pensador mismo se ha vuelto el problema. El pensamiento puede modificarse, cambiar; pero el pensador permanece como algo aparte. El pensador es el pensamiento; no están separados, son un fenómeno conjunto y no dos procesos diferentes. El pensador, mediante la acción de manipular, modificar, cambiar el pensamiento según las circunstancias, se protege a sí mismo. La pintura permanece; sólo el marco se ha cambiado. Pero el problema es la pintura, no el marco. El pensamiento no es el problema, sino el pensador. Esta acción de modificar, cambiar su pensamiento, es un astuto engaño por parte del pensador, engaño que lo lleva a la ilusión y a interminables malentendidos y conflictos. Por eso, sólo cuando cesa el pensador existe el ser, y es únicamente este estado de ser el que puede originar una transformación radical.

Es importante comprender esto: que las ideas no pueden transformar al hombre, que la modificación del pensamiento no puede dar origen a una revolución radical. La revolución radical existe sólo cuando cesa el pensador ¿Cuándo experimenta usted momentos creativos, un sentimiento de júbilo y belleza? Sólo cuando el pensador se halla ausente, cuando llegan a su fin los procesos del pensamiento. Entonces, en el intervalo entre dos pensamientos, hay júbilo creativo. Sólo el estado de ser puede dar origen a la transformación.

Nuestro siguiente interrogante es cómo poner fin al pensador. Pero ese interrogante mismo es erróneo, porque el que lo plantea sigue siendo el pensador, quien de ese modo se da continuidad a sí mismo. Sólo cuando el pensador se percata de sus propias actividades, sólo entonces, llega a su fin. Ante una gran belleza o en momentos de gran dolor, el pensador queda alejado y, dentro de ese periodo, hay un sentido extraordinario de infinita felicidad y bienaventuranza. Este momento creativo origina una revolución duradera. Tal estado de ser, en el que se halla ausente el pensador, genera renovación, En este silencio, cuando el pensador está ausente, se manifiesta la realidad.

Pregunta: ¿Puede uno amar la verdad sin amar al hombre ? ¿Puede amar al hombre sin amar la verdad ? ¿Qué viene primero?

KRISHNAMURTI: El amor viene primero. Para amar la verdad, usted debe conocer la verdad. Conocer la verdad es negarla. Lo conocido no es la verdad. Lo que conocemos ya está encerrado en el tiempo y deja de ser la verdad. La verdad es un movimiento eterno; en consecuencia, no puede ser medido en palabras o en tiempo. No puede retenerse en el puño. Usted no puede amar algo que no conoce. Pero la verdad no puede encontrarse en los libros, en las imágenes, en los templos. Ha de encontrarse en la acción, en el vivir.

La búsqueda misma de lo desconocido es, en si, amor, y usted no puede buscar lo desconocido fuera de la relación. No puede buscar la realidad, o como quiera llamarla, en el aislamiento. Surge a la existencia únicamente en la relación, cuando hay una verdadera relación entre los seres humanos. Así, el amor del hombre es la búsqueda de la realidad. Sólo en la relación comienzo a conocerme a mi mismo.

La relación es el espejo en el que me descubro, descubro no mi “yo" superior, sino el proceso total de mí mismo. Los “yoes” superior e inferior siguen estando dentro del campo de la mente. Sin comprender la mente, el pensador, no es posible ir más allá del pensamiento y estar abierto a lo real. Por consiguiente, la comprensión de mí mismo en la relación es el principio de la vida. No sé cómo amarlo a usted, gracias a cuya relación cobro existencia. ¿Cómo puedo ir en busca de lo real y, por lo tanto, amar lo real? No puedo existir sin usted; no puedo existir en aislamiento. En nuestra relación, la relación entre usted y yo, estoy comenzando a conocerme; y la comprensión de mí mismo es el principio de la sabiduría.

La búsqueda de lo real es amor en la relación. Para amarlo, tengo que conocerlo; debo ser receptivo a todos sus estados de ánimo, a sus cambios, y no encerrarme meramente en mis ambiciones, búsquedas y deseos. Sin usted, no puedo existir. Si no comprendo esta relación, ¿cómo puede haber amor? Sin amor, no hay búsqueda de lo real.

Para decir que uno debe amar la verdad, es preciso que conozca la verdad. ¿Conoce usted la verdad? ¿Sabe qué es la realidad? ¿Sabe qué es Dios? Saberlo es encerrarlo en la memoria. Lo que se conoce está dentro del campo del tiempo y, por lo tanto, ya no es más la verdad, ¿Como puede un corazón seco conocer la verdad? No puede.

La verdad no es algo distante. Está cerca, sólo que no sabemos cómo descubrirla. Para estar abierto a ella, uno debe comprender la relación, no sólo con el ser humano, sino con la naturaleza, con las ideas. Para comprender, tiene que haber comunión abierta; no puede haber un proceso aislador, un apartarse del mundo. Para comprender, es indispensable que haya amor; sin amor no puede haber comprensión.

Así que ni el hombre ni la verdad vienen primero, sino el amor. Éste surge sólo cuando comprendemos la relación. No es posible invitar a la verdad; ella debe venir a uno. Buscar la verdad es negarla. La verdad se manifiesta cuando uno está abierto, cuando está por completo exento de barreras, cuando la mente no está creando, cuando se halla quieta. Esta quietud no es el producto de la compulsión, la repetición o la concentración, inducir la quietud es buscar una recompensa, y la verdad no es una recompensa. Donde hay búsqueda de recompensa y evitación del dolor, no está la verdad.

Pregunta: Usted no puede construir un mundo nuevo del modo como lo está haciendo ahora. Es obvio que ei método de educar laboriosamente a unos pocos discípulos escogidos, no hará ninguna diferencia en la humanidad. Sin duda, usted dejará una huella, como las que dejaron Krishna, Buda, Cristo, Mahoma y Gandhiji. Pero ellos no han cambiado al mundo; ni lo hará usted, a menos que descubra un modo completamente nuevo de abordar el problema.

KRISHNAMURTI: Unos pocos se liberan de la confusión, el conflicto y el dolor, pero la inmensa mayoría esta atrapada en la red del tiempo y del sufrimiento ¿Es posible, para cada uno de nosotros, abrirse paso a través de esta red y alcanzar la libertad? Si no lo hacemos, entonces la ola del caos y la destrucción se impondrá siempre sobre el vivir. El interlocutor dice que los instructores del pasado no han liberado a la vasta mayoría de la humanidad. Dado que los seres humanos no son libres, la ola de la destrucción y la ola de la vida van siempre juntas. El interlocutor quiere saber si hay un modo enteramente nuevo de abordar el problema.

La ola de la desdicha es más fuerte que la ola de la felicidad; y si cada uno no despierta, entonces la ola de la destrucción será más poderosa y, en consecuencia, el hombre está condenado a la lucha y al dolor. El problema es el siguiente; ¿No es posible que cada uno se salga de esta red de la lucha y el dolor, de esta red del tiempo? ¿Pueden ustedes, los que están aquí, liberarse inmediatamente del dolor? Si pueden hacerlo, serán capaces de ayudar a otro a que se transforme inmediatamente. Si piensan que, con el tiempo, llegarán a liberarse del dolor, entonces jamás serán libres, porque el “llegar a", el devenir forma parte de esta ola destructiva. O comprenden ahora o no comprenden nunca El ahora está siempre en el presente y el presente no pertenece al tiempo, El presente es también el mañana. La postergación del ahora hasta mañana, no es el presente; es invitar a la ola de la destrucción.

En tanto uno piense desde el punto de vista del devenir o de ser algo mañana, esto pone en marcha el procesa del conflicto y del dolor. La confusión existe porque ustedes piensan en función del devenir ¿Puede este devenir llegar a su fin? Sólo entonces puede haber una transformación radical. El devenir es un proceso del tiempo, y el ser está libre del tiempo. Donde existe el proceso psicológico del tiempo, tiene que existir también la ola de la destrucción y de la desdicha. Sólo en el ser puede haber transformación, no en el devenir. La renovación puede existir únicamente donde hay un final, no en la continuidad. Entonces, ¿puede cada uno de nosotros dejar de pensar en el proceso del devenir? Yo digo que es posible hacerlo, pero sólo cuando hay un interés profundo, cuando cesa enteramente el proceso del pensamiento.

El pensador es quien siempre está esforzándose por devenir. Él es el creador del tiempo. Sólo cuando el pensador cesa, existe el ser. Cuando uno entrega por completo mente y corazón a la acción de comprender, sólo así, se manifiesta la verdad; y la verdad es lo único que nos libera del dolor. Únicamente entonces hay una transformación radical. Usted puede salirse del río en cualquier punto y pisar la orilla. El río del devenir es destrucción y dolor. Este río cesa cuando uno comprende el proceso del tiempo. Pero, para comprender, es preciso que entreguemos a ello nuestra mente y nuestro corazón.

Pregunta: Cuando lo escucho, todo parece claro y nuevo. En casa, se impone nuevamente la vieja y torpe inquietud ¿Qué hay de malo en mí?

KRISHNAMURTI: La existencia es reto y respuesta. El reto es siempre nuevo y la respuesta es siempre vieja. Usted se encontró conmigo ayer, pero desde ayer he experimentado modificaciones. Usted tiene de mí la imagen de ayer; así, el “mi” es absorbido en lo viejo. Hoy, usted no se encuentra conmigo de un modo nuevo. Sólo tiene mi imagen de ayer. Por lo tanto, su respuesta al reto está siempre condicionada. Mientras me escucha, olvida transitoriamente todas sus ansiedades, sus luchas y sufrimientos. Está escuchando quietamente, tratando de comprender. Pero, cuando se va de aquí, está de vuelta en el viejo molde de vida, de acción. Lo nuevo es siempre absorbido dentro de lo viejo: los viejos hábitos, las viejas costumbres e ideas, los viejos recuerdos.

Así, el problema es cómo liberar al pensamiento, cómo liberarlo de lo viejo, del ayer, como para vivir constantemente en lo nuevo. ¿Por qué no nos enfrentamos con frescura a lo nuevo, de instante en instante? ¿Por qué lo viejo absorbe lo nuevo y lo modifica? ¿No es debido a que el pensador es siempre loviejo." Su pensamiento, ¿no se basa en el pasado.’’ Cuando se encuentra con lo nuevo, el pasado se está enfrentando al presente, al ahora. La experiencia de ayer, la memoria muerta, se enfrenta a lo nuevo, que está vivo. Entonces, ¿de qué modo la mente, como pensador, ha de liberarse a si misma? ¿Cómo llegará a su fin la acumulación psicológica? Si no nos liberamos del residuo de la experiencia, no es posible que nos enfrentemos a lo nuevo. Es tarea ardua liberar el proceso del pensamiento, que pertenece al ayer. Las creencias, la tradición y la educación constituyen un proceso imitativo; crean y fortalecen el depósito de la memoria. Esta memoria está respondiendo constantemente, y la respuesta es lo que llamamos el pensar. De modo que el pensamiento jamás puede enfrentarse a lo nuevo. El pensamiento es el resultado de la experiencia incompleta. Sólo cuando la experiencia se completa sin dejar ninguna huella, sólo entonces, cesa el pensamiento como respuesta de la memoria.

El amor no es memoria, recuerdo. El amor no es un proceso del pensamiento. Es un estado del ser. El amor es eternamente nuevo. Para producir una revolución en el pensar y en el sentir, cada pensamiento y sentimiento deben ser considerados a fondo de instante en instante. Cada respuesta debe ser plenamente comprendida, no observada casualmente y luego desechada. Hay libertad con respecto a la memoria acumulativa, cuando cada pensamiento y sentimiento son examinados y sondeados cuidadosamente y por completo hasta el final En este final, hay renovación. Existe un intervalo entre este final y la aparición de otro pensamiento. En este espacio de silencio surge la creatividad. Si usted experimenta con su pensamiento y sentimiento, descubrirá la viabilidad de esto en su vida cotidiana. Descubrirá por si mismo este intervalo creativo, el cual no es cosa de ninguna teoría, de ninguna religión Es una experiencia directa. Si usted se aferra a esa experiencia, ella deja de ser lo nuevo, lo eterno, Este estado creativo es felicidad.

A un hombre feliz no le interesa si es rico o pobre, a qué casta o a qué país pertenece. No tiene líderes ni templos ni dioses basados en el miedo o la promesa, de modo que vive en paz y no genera enemistad. Ustedes no son creativos en el sentido que ya expliqué; por lo tanto, son antisociales en los diferentes niveles de su conciencia. Por eso engendran lucha, confusión y antagonismo Para ser prácticos y efectivos en sus relaciones, deben ustedes ser felices. No puede haber felicidad si no hay terminación. En la continuidad, en el devenir, no podemos ser felices. En la terminación está lo nuevo, hay renacimiento, júbilo, éxtasis. En el devenir hay deterioro, lucha y dolor.

Pregunta: Usted jamás menciona a Dios. ¿No tiene Él cabida en su enseñanza?

KRISHNAMURTI: Ustedes hablan muchísimo de Dios, ¿no es asi? Sus libros están llenos de ello, construyen iglesias y templos, practican ceremonias. Este perseguir a Dios indica la superficialidad de la búsqueda. Aunque repitan la palabra Dios, sus actos no son divinos, ¿verdad? Aunque adoren a Dios, los comportamientos de ustedes son irreligiosos. Aunque mencionen a Dios, explotan a otros; cuanto más ricos se vuelven, más templos construyen Asi que sólo están familiarizados con la palabra Dios. Pero la palabra no es Dios, la palabra no es la cosa.

Para encontrar lo real, deben llegar a su fin todas las aserciones verbales de la mente. La imagen de la realidad debe cesar para que la realidad sea. Para que lo desconocido exista, la mente debe desechar lo que ella contiene, lo conocido, Para perseguir a Dios usted debe conocer a Dios, Conocer aquello que está usted persiguiendo, no es conocer a Dios. La respuesta interna que lo impulsa en su persecución, nace de la memoria, por lo tanto, lo que buscan ya ha sido creado. Y aquello que ha sido creado, que es un producto de la mente, no es lo eterno.

Si no hubiera libros, si no hubiera gurues, ni rituales, ni otras formas de escape, todo cuanto conocerían es el dolor y una vislumbre ocasional de dicha. Entonces, querrían saber cuál es la causa del dolor; no escaparían por medio de ilusiones fantásticas. Pueden inventar dioses y otras cosas, pero si desean realmente descubrir todo el proceso del sufrimiento, no escaparán, no tendrán aficiones, se enfrentarian a lo que es. Sólo entonces descubrirán qué es la realidad.

Un hombre sumido en el dolor, no puede encontrar la realidad. Para dar con ella debe estar libre del dolor. Es imposible pensar en lo desconocido. Aquello en que uno piensa ya es lo conocido. Sólo podemos pensar en lo conocido. El pensamiento se mueve de lo conocido a lo conocido, de lo seguro a lo seguro. Pero, lo que es conocido no es lo real.

Asi, cuando usted piensa en Dios, piensa acerca de lo conocido, y lo conocido se encuentra en la red del tiempo Lo real sólo puede manifestarse cuando la mente deja de crear, cuando está quieta. Esta quietud no es producto de la compulsión, de la disciplina o de la autohipnosis. Hay silencio sólo cuando han cesado todos los problemas, tal como el estanque se aquieta cuando cesa la brisa. De este modo, la mente se aquieta cuando cesa el agitador, el pensador. Para que el pensador llegue a su fin, todos los pensamientos que él fabrica deben ser examinados a fondo. Es inútil erigir una barrera contra el pensamiento. Cada pensamiento debe ser sondeado cuidadosamente y comprendido. Cuando la mente está quieta, en silencio, la realidad, lo indescriptible surge a la existencia, se revela. Usted no puede invitarlo. Invitarlo es conocerlo, y lo conocido no es lo real. La mente debe ser sencilla, debe estar libre de la carga que implican la ideación y la creencia. Para que la realidad se manifieste, no la busque; más bien, comprenda las causas que agitan la mente y el corazón. Cuando cesa el creador de los problemas, hay serenidad. En esa serenidad adviene la bienaventuranza de lo real.

8 de febrero de 1948


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 TERCERA PLÁTICA EN BOMBAY

Pregunta: ¿Cuáles son las verdaderas causas de la prematura muerte del Mahatma Gandhi?

KRISHNAMURTI: Usted debe abordar el problema, ya sea como una pérdida personal o como uno de los acontecimientos de la crisis mundial. Si es una pérdida personal, entonces el significado debe ser comprendido. Existe, en la mayoría de la gente, la tendencia a identificarse con algo más grande, ya sea una persona, una idea o la nación. Este anhelo de identificarnos con una persona o una idea, indica la pobreza de nuestro propio ser. La identificación con alguien genera un sentimiento de pérdida personal cuando algo le sucede a esa persona. De igual manera, cuando la identificación es con una nación o un grupo, y cuando esa nación es conquistada o se convierte en conquistadora, hay depresión o exaltación. Este deseo de identificarnos existe porque, internamente, nos sentimos vacíos, superficiales, carentes de sustancia; y, al identificamos con un país, un líder, un grupo, sentimos que somos algo, alguien. Esta identificación conduce a extremos de irreflexión y crueldad. Si usted se identifica con una persona, o con un grupo de personas, entonces es responsable por cualquier calamidad que pueda suceder a esa persona o a ese grupo. Estas identificaciones dan origen a la explotación.

¿Cuáles son las causas que han contribuido a este asesinato? Cada uno es responsable por lo que actualmente ocurre en el mundo Los diversos sucesos que hoy tienen lugar, no son incidentes aislados, sino que están relacionados entre sí. La verdadera causa de este asesinato está en uno mismo La verdadera causa es uno mismo. Por ser uno partidario de la organización comunal, alienta el espíritu de violencia, de división, de casta, de ideología. Obviamente, uno es responsable y resulta tonto limitarse a culpar al asesino. Todos ustedes han contribuido al asesinato.

Eso es inevitable cuando una así llamada nación está compuesta de grupos separados, cada cual buscando poder, posición y autoridad; entonces, eso debe producir, por fuerza, no la muerte de un hombre sino la de miles. De igual modo, la religión organizada, con su dogma y su creencia, debe producir, inevitablemente, conflicto y confusión. Cuando la creencia se vuelve más fuerte que el afecto, hay antagonismo entre los seres humanos, ya sea la creencia en una ideología, en el patriotismo o en lo que fuere. Son muchas y diferentes las maneras en que cada uno trata de aislarse de otro. Tal aislamiento es la verdadera causa de la lucha e infelicidad que padecemos.

Este asesinato denota la presente tendencia en los asuntos del mundo. Se justifican los malos medios para un buen fin; la despiadada crueldad como un medio para la paz mundial, es moralmenle estimulada; la guerra se justifica porque gracias a ella habrá paz. La justificación del mal se ha vuelto una necesidad, y eso contribuye a una crisis sin precedentes en la relación entre los seres humanos. El sacrificio del presente es otra indicación de la crueldad que el hombre demuestra hacia el hombre. Esta liquidación de la vida humana presente en aras de una utopia futura, es otra indicación de la crueldad absoluta que surge cuando nos identificamos con una ideología. El sacrificio del presente por el futuro es un sacrificio ofrendado a la oscuridad, porque el futuro es incierto y no puede predecirse: "Para salvar al hombre, debemos matar al hombre", es la forma más grande de ilusión. Por una seguridad futura se niega la seguridad presente. Es obvio que sólo en el presente y no en el futuro, reside la comprensión, Comprendemos en el ahora, no en el mañana.

La justificación del mal y el sacrificio del presente por el impredecible futuro, son dos tendencias que dan un carácter extraordinario a la crisis mundial. ¿No impide esto el amor entre los seres humanos? Sin amor no hay solución para ninguno de nuestros problemas. Sin amor no puede haber transformación del presente caos. El culto del intelecto no puede aportar una solución a nuestras desdichas; sólo el afecto, el amor, pueden traer felicidad al hombre. Cuando el intelecto adquiere supremacía, el corazón está vacío. Ustedes lo llenarán con las cosas del intelecto, y así admitirán que prevalezcan la astucia v la crueldad, el engaño v el antagonismo.

Dado que son responsables por la crisis del mundo y por los múltiples incidentes de esta crisis, tienen que transformarse radicalmente a sí mismos. Para que ocurra esta transformación, deben darse cuenta de las modalidades de su pensar, sentir y actuar. Gracias a esta percepción alerta, advienen la seriedad y la sinceridad en el propósito, La mera transformación externa no habrá de traernos la felicidad. Sólo cuando haya una revolución interna, una transformación psicológica, sólo entonces podrá haber paz y felicidad en uno mismo y, por lo tanto, en el mundo.

Pregunta: La verdad de la que usted habla, ¿ podernos realizarla inmediatamente, sin ninguna preparación previa?

KRISHNAMURTI: Para plantear el problema de una manera distinta: ¿puede usted comprender directamente, captar de inmediato el significado de un problema? La verdad surge cuando comprendemos lo que es. Es la verdad la que nos hace libres, y no el mero análisis del problema, no el mero ir en busca de la causa del problema.

La vida es una serie de retos y respuestas, ¿no es asi? Si su respuesta a un reto está condicionada, entonces ese reto, al no haber sido comprendido, deja su huella, su residuo, el cual fortalece aún más el condicionamiento. De ese modo, hay una constante memoria residual, acumulaciones, cicatrices que impiden la comprensión de lo nuevo. La cuestión es sí uno puede comprender un problema de manera tan completa, que no deje recuerdo residual alguno. Porque la memoria impide la comprensión de la verdad. Para que la verdad se manifieste, la mente debe estar libre de las cicatrices del ayer. Puesto que cada problema es nuevo, sólo una mente así, fresca, exenta de cicatrices, puede comprenderlo. Un problema que, por ejemplo, uno ha tenido ayer, ha experimentado un cambio hoy; y cuando uno lo encara, su mente también debe haber experimentado una transformación, a fin de enfrentarse a él de un modo nuevo. Por eso, para comprender la verdad de un problema, debemos abordarlo con frescura interna, sin las cicatrices del ayer. Para estar libres de los recuerdos del pasado, debemos comprender por completo cada experiencia. La experiencia incompleta deja recuerdos, y lo nuevo no puede ser comprendido a través de la pantalla de estos recuerdos.

Un problema puede comprenderse inmediatamente y su verdad puede ser vista de manera directa cuando la mente no se interpone, entre el problema y uno mismo, las diversas pantallas de los escapes, pantallas tales como el deseo de una respuesta consoladora, una conclusión satisfactoria, un propósito repetitivo. La comprensión llega cuando la mente no está agobiada por el pasado, cuando está quieta Esta quietud no es el producto de la compulsión, de la disciplina, de una práctica; adviene cuando estamos en relación directa con el problema en si.

Pregunta: ¿Gandhiji continúa existiendo hoy ?

KRISHNAMURTI: Usted quiere saber qué hay de cierto acerca de la continuidad. Esta pregunta indirecta en relación con la continuidad de Gandhiji es una pregunta acerca de su propia continuidad. La mayoría de ustedes cree, probablemente, en la reencarnación y en la continuidad .Asi, su creencia les está impidiendo encontrar la verdad al respecto. Experimentaremos para descubrir la verdad en esta cuestión, para descubrirla directamente y ahora, no mañana. Para invitar a la verdad, debe usted desechar sus creencias. Aun cuando pueda tener pruebas de la continuidad, ellas siguen estando dentro del campo del pensamiento; la mente puede fabricar y engañarse a si misma. Por consiguiente, para descubrir la verdad de este reto debe usted abordarlo de un modo nuevo, con una mente libre de toda carga. Porque, a fin de que la verdad se manifieste, es preciso desechar todos estos impedimentos, estas creaciones mentales. Cuando la mente se halla nublada por la ansiedad, por la esperanza, por el anhelo de continuidad, es incapaz de comprender. Para comprenderla; debe uno darse cuenta, ahora, de los múltiples obstáculos que impiden a la mente recibir la verdad.

Y bien ¿qué es la continuidad? O hay continuidad para la entidad espiritual o la hay para la memoria. Esta memoria se otorga a si misma continuidad por medio de la experiencia. Si uno es una entidad espiritual, esa entidad es intemporal y, por lo tanto, no tiene continuidad, no está en la red del pasado, a presente y futuro. Porque, aquello que es real, espiritual, no puede ser pensado, formulado, atrapado en la red del tiempo. No puede evolucionar, progresar o crecer. No puede devenir. Dado que usted está pensando en función del devenir, del continuar, no es una entidad espiritual Si es una entidad espiritual, entonces muerte y vida son una sola cosa. Entonces hay inmortalidad. Si es una entidad espiritual, no se interesará en la muerte ni en el devenir ni en las complicaciones de la codicia y la envidia. Pero, puesto que se interesa en estas cosas, no puede usar el subterfugio de afirmar que es una entidad espiritual, la cual implica un estado del ser en el que no existe el tiempo. Dado que anhela la continuidad, se preocupa por la muerte; en consecuencia, no es una entidad espiritual.

Asi, pues, podemos descartar la creencia de que uno es una entidad espiritual, y ocuparnos del deseo de continuidad ¿Qué es esa continuidad? Obviamente, es memoria identificada con la propiedad, el nombre, la relación y la idea. Sí usted no tuviera memoria del ayer, las cosas tendrían muy poca importancia. Está buscando continuidad y estableciéndola mediante la propiedad, la familia, la idea. Esta continuidad es el “uno”, el “yo" .Usted quiere saber si este “yo” continúa. Ahora bien, ¿qué es este “yo”? ¿No es?<acaso, eL nombre, las cualidades, su cuenta bancaria si es que tiene una, su posición, su carácter, sus idiosincrasias, etc.? Todo esto es memoria, ¿no es así? Estoy estableciendo lo que realmente es; no trato con teorías y especulaciones. Debemos conocer la verdad de esto, porque la verdad es lo que nos libera, no las teorías y explicaciones concernientes a la continuidad.

¿Cuál es la causa de la continuidad? Obviamente, la memoria identificada. ¿Cómo surgió esta memoria? Hay percepción, contacto, sensación, deseo e identificación; de allí surge la idea de “yo y lo mío”. Uno percibe un automóvil, y entonces establece contacto con él; tiene la sensación y aparece el deseo de poseerlo. Así, el “yo” es el residuo de la memoria. Por mucho que esta memoria pueda dividirse en el "yo" superior y el “yo” inferior, esta división sigue estando dentro del campo do la memoria; por lo tanto, no es verdadera. La memoria es comprensión incompleta ¿No ha notado que cuando comprende algo de manera completa, total, el recuerdo de ello se ha desvanecido?

El amor no es memoria. Es un estado del ser. No es una continuidad. Existe una continuidad cuando hay sensación y memoria, que no son amor. De modo que la continuidad es memoria. La identificación otorga una continuidad a los diversos recuerdos separados y fragmentados.

A través de la continuidad, ¿hay renovación? El “yo" continúa de recuerdo en recuerdo: el “yo”, que se ha dividido a sí mismo en “yo” superior y “yo" inferior, Todo este proceso de identificación es el “yo” con su continuidad a través de la memoria. Ahora bien, esta continuidad, ¿traerá una renovación? ¿Permitirá comprender la verdad? Ciertamente, no. Lo que continúa no se renueva, Lo que perteneció al ayer, aunque se modifique hoy, no puede tener la cualidad de lo fresco, de lo nuevo. La memoria sólo puede renovarse a sí misma, y esta renovación a través de la memoria no es la renovación de un nuevo nacimiento. Así, pues, la continuidad de la memoria no es una renovación. Hay renovación únicamente cuando existe un final. Hay un nuevo nacimiento sólo cuando morimos para el ayer, para la memoria identificada, Usted continuará, obviamente, en tanto haya memoria identificada, pero en esta continuidad no hay renovación.

La memoria es el producto del tiempo, y a través del tiempo no puede tener existencia lo intemporal. Tiene que haber muerte, una terminación para que lo real sea; muerte para la adquisición, para la memoria. Hay continuidad cuando el pensamiento está identificado, y esa continuidad jamás puede estar abierta a lo real. Sólo cuando hay muerte de instante en instante, una terminación para la memoria psicológica, sólo entonces hay renovación, un renacimiento. La realidad jamás puede manifestarse a través del proceso del tiempo, de la memoria identificada. Sólo cuando cesa el pensamiento, que es pioducto del tiempo, sólo entonces existe lo real.

1 de febrero de 1948



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 SEGUNDA PLÁTICA EN BOMBAY

La comprensión de lo que es resulta ardua, porque lo que es, jamás es estático, se halla en constante movimiento. Una mente que desea comprenderlo, debe ser rápida y flexible. Todos los problemas son siempre nuevos, y la mente debe tener frescura para captar su pleno significado. Cada crisis es nueva y, para comprender la por completo, la mente ha de estar libre de la carga del pasado.

Es urgente que haya una revolución interna; sólo ésta puede dar origen a una transformación radical en las circunstancias externas de la vida, en la sociedad, La acción sin esta constante revolución interna se torna repetitiva, estática. Esta acción es la sociedad. Esta acción, generada por la relación entre los seres humanos, es la sociedad. De modo que la sociedad, sin esta revolución psicológica, creativa, está siempre cristalizándose y ha de ser rota constantemente. La revolución externa nada significa sin la transformación ínterna, psicológica, del individuo. En la estructura social está siempre la semilla del deterioro, y sólo el individuo puede hallarse en un estado de constante revolución creativa. La sociedad es siempre estática, y únicamente en el individuo hay esperanza, ¿Puede haber alguna relación entre el individuo revolucionario, creativo y la sociedad siempre estática? La revolución social, a través de cualquier medio, es siempre estática si no hay una revolución interna del individuo. El mero cambio en la estructura externa del hombre significa muy poco sin una revolución psicológica del individuo. Si la relación no es el resultado de la revolución interna, entonces esa relación — que es la estructura social — hace que el individuo sea estático, repetitivo. Cada uno se da cuenta del factor desintegrante en la relación y, por ende, en la estructura social de la civilización moderna.

No necesitamos que los especialistas nos revelen un hecho tan obvio: que la sociedad se está desintegrando, desmoronando. Tiene que haber, pues, nuevos constructores para crear un nuevo orden social; la nueva estructura debe edificarse sobre cimientos nuevos. Los nuevos arquitectos no son los políticos de la izquierda o de la derecha, ni ninguno de los especialistas. Los nuevos arquitectos debemos ser cada uno de nosotros, el individuo. Recurrir a la autoridad, a los líderes, es alimentar la desintegración. Mediante el conocimiento propio, ustedes y yo debemos redescubrir los valores eternos; deben ser descubiertos nuevamente por cada uno.

Por lo tanto, ustedes y yo debemos volvernos creativos, porque el problema es apremiante. Ustedes y yo debemos percibir las causas del colapso de la sociedad y edificar una estructura nueva cuyos cimientos se basen en nuestra comprensión creadora. Esta comprensión creadora es el pensar negativo, y el pensar negativo es la más alta forma de meditación. Para comprender qué es el pensar creativo, debemos abordar el problema negativamente. El enfoque positivo de un problema es imitativo y, por lo tanto, desintegrador. El entendimiento profundo no llega por obra de ningún sistema positivo, de ninguna fórmula o conclusión positiva, sino a través de la comprensión negativa.

Una de las razones fundamentales de la desintegración social es que uno, como individuo, ha sido imitativo tanto externa como internamente; externamente, mediante el mero cultivo de la técnica, e internamente, al copiar a otros, acción que surge del miedo y del deseo de estar seguros. Nuestra educación y nuestra vida religiosa se basan en la imitación, en el encajar dentro de una fórmula, en ser hindúes o cristianos, musulmanes o budistas. Esto impide la existencia creativa. Donde hay imitación, está el hecho desintegrador de un líder. Donde hay culto de la autoridad, también tiene que haber desintegración, la cual impide la comprensión creadora. En los instantes dichosos de creatividad, no hay repetición ni copia. Donde están la regimentación y el culto de la autoridad, tiene que haber, por fuerza, desintegración y derrumbe de los valores genuinos. La sustitución de una autoridad por otra implica seguir en conflicto; por consiguiente, no puede haber comprensión creadora.

Donde hay devenir, llegar a ser, tiene que haber imitación y autoridad. Mi deseo de llegar a ser creativo, admite el proceso del tiempo. En ese llegar a ser tienen que existir la autoridad, el ejemplo, el ideal, el mañana. En el ser, hay cesación del tiempo; por lo tanto, es un estado de transformación inmediata.

Pregunta: ¿Cuál es su solución para el problema del hambre?

KRISHNAMURTI: La respuesta para cualquier problema humano se encuentra en el problema mismo. La respuesta jamás está fuera del problema. Si podemos comprendei el problema en sí con todo cuanto significa, entonces llega la respuesta. Pero, si usted tiene una respuesta previa o una fórmula para el problema, jamás comprenderá el problema. Porque la respuesta, la conclusión, la fórmula interfiere entre el problema y su comprensión, lo cual distorsiona la comprensión del problema.

¿Pondrá fin al hambre cualquier solución ofrecida por cualquier sistema, ya sea de la izquierda o de la derecha? Cuando se me pregunta si tengo una solución para este problema, la pregunta implica si tengo un sistema que pondrá fin al hambre. Y bien, ¿puede cualquier sistema terminar con el hambre? ¿Por qué se han vuelto importantes los sistemas? Se han vuelto importantes porque pensamos que resolverán el problema. Confiamos en resolver esta cuestión del hambre, mediante una norma de acción. Se espera que el hombre pueda ser alimentado gracias a la compulsión externa. Los sistemas han adquirido importancia porque cada uno piensa que por medio de la legislación, de la compulsión, de alguna acción externa, podremos alimentar a la humanidad.

¿Por qué el alimento, la ropa y la vivienda adquieren una importancia tan predominante en la vida humana? Son necesarios.. Pero ¿por qué se han convertido en un problema tan devastador? ¿Por qué las cosas producidas por la mano o por la mente se han vuelto tan extraordinariamenté significativas en nuestras vidas? Si podemos responder a esta pregunta, o sea. si podemos encontrar la verdad al respecto, entonces esas cosas asumirán su exacto valor. No se convertirán en la influencia que domina nuestras vidas. Cuando los sistemas llegan a ser importantes, el alimentar, vestir y albergar al hombre se torna de importancia secundaria; entonces mataremos al hombre para mantener el sistema, y el problema del hambre continuará. Si, en vez de recurrir a un sistema, comprendemos cuáles son las importantes implicaciones que contiene el problema en sí, entonces encontraremos los rectos medios que nos conducirán al recto fin.

¿Por qué hemos dado todos una importancia tan extraordinaria a la propiedad, tanto si es producto de la mano como de la mente? Consideramos importantes los valores sensorios, porque los usamos como recursos psicológicos para la expansión propia. La propiedad significa muy poco en si misma, pero se vuelve extraordinariamente significativa al darnos poder, posición, prestigio y demás. Debido a que nos otorga poder y autoridad, nos aferramos a ella. Y sobre esta base construimos un sistema que destruye la compasión, la generosidad, y que, por eso, impide alimentar a todos los seres humanos. En tanto usemos la propiedad, el nombre, la creencia — que son alimento, ropa y albergue en un nivel diferente — como medios de autoexpansión, es inevitable que haya hambre, conflicto entre los hombres. En tanto el Estado o un grupo de personas sigan usando las necesidades humanas esenciales como recursos para ganar poder, el hambre continuará. En consecuencia, un sistema no ofrece solución al problema del hambre; un sistema se halla siempre en manos de unos pocos, y asi es como el sistema llega a ser importante.

Sólo cuando nos demos cuenta, todos nosotros, de que estamos usando la propiedad — las cosas que son producto de la mano o de la mente — como medios de autoexpansión, y veamos la falsedad de una acción semejante, sólo entonces podrá haber felicidad en nuestra relación humana. Después de todo, si les quitan sus nombres, sus títulos, sus posesiones, ¿qué son ustedes? Son nada. Para disimular, tapar este miedo a ser nada, se han vuelto muy importantes la propiedad, el nombre, la familia, las ideas. Esta vacuidad psicológica del hombre debe ser comprendida y no tapada; y para comprenderla, debemos estar libres del deseo de autoexpansión mediante la propiedad, la familia, la idea. De modo que esta cuestión del hambre es más un problema piscológico que un problema de legislación y coacción. Si usted ve la verdad de esto, entonces pone fin al proceso de expansión propia basado en las necesidades esenciales; por lo tanto, ayuda a generar un orden social nuevo. Si no otorgáramos predominancia a los valores sensorios, este problema podría ser resuelto sencillamente. Entonces, los hombres de ciencia y otros podrían proveernos a todos de alimento, ropa y vivienda; pero, como ellos mismos están atrapados en el proceso autoexpansivo, no son de ayuda para el hombre. Así, pues, la solución del problema radica en nuestra comprensión del proceso autoexpansivo y de su acción desintegradora en la relación que establecemos con las necesidades esenciales. Si de veras comprendemos esto, habrá una revolución interna que dará origen a una nueva estructura social.

La verdad se revela en la comprensión de lo que es. Lo que nos libera es la verdad y no los ingeniosos sistemas basados en ideas. Las ideas engendran más ideas y oposición, y de ningún modo traen felicidad al ser humano. Únicamente cuando cesa la ideación, existe el ser, y este seres la transformación inmediata que sólo la verdad puede darnos.

Pregunta: Usted dice que podemos permanecer alerta incluso mientras dormimos. Por favor, expliquelo.

KRÍSHNAMURTI: La conciencia se compone de muchas capas. No es tan sólo una capa superficial. Está compuesta de propósitos ocultos, motivos no revelados, problemas no resueltos, tradición, memoria, el impacto del pasado sobre el presente, la continuación del pasado, a través del presente, hacia el futuro; todo esto y más es la conciencia. No se trata de una teoría, sino que estamos estudiando lo que es. La conciencia es realmente esto. Las numerosas capas de recuerdos, los muchos problemas no resueltos que llamamos memoria., Los instintos raciales, ei pasado en conjunción con el presente, o sea, el tiempo que da nacimiento al futuro, todo esto es la conciencia.

Ahora bien, la mayoría de nosotros está funcionando dentro de las capas superficiales de la conciencia. Como veo que algunos de ustedes no se interesan en lo que estoy diciendo, tengan la bondad de escucharlo simplemente como información. Pero si quieren examinarlo más a fondo, verán que se trata de un hecho. Reitero que no he estudiado ningún tipo de libros religiosos o psicológicos. No uso ninguna de las jergas de los psicólogos. Al estar alerta a nosotros mismos, descubrimos todo esto y cosas más importantes. En nuestro propio ser está la totalidad de la sabiduría. E! conocimiento propio es el principio de la meditación, y sin conocimiento propio no hay recto pensar. Sin conocimiento propio, el pensar carece de base. Estamos explorando la conciencia, y ustedes pueden explorarla mientras estoy hablando; estén atentos y experimenten, no sólo de manera verbal.

Como estuve diciendo, casi todos funcionamos en las capas superficiales de la conciencia; por eso permanecemos siendo muy poco profundos y nuestra acción genera más confusión e infelicidad. Nos liberamos del dolor únicamente cuando la totalidad de la conciencia ha sido comprendida o fondo y por completo, lo cual no es una cuestión de tiempo. Dado que funcionamos dentro de las capas superficiales de la conciencia, es natural que la acción cree problemas y que lal acción jamás pueda resolverlos. Estas capas superficiales son siempre el campo generador de los problemas. Casi todas nuestras actividades cotidianas son las respuestas de estas capas superficialmente cultivadas. Ahora bien, cuando uno tiene un problema, trata de resolverlo de manera superficial, atormentándose con él, luchando con él como un perro con un hueso; sin embargo, no encuentra la solución correcta. Entonces, ¿qué ocurre? Se va a dormir con el problema, y cuando despierta, lo ha visto una nueva manera de considerarlo, o lo ha resuelto. En esto no hay nada extraordinario ni misterioso. Las capas superficiales de la conciencia han reflexionado durante el día sobre este problema, intentando interpretarlo conforme a sus requerimientos y prejuicios inmediatos. Durante lo que llamamos sueño, la conciencia superficial está en cierto modo quieta, relajada, transitoriamente inactiva. Entonces, dentro de esa capa superficial, lo oculto proyecta sus sugerencias, que se convierten en la solución. Asi, cuando uno despierta y la capa superficial se tor na activa, el problema es reexaminado y comprendido. Este proceso no está reservado a los ocultistas ni a los expertos en interpretar sueños. Es, en la vida de lodos los días, un hecho obvio que podemos observar por nosotros mismos, que usted mismo puede observar. Las capas superficiales pueden ser aquietadas durante el día, y el problema se comprende directamente si uno está abierto a las insinuaciones de las capas ocultas de la conciencia.

El punto siguiente contenido en esta cuestión, son esas insinuaciones que envían las capas ocultas de la conciencia. La mayoría de la gente vive una existencia superficial, sin percibir las inmensas fuentes ocultas, los tesoros de importancia extraordinaria, sin percatarse del gran deleite y júbilo del vivir.

 A causa de que no percibimos, durante las horas de vigilia, estos movimientos, ellos aparecen en forma de sueños cuando estamos dormidos. Dado que las capas superficiales de la conciencia están activas mientras nos hallamos despiertos y no reciben las sugerencias de lo oculto, tales sugerencias se convierten en sueños.No hace falta interpretación alguna si hay un contacto constante y directo con las capas ocultas de la conciencia. Esto puede suceder sólo cuando la mente tiene un espacio, un intervalo entre pensamiento y pensamiento, entre acción y acción.

Después, el otro punto involucrado en esta cuestión es el de la experiencia subjetiva, tal como la conversación sostenida con otro, el recuerdo de palabras, de escenas y de diversas actividades. No sé si a usted le ha sucedido que, al despertar, recuerda que ha sostenido una larga conversación con alguien, y acuden a su memoria palabras, o una palabra de extraordinaria fuerza y significación; o recuerda haber tenido una discusión con un amigo, con un gurú, con un Maestro, etc .Y bien, ¿qué son todas estas actividades o experiencias subjetivas? ¿No se encuentra todo esto dentro del campo de la conciencia y, por lo tanto, es la conciencia que se proyecta a si misma, lo cual es traducido luego, cuando despertamos, como una conversación, una instrucción recibida de un Maestro, etc ? Pero la discusión y el Maestro siguen estando dentro del campo do la conciencia; por lo tanto, son una proyección de sus propios contenidos, tales como un Maestro, una palabra, una escena, a todo lo cual la conciencia asigna un significado.

De modo que el recuerdo de un suceso dentro del campo de la conciencia, es aún una insinuación o proyección del pensamiento y, en consecuencia, un producto del pensamiento; por consiguiente, no es lo real. La realidad se manifiesta cuando cesa el pensamiento, cuando el pensamiento lia dejado de crear.

El otro punto que contiene esta cuestión es si, mientras dormimos, es posible encontrarse objetivamente con una persona, ¿Qué es tal persona? La persona es, obviamente, pensamiento identificado. La persona objetiva con la que uno se encuentra en el sueño, es sólo el pensamiento que uno ha proyectado y que se identifica con esa persona. Este pensamiento identificado es el que uno encuentra objetivamente. Uno mismo es también pensamiento identificado que se está proyectando constantemente. El pensamiento, que es como una onda, recibe una identidad, un nombre; y con eso me encuentro objetivamente, eso es lo que asume la forma de una persona.

Pero, todas estas explicaciones no tienen, en absoluto, ningún sentido sin el conocimiento propio. Usted podrá repetir lo que yo dije, pero la repetición es una mentira; es mera propaganda y no es verdadera. Estas cosas deben ser experimentadas. La división entre las capas superficiales de la conciencia y las capas más profundas, es muy estrecha. Puesto que casi todos estamos ocupados con la conciencia de vigilia, con sus preocupaciones, con el ganarnos la subsistencia, con las tensiones de la relación, con la ansiedad de la creencia, todas estas cosas impiden la exploración de nosotros mismos en niveles más profundos. Uno no puede ahondar conscientemente en las capas más profundas de la conciencia porque, cualquier acción que provenga de la mente superficial, se convierte en un obstáculo para el descubrimiento de las capas más profundas. Pero, cuando la mente consciente está quieta, lo oculto se proyecta rápidamente a si mismo. En esos silenciosos instantes, cuando lo oculto entrega su sugerencia, hay un júbilo nuevo, una nueva comprensión. Este júbilo y esta comprensión los trasladamos a la acción inmediata, o deseamos que el júbilo se repita. Este anhelo de repetición impide sugerencias ulteriores y un júbilo nuevo y creativo.

Lo importante es comprender que no puede haber recto pensar y, por lo tanto, recta acción, sin conocimiento propio. Este conocimiento no se limita a las capas superficiales, sino que es la comprensión completa del procesó total de la conciencia. Tal comprensión no es un asunto de tiempo. Si existe el propósito de comprender, entonces hay percepción, y la urgencia de ese propósito depende de la honestidad. La percepción alerta y pasiva expone las más recónditas profundidades de la conciencia. El descubrimiento y la experiencia de lo que es trae consigo el júbilo creativo. Cuando comprendemos lo que es, sin interpretarlo, surge a la existencia la verdad, y esta verdad nos libera.

Pregunta: Usted dice que la plena percepción alerta respecto del problema, nos libera de él. La percepción depende del interés ¿Qué es lo que da origen a ese interés? ¿Qué hace que un hombre se interese y otro sea indiferente?

KRISHNAMURTI: Para poder comprender un problema, ninguna conclusión o respuesta previa debe interferir entre uno mismo y el problema. Debido a que nuestras mentes están llenas de conclusiones y recuerdos de respuestas, jamás estamos en relación directa con el problema. O bien citamos. libros religiosos, o citamos las afirmaciones de líderes o gurúes, lo cual impide la comprensión completa del problema. Entre nosotros y el problema, hay siempre una pantalla, la pantalla de las citas bibliográficas, de la conclusión, de una respuesta favorable; y esto impide que podamos comprender el significado pleno del problema. Por eso, es extremadamente difícil percibir un problema de manera directa.

Ahora bien, experimentemos con esto. Si usted tiene un problema, ¿cómo reacciona a él? Su reacción instintiva es la de esperar una respuesta Esta búsqueda de una solución denota la evitación del problema v no la comprensión de éste. Al darse cuenta de que está buscando una respuesta al problema, no su; ; comprensión, usted descarta la búsqueda de una respuesta y se enfrenta directamente con el problema. Si lo hace asi, comenzará a percibir el significado pleno del problema, y el problema le entregará, entonces, todo su contenido y dejará de existir. Comprender totalmente un problema es darse cuenta de los escapes. Estos escapes adoptan diferentes formas; el deseo de una solución, la aceptación de la autoridad, la memoria como conclusión, etc., y si uno no se percata de ellos, pone el énfasis en los escapes y no en el problema mismo.

Ahora bien, cada problema es un problema nuevo, un reto nuevo. La vida es un proceso de reto y respuesta. Este reto es siempre nuevo, pero la respuesta se halla condicionada y es limitada; así, el reto se traduce siempre en términos de lo viejo, y de ese modo jamás hay comprensión completa del problema o del Ahora bien, experimentemos con esto. Si usted tiene un problema, ¿cómo reacciona a él? Su reacción instintiva es la de esperar una respuesta Esta búsqueda de una solución denota la evitación del problema v no la comprensión de éste. Al darse cuenta de que está buscando una respuesta al problema, no su; ; comprensión, usted descarta la búsqueda de una respuesta y se enfrenta directamente con el problema. Si lo hace asi, comenzará a percibir el significado pleno del problema, y el problema le entregará, entonces, todo su contenido y dejará de existir. Comprender totalmente un problema es darse cuenta de los escapes. Estos escapes adoptan diferentes formas; el deseo de una solución, la aceptación de la autoridad, la memoria como conclusión, etc., y si uno no se percata de ellos, pone el énfasis en los escapes y no en el problema mismo.

Ahora bien, cada problema es un problema nuevo, un reto nuevo. La vida es un proceso de reto y respuesta. Este reto es siempre nuevo, pero la respuesta se halla condicionada y es limitada; así, el reto se traduce siempre en términos de lo viejo, y de ese modo jamás hay comprensión completa del problema o del reto Nos enfrentamos al reto de un modo nuevo, en instantes de una gran crisis.

E! interés que dedicamos a un problema puede ser. o bien estimulado, o la urgencia misma del pioblema nos lo exige Si ese interés surge a causa de la influencia, pronto se desvanece La influencia, la estimulación, impiden discernir nada real Estar influenciado es peider la flexibilidad de la acción Un hombre influenciado pierde pronto la integridad de su propia experiencia y de su propia comprensión. Cuando hay seriedad, hay interés, y esa seriedad no depende de los estados de ánimo La seriedad no es cosa que pueda ser cultivada Donde hay dolor y no buscamos evitado, hay seriedad Si usted no está interesado en comprender el dolor, la mera estimulación o la influencia no pueden originar un ejercicio sostenido de la atención; pronto agotan a la mente embotándola y desgastándola

¿Qué es lo que nos torna indiferentes? ¿Por qué no hay, en nuestra acción, un interés vital, significativo? ¿No es porque nuestras mentes se hallan distraída? El cine, el gurú, el templo y la bebida, nos ayudan a evitar la intensidad y la resuelta orientación de nuestras vidas. Son distracciones, y es inevitable que las distracciones emboten la mente. El gurú y la bebida, aunque momentáneamente nos estimulen, destruyen la rápida flexibilidad de la mente. Debido a que deseamos satisfacción y no comprensión, buscamos distracciones que, por fuerza, agotan la mente. Muy pocos estamos abiertos al dolor. Lo evitamos. Estando descontentos, tratamos de escapar del descontento. Asi, el pensamiento mismo se vuelve una distracción.

Lo importante es descubrir por qué cada uno de nosotros es indiferente o superficial ¿Por qué está uno atrapado en esta red del sufrimiento? La respuesta está en discernir por uno mismo las causas que nos vuelven sordos e insensibles al sufrimiento, a los cielos abiertos, a los pájaros en vuelo, a las lágrimas de nuestra relación. Ser sensible es ser vulnerable, y la comprensión puede llegar únicamente en ese estado de sensibilidad.

25 de enero de 1948

  

14 Krishnamurti & David Bohm Más allá del tiempo. La mente en el univ...

OBRA COMPLETA - TOMO 4 - J.K. - CONTINUACIÓN -

 Bombay, India, 1948

PRIMERA PLÁTICA EN BOMBAY

Donde hay comunión en el mismo nivel y al mismo tiempo, hay comprensión. El escuchar es un arte, ya sea que se trate de un problema, o cuando nos escuchamos el uno al otro. Para que podamos comunicarnos, no debe haber prejuicios ni miedo ni resistencia. La atención plena y profunda es el principio de la comprensión. La comprensión es instantánea, está siempre en el presente: no es el resultado del crecimiento ni del tiempo. Cuando el corazón está seco, la mente lo llena de palabras, pero esto no es comprensión. La realización de la verdad está siempre en el ahora, no en el mañana. Para recibir la verdad, el corazón debe estar abierto, debe ser vulnerable. Nadie puede darles la verdad; ella debe venir a ustedes. Para recibirla, para percibirla directamente, no tiene que haber defensas ni salvaguardas ni muros de resistencia.

La comprensión llega cuando percibimos lo que es. Estar alerta a lo que es, a lo obvio, a lo factual, sin interpretarlo, sin traducirlo, es el principio de la sabiduría. Guando la mente se halla cargada de prejuicios, de creencias, y está distorsionada por el esfuerzo, pasamos por alto la verdad de lo que es. Comprender exactamente lo factual, pone fin al conflicto. Percibir con exactitud, de instante en instante, lo que uno es, nos libera del conflicto y de la confusión. Ése es el principio de la sabiduría, Comprender lo factual, lo que es, libera del proceso del tiempo al pensamiento. El tiempo es un proceso destruc- a tivo, crea confusión, El movimiento psicológico del devenir engendra tiempo, y el tiempo no resuelve los problemas. Puede haber comprensión de lo que es, sólo cuando no lo condenamos ni nos identificamos con ello. Percibir lo factual ya es el comienzo de la inteligencia, pero no percibirlo y luchar, sólo engendra hábito.

Lo que es, nunca es estático, está siempre en movimiento, siempre experimenta modificaciones; y para seguirlas se requiere una mente alerta y pasiva. Para seguir el rápido movimiento de lo que es, la mente debe estar libre de conclusiones, de respuestas, de creencias y conocimientos. Conocer lo que es, lo factual, es trascenderlo.

Hay confusión y dolor, hay sufrimiento individual y colectivo. Esta desdicha está en todas partes. ¿Cómo hemos de habérnoslas cun ella.? ¿Cómo hemos de comprenderla? ¿Cuál es la respuesta do ustedes a esta desdicha? Según sea esa respuesta, serán capaces o no de comprender directamente la relación que tienen con esta creciente confusión. Aquéllos que obtienen beneficios de esta desdicha, beneficios en el mundo o beneficios psicológicos, tienen su respuesta y su acción peculiares. Desean que las cosas continúen siendo como son. Luego están aquéllos cuya respuesta en medio de esta desdicha es proteger lo que tienen, buscando la seguridad en distintos niveles. Hay otros cuya respuesta se dirige a la legislación, a la reforma, al orden externo; o a tratar de resolver este problema, conforme a un sistema, ya sea de la izquierda o de la derecha; o buscan un líder, un gurú, político o religioso, que los conduzca fuera de este sufrimiento creciente. Son todos métodos para escapar del problema mismo. Entonces los escapes se vuelven mucho más importantes que el problema; la ideología, el gurú, la cuenta bancaria, la seguridad psicológica, se vuelven mucho más importantes que el dolor en si; entonces el líder, la autoridad significa más que la propia desdicha; entonces la organización, los rituales, asumen una importancia dominante. Estas cosas y no los infortunios humanos, adquieren un papel fundamental en la vida Cuando las ideologías y sus autoridades — de la derecha o de la izquierda, religiosas o seglares — asumen el poder, entonces la humanidad, ustedes, son sacrificados.

¿Cuál es la causa de esta confusión y osle dolor en constante aumento, tanto interna como externamente? Ustedes deben descubrir la causa y no limitarse a repetir lo que dicen autoridades de la derecha o de la izquierda. Tienen que saber la verdad al respecto y no repetir las afirmaciones de otros, por sensatas y eruditas que sean Al descubrir por sí mismos la verdad acerca de la causa del dolor, se liberan del cloloi: la verdad libera, y la mera repetición es ignorancia Esto es lo importante: que la verdad libera y que deben descubrirla. Cuando predominan los valores sensorios, hay confusión; hay dolor si los valores mentales ejercen dominio sobre los valores eternos; la confusión aparece cuando el corazón se llena con las fabricaciones de la mente. Al asumir importancia extrema las cosas que son producto de la mano o de la mente, hay conflicto, confusión y sufrimiento.. Cuando domina el valor de las cosas, entonces la creencia y la ideología poseen una influencia significativa. Tratamos de escapar de esta confusión, y la búsqueda misma dé lo real se vuelve un escape con respecto a lo que es. Aquél que busca, que lucha para encontrar la verdad, jamás podrá encontrarla; la verdad se revela con la comprensión de ¡o que es Para comprender, es preciso que haya una observación tranquila, silenciosa, una percepción alerta y pasiva.

La destrucción avanza al mismo paso que la existencia. La frustración sigue a la acción; la ola de la confusión está siempre cubriendo nuestra vida; la muerte es nuestra constante compañera. Algunos se han liberado de la confusión y el dolor, pero la confusión y el dolor continúan. Cada uno debe liberarse él mismo de esta confusión y de este dolor, y sólo entonces podrá haber felicidad y paz en el mundo. Esta libertad no podemos encontrarla mañana, sino enel ahora. El tiempo no trae comprensión; la comprensión se halla siempre en el presente. Uno debe liberarse de la desdicha ahora, y no esperar el mañana. Esperar el mañana es estar atrapado en la ola de la confusión y la muerte, Si uno posterga, queda preso en la lucha y la infelicidad. Ustedes deben percibir la verdad ahora, porque la verdad es lo que nos libera, no el esfuerzo que hagamos, ni nuestro anhelo de ser libres, felices. La verdad debe ser percibida ahora, no postergada; al postergarla, damos nacimiento a la confusión. Sólo la verdad puede dar origen a la revolución creativa, renovadora. El cambio es una continuación modificada; la revolución de la izquierda es la continuación de la derecha. Pero la revolución creativa no es un cambio modificado, sino que consiste en abandonar el cambio por completo. Mientras el pensamiento esté cambiando, moviéndose de lo conocido a lo conocido, no podrá haber renovación. Esta revolución creativa puede tener lugar únicamente en el individuo. La individualidad surge en la relación. Esta relación da origen a la sociedad; la sociedad no es una entidad separada que existe por si misma. Es la proyección externa de la relación interna que hay entre un ser humano y otro. El mero cambio de lo externo tiene poca importancia sin una transformación profunda de las actividades psicológicas.

Sin conocimiento propio no hay base para el recto pensar y la recta acción. Ningún sistema puede trasplantar el conocimiento propio, el conocimiento de las modalidades de la mente y del corazón. Los sistemas pueden modificar y modifican, cambian la actividad externa del hombre, pero el hombre transforma siempre el sistema de acuerdo con sus propias exigencias internas. Hasta que yo, en mi relación con usted, comprenda y, de tal modo, origine una transformación fundamental, sigo siendo la causa de conflicto y confusión, destrucción y desdicha, explotación y crueldad. Esta comprensión no se encuentra en el futuro, sino siempre en el presente. Si uno la busca en el futuro, en el mañana, está atrapado en la ola de la confusión y la muerte. Cuando existe un interés absorbente, hay comprensión y acción inmediata. Si no hay una transformación psicológica ahora, ésta no llegará mañana, en el futuro. Con el mañana llegará el cambio, la continuidad modificada, pero eso no os una transformación fundamental. Esta transformación puede tener lugar únicamente ahora y no en el tiempo, en la duración. Por lo tanto, ¿cómo puede uno. que es el producto del pasado y cuyo pensamiento se basa en el pasado, en el ayer, en el tiempo, cómo puede salirse del tiempo? El tiempo cesa cuando hay comprensión completa. Esta existencia intemporal no es una ilusión, una alucinación autoinducida. Cuando un problema se comprende por completo, no deja residuo, recuerdo; el recuerdo, la memoria es tiempo. El “yo", la continuación de la memoria, engendra tiempo, el pasado en permanente acumulación. La libertad con respecto al “yo” tiene lugar sólo cuando cada problema, apenas surge, es comprendido completamente y a fondo.

Pregunta: Ya he nacido con cierto temperamento, con un determinado patrón psicológico y físico, cualquiera que sea la razón de ello. Este patrón se vuelve el más importante y singular factor en mi vida.Ella domina absolutamente, mi libertad dentro del patrón es muy limitada, y mis reacciones e impulsos están, en su mayoría, rígidamente predeterminados. ¿Puedo romper con la tiranía de los factores genéticos?

KRISHNAMURTI: Cada uno de nosotros es el resultado de su padre y su madre, quienes son, a su vez, el producto de sus progenitores. Las creencias de ellos, sus esperanzas y temores, sus anhelos de seguridad, sus dioses y templos, su conocimiento y su superstición, sus envidias y ambiciones, constituyen la estructura de la sociedad, el medio que nos contiene a cada uno de nosotros. Uno forma parte del medio, del entorno; es el producto del pasado en conjunción con el presente. Uno está sujeto a una influencia psicológica y ambiental. El hijo es el padre modificado. La existencia es el producto del pasado que, a través del presente, continúa hacia el futuro. Es la consecuencia del tiempo. Uno es el resultado del ayer que, modificado por el hoy, da nacimiento al mañana. Ahora bien, el interlocutor pregunta si puede salirse del tiempo, si puede romper con el patrón del pasado.

Cuando interpretamos lo que es, el pensamiento se desliza en lo irreal, en la teoría, en la especulación y la credulidad. Resulta arduo comprender lo que es. ¿Qué es aquello que lo condiciona? ¿Qué es lo que limita al pensamiento? ¿Qué es lo que da origen al patrón en el que queda atrapado el pensamiento? ¿No es, acaso, el mismo pensamiento? Si el pensamiento cesa, el patrón se rompe. El pensamiento es el resultado del ayer, del pasado; responde a cada reto — que siempre es nuevo — conforme al patrón del ayer. ¿Puede el propio pensamiento liberarse de la carga del pasado? Puede hacerlo sólo cuando el pensar, tal como lo conocemos, llega a su fin. Esta cesación del pensamiento no es una forma de escapar del pensamiento.

Parecen desconcertados; esperan de mi una respuesta a esta pregunta. Pero la respuesta está en la pregunta misma En el comprender lo que es, o sea, el problema en sí, se encuentra la solución. El problema mismo contiene su propia solución. Si esperan una respuesta, entonces no comprenden el problema; pero, al estudiar el problema en sí, sin la ansiosa búsqueda de la respuesta, el problema se termina. Si buscan una respuesta la encontrarán, pero estará de acuerdo con lo que les conviene, con lo que les satisface.

De modo que el problema es el siguiente: el pensamiento se halla condicionado, está fijo en un patrón. El pensamiento responde al reto, que es siempre nuevo, haciéndolo conforme al pasado y modificando, de esa manera, lo nuevo. Siendo el producto del ayer, el pensamiento sólo puede responder desde el punto de vista del ayer, del tiempo. Cuando usted pregunta: “¿Cómo puedo romper con la tiranía del condicionamiento?”, está formulando una pregunta errónea. El pensamiento jamás puede ser libre; sólo conoce la continuidad, no la libertad. La libertad existe cuando el pensamiento está ausente; hay libertad sólo cuando la continuidad llega a su fin. El pensamiento otorga la continuidad.Por lo tanto, debe darse cuenta de su propio condicionamiento y no tratar de llegar a ser esto o aquello. El llegar a ser, el devenir da continuidad al pensar y, por eso, no puede haber libertad respecto del condicionamiento. El pensamiento debe cesar para que haya libertad. Cuando el pensamiento se halla activo, positiva o negativamente, está condicionando, dando origen a la continuidad modificada.

¿Puede llegar a su fin el pensar? ¿Qué es el pensar? El así llamado pensar es la respuesta de la memoria. La memoria es el residuo de la experiencia. Cuando hay un reto, responde el pensamiento, que es el resultado del ayer. El reto, que es siempre nuevo, es encarado con lo viejo, y asi lo nuevo no es totalmente comprendido. Esta índole incompleta de una experiencia, deja una huella que llamamos memoria. ¿No ha notado usted que, cuando comprende una experiencia completamente, no queda recuerdo de tal experiencia? Sólo un acto incompleto deja una huella. La respuesta de la memoria es llamada pensar. ¿Puede haber un estado en que no esté funcionando la memoria? Cuando el tiempo cesa, hay un estado así; sólo ese estado transforma, sólo él es creativo.

18 de enero de 1948


OBRA COMPLETA - TOMO 4 - J.K. - CONTINUACIÓN -

 EL CAMINO DE LA PAZ

Dondequiera que vivamos, cada uno de nosotros se da cuenta de que en el mundo reina una confusión en permanente crecimiento. Esta pérdida de orientación, esta degeneración de los valores no se limita a ninguna clase o nación en particular. En todas parles y cualquiera que sea el nivel social en que nos movemos, advertimos en nuestra relación con el mundo externo y con el mundo interno de las ideas, que el conflicto y la desdicha parecen no terminar jamás.

Se han ofrecido muchas soluciones para esta contusión: soluciones económicas y políticas, sociales y religiosas. Sin embargo, ningún sistema puede traernos la paz. Los sistemas, con sus ideologías y sus modelos de acción, sólo se interesan en cambios y ajustes externos. Son incapaces de originar una transformación radical, porque se esfuerzan por un resultado, una meta, esfuerzo que es la consecuencia de un conocimiento superficial, del cálculo v de la frustración. El conocimiento de ellos no es un conocimiento integrado. Los expertos que ofrecen fórmulas cuidadosamente elaboradas se hallan obsesionados por logros preconcebidos, y son incapaces de comprender las complejidades psicológicas de la mente v el corazón humanos.

Los sistemas, por interesarse enteramente en los resultados y no en los medios, sólo pueden ofrecer modelos de acción y variaciones de ideas. En tanto la paz sea concebida en función de ideologías opuestas, no podrá haber paz. En tanto la paz sea un asunto que dependa de cuál lado gana, el vencedor habrá de enfrentarse invariablemente al desastre, porque para conquistarla tendrá que abandonar poderes que lo esclavizan. El camino de la paz radica en comprender la falacia que contiene la idea de que la paz es el resultado de la lucha, la consecuencia de un conflicto físico o mental entre fuerzas armadas o antago-Los sistemas, por interesarse enteramente en los resultados y no en los medios, sólo pueden ofiecer modelos de acción y variaciones de ideas En tanto la paz sea concebida en función de ideologías opuestas, no podrá haber paz En tanto la paz sea un asunto que dependa de cuál lado gana, el vencedor habrá de enfrentarse invariablemente al desastre, porque para conquistarla tendrá que abandonar poderes que lo esclavizan. El camino de la paz radica en comprender la falacia que contiene la idea de que la paz es el resultado de la lucha, la consecuencia de un conflicto físico o mental entre fuerzas armadas o antago-Los sistemas, por interesarse enteramente en los resultados y no en los medios, sólo pueden ofiecer modelos de acción y variaciones de ideas En tanto la paz sea concebida en función de ideologías opuestas, no podrá haber paz En tanto la paz sea un asunto que dependa de cuál lado gana, el vencedor habrá de enfrentarse invariablemente al desastre, porque para conquistarla tendrá que abandonar poderes que lo esclavizan. El camino de la paz radica en comprender la falacia que contiene la idea de que la paz es el resultado de la lucha, la consecuencia de un conflicto físico o mental entre fuerzas armadas o antagonistas ideológicos. La paz no es el resultado de una lucha, la paz. os aquello que queda cuando todo conflicto se ha disuelto en la llama de la compiensión. La paz no es lo opuesto del conflicto ni es la síntesis de los opuestos.

Los sistemas, filosólicos y económicos, son producidos en gran número por los especialistas, y estos diversos sistemas compiten unos con otros por el poder. Después de todo, los expertos v especialistas sólo pueden ofrecer sus opiniones; no pueden ofrecer la verdadera solución, porque la verdadera solución se halla completamente fuera de todos los sistemas. Un sistema puede ser técnicamente correcto y, no obstante, ser inaplicable salvo mediante la compulsión, y la paz no puede provenir de la compulsión. No puede haber paz si no se eliminan las causas del caos. Y las raíces del dolor deben ser vistas por cada uno antes de que puedan marchitarse. Sin embargo, confiamos en los especialistas, porque ninguno de nosotros quiere examinar a fondo por si mismo los problemas de la paz, sino que prefiere fiarse de los expertos, los políticos, los planificadores económicos. Pero la paz no pertenece, ciertamente, al reino de las ideas. Uno puede ver por si mismo que la paz no es el producto de un proceso de pensamiento. Nuestro pensar está condicionado y, por lo tanto, es limitado. El pensar limitado es, invariablemente, erróneo y es siempre una fuente de conflicto, Fiarse de ios sistemas, por técnicamente perfectos que sean, es eludir la responsabilidad de estar directamente interesado en la paz.

La guerra, esta tragedia siempre creciente es, al fin y al cabo, la mera expresión espectacular y sangrienta de nuestra vida cotidiana. No es el resultado accidental de una sociedad irresponsable. Esta desgracia, esta violencia, este caos espantoso en el mundo, es el resultado de nuestras acciones diarias en relación con las cosas, las personas y las ideas En tanto esta relación no sea plena y profundamente comprendida, no podrá haber paz en el mundo. La paz y la felicidad no se generan por si mismas o por casualidad. Para ser feliz y pacífico, uno tiene que pagar el precio. Este precio puede parecer enorme, pero en realidad no es muy grande; el único precio a pagar es la clara intención ele tener paz en nosotros mismos y asi vivir en paz con nuestros semejantes. Esta intención es esencial. El precio de la paz es la libertad con respecto a las causas que tienen como secuela la lucha y la violencia, el antagonismo y la envidia. La paz es un modo de vida, no el resultado de la estrategia por parte del individuo o de un grupo. Es un estilo de vida en el que la violencia no es reprimida por el ideal de no violencia, sino que en él la violencia, en sus causas y efectos, es profundamente comprendida y, por consiguiente, trascendida.

Para comprender la violencia, tiene que haber una clara percepción de ésta en sus diversas expresiones. Las causas de la violencia son múltiples y complejas: el nacionalismo, el antagonismo de clases, el afán adquisitivo, la avidez de poder, las innumerables creencias que ocasionan sufrimiento a nuestras mentes, todo eso origina violencia. El espíritu adquisitivo, que es la base : de nuestra presente civilización, ha dividido y opuesto entre si a los seres humanos. En nuestro deseo de poseer, de dominar los pensamientos, sentimientos y actos de las personas, nos hemos dividido en clases, gobiernos de clase, luchas de clases, guerras de clases, y también nos hemos dividido en hindúes y musulmanes, norteamericanos y rusos, obreros y campesinos, etc. El poder sobre las cosas fabricadas por la mano es lo menos desastroso; la esclavitud mental, psicológica del hombre respecto del hombre, es la que tanto lo está embruteciendo y desintegrando. Las verdaderas causas de la guerra están ocultas en nuestra renuencia a mantenernos interna, psicológicamente libres. El problema de la violencia habrá de continuar en tanto no estemos dispuestos a abandonar nuestras creencias, nuestros dogmas, nuestras ideologías, y los sistemas de pensamiento, los patrones de conducta y las múltiples compulsiones que, en ausencia de comprensión, son meramente trabas provistas por la sociedad con el fin de controlarnos. Estas cadenas que nos sujetan generarán, inevitablemente, caos y desdicha en lodos los esquemas para la transformación social o política, económica o religiosa.

Y, no obstante, podríamos vivir de maneta extremadamente simple, sabia y, por ende, pacifica, si nuestras mentes y nuestros corazones no estuvieran agobiados por el afán de poseer cosas, cosas producto de la mano o de la mente. Lo que necesitamos en cuanto a alimento, ropa y vivienda vendrá a nosotros fácil y sensatamente cuando nuestras vidas estén libres de violencia Esta libertad respecto de la violencia es amor. El experto, económico o religioso, político o social, nos está llevando al desastre. Cada uno de nosotros debe interesarse en la creación do una nueva sociedad, de una cultura nueva, libres de las causas que están destruyendo y desintegrando el mundo en que vivimos, Así, pues, le corresponde a cada uno de ustedes, el individuo, realizar esto mediante su propia transformación, pagando libremente el precio por la paz, abandonando gustosamente el nacionalismo, la seguridad que brindan la clase social, las ideologías y las religiones organizadas; de ese modo, podrán traer paz al mundo. La transformación de uno mismo es de importancia suprema, porque uno mismo es la causa de esta confusión que reina en el mundo donde vive; el estilo de vida de cada uno de nosotros, o bien transformará inmediatamente el mundo que nos rodea, o hará que continúen con mayor intensidad el caos y el dolor.

Lo que tiene máxima significación, no son las afirmaciones de los expertos, sino lo que uno mismo es. Nuestra conducta cotidiana es decisiva en la acción de originar paz en el mundo; los movimientos de masas impulsados por compulsiones físicas y psicológicas, no pueden generar paz y felicidad para el hombre, A menos que cada uno de ustedes deje de ceder a las presiones físicas, mentales, religiosas o políticas, continuará siendo el creador y ¡a víctima de esta espantosa desdicha. Por lo tanto, ustedes, los individuos, son el problema del mundo. Son el único problema, porque todos los demás problemas se originan en la renuencia que tienen para habérselas consigo mismos y, de ese modo, comprenderse plena y profundamente.

Los problemas del mundo son sus propios problemas, sólo que magnificados y multiplicados. No son, de ninguna manera, extraños para ustedes; son los mismos problemas de alimentación y vivienda, de libertad y afecto, de paz y felicidad. Cada uno de ustedes es parte y expresión del mundo, y el mundo se refleja, de manera plena y completa, en ustedes. No pueden separarse del mundo, porque el mundo los afecta y ustedes afectan al mundo, les guste o no. Todos los intentos (que hagan por separarse del mundo, conducirán de modo inevitable al deterioro, al agotamiento de la mente y del corazón. Ustedes han hecho este mundo y ustedes tienen que transformarlo. Mediante su conducta, su modo de vivir, regenerándose fundamentalmente a si mismos, pueden crear un mundo nuevo libre de privaciones y luchas, de guerras y de explotación. Esta regeneración fundamental, esta completa transformación, llegará si están alerta a sus pensamientos, sentimientos y acciones. Estén atentos a cómo se comportan en su vida diaria, dense cuenta de cuán condicionados están por el pasado y por el medio que los rodea. Vean cómo actúan desde la memoria, desde la codicia, la imitación y la obediencia. No condenen la vida que viven. Sean compasivos con ustedes mismos, pero no se justifiquen a sí mismos. Sin condena ni justificación alguna, véanse tal como son, obsérvense cuando piensan, sienten y actúan, hasta que empiecen a comprenderse a si mismos. Esta llama de la comprensión los libera de sus enredos psicológicos, lo cual contribuye a la verdadera simplicidad. Esta simplicidad, esta sencillez del corazón y de la mente, originará la transformación del individuo e inmediatamente transformará el mundo en que viven.

Se tornarán conscientes de la violencia en su vida cotidiana. Si la condenan, crearán el opuesto, el ideal de no violencia, el cual sólo perpetúa la violencia y lo envuelve a uno en un conflicto inacabable con la violencia, Permanecer en un estado de conflicto es, en si mismo, violencia. Cultivar un ideal de no violencia mientras todo el tiempo vivimos en medio de ia violencia, es hipocresía — una traición con respecto a la verdad de lo que es — y, por lo tanto, es la más grande forma de violencia. Un ideal es siempre algo que no y existe, este opuesto llamado ideal es una ficción imaginaria. El hecho es lo y único que existe. Siendo ficticio, el ideal carece de efectividad y, por consiguiente, alimenta la violencia en una u otra forma. Pero, en la plena y flexible percepción de la violencia con sus diversas implicaciones, nos liberamos de ella y no la sustituimos por otra forma de violencia.

Sólo el amor puede transformar el mundo, Ningún sistema, ni de derecha ni de izquierda, por hábil y convincentemente que se lo haya planeado, puede y: traer paz y felicidad al mundo. El amor no es un ideal, sino que surge cuando y hay respeto y piedad, cosas que todos nosotros estamos en condiciones de sentir. Este respeto y esta piedad debemos mostrarlos hacia todo, Entonces, ése es nuestro modo de ser, el cual adviene con la riqueza de la comprensión. Donde hay codicia y envidia, donde existen la creencia y el dogma, no puede haber amor. Donde hay nacionalismo o apego a los valores sensorios, no puede haber amor. Sin embargo, sólo el amor es capaz de resolver todas nuestras y dificultades humanas. Sin amor, la vida es vulgar, cruel y vacía, Pero, para poder ver la verdad del amor, cada uno debe estar líbre de aquellos procesos que nos encierran en nosotros mismos, que destruyen al individuo y están desintegrando el mundo. La paz y la felicidad llegan cuando la mente y el corazón no están agobiados por esos modos de vida que nos aíslan constantemente.

El amor y la verdad no pueden encontrarse en ningún libro, en ninguna iglesia, en ningún templo Surgen a la existencia cuando hay conocimiento propio. El conocimiento propio es un proceso arduo pero no difícil; se vuelve difícil sólo cuando estamos tratando de lograr un resultardo. Pero el percibir con exactitud, de instante en instante, las modalidades de nuestros pensamientos, sentimientos y actos, sin condenarlos ni justificarlos, trae consigo una libertad, una liberación que es el único estado donde puede existir la bienaventuranza de la verdad. Esta verdad traerá paz al mundo. Esta verdad hará de cada uno de nosotros una bendición en nuestras relaciones, una fuente de felicidad.

Esta guerra, que parece tan catastróficamente inminente, no puede ser evitada mediante ningún esfuerzo espasmódico de la diplomacia o mediante el juego de las conferencias. Los pactos y los tratados no detendrán la guerra. Lo que podrá poner fin a estas guerras reiteradas es la buena voluntad. Las ideologías, por su propia naturaleza, causan conflicto, antagonismo y confusión, y asi es como se destruye la buena voluntad.

Las ideologías se tornan sumamente importantes cuando son negados el individuo y su felicidad interna. Entonces ustedes y yo nos volvemos meros peones en el juego de los buscadores de poder, y donde hay hambre de poder, ya sea individual o colectivo, tiene que haber derramamiento de sangre y dolor.

El camino de la paz es simple. Es el camino de la verdad y del amor. Comienza con el individuo mismo. Donde el individuo acepta su responsabilidad por la violencia y la guerra, allí encuentra firme apoyo la paz. Para ir lejos, uno debe empezar cerca, y dentro de uno están las primeras acciones. Las fuentes de la paz no se hallan fuera de nosotros, y el corazón del hombre está a su propio cuidado Para tener paz debemos ser pacíficos. Para poner fin a la violencia, cada uno debe liberarse voluntariamente de las causas de la violencia. Diligentemente, uno debe emprender la tarea de la autotransformación. Nuestras mentes y nuestros corazones deben ser simples, han de hallarse creativamente vacíos y en estado de observación alerta. Sólo entonces puede manifestarse el amor. Únicamente el amor puede traer paz al mundo, y sólo entonces el mundo conocerá la bienaventuranza de lo real.

Plática radiodifundida y publicada por gentileza de la All-India Radio, Bombay,

3 DE FEBRERO DE 1948

OBRA COMPLETA - TOMO 4 - J.K. - CONTINUACIÓN -

 EL MODO DE VIVIR

El mundo humano en el que vivimos está compuesto de individuos, y sin el individuo no existe la sociedad. Los problemas del mundo no son sino problemas de relación entre un ser humano y otro. En consecuencia, el problema individual es el problema del mundo. El mundo es tan sólo el individuo en su relación con otros, relación basada en lo que él piensa de sí mismo.

El hombre es un producto de un proceso total del mundo; no es una fuerza separativa. Su existencia no está basada en el antagonismo. Lo que afecta al individuo afecta profundamente al mundo; no hay separación; la regeneración del individuo se refleja inmediata y totalmente en la transformación del mundo.

Sin la regeneración del individuo no puede haber una revolución fundamental. Sin una revolución básica de valores, es imposible un orden verdadero y perdurable. Es nuestro interés dar origen a esta revolución. Es una revolución en el sentir, en el pensar y, por ende, en el actuar. Estas tres cosas no están separadas, sino que constituyen un proceso unitario. Se relacionan entre sí y dependen la una de la otra.

Sólo cuando hemos generado orden y paz en nuestras propias vidas, cuando estamos fuera de esta confusión, podemos comprender lo real; únicamente esta comprensión puede traer dicha a la humanidad. Sin tal comprensión, cualquier cosa que hagamos sólo nos conducirá a ulteriores desastres y sufrimientos...

El individuo, cada uno de nosotros, es mucho más importante que cualquier sistema, religioso o social. Los sistemas le impiden al hombre resolver sus problemas. Los sistemas se han vuelto mucho más apremiantes que el sufrimiento humano. Los modelos de acción destruyen la libertad del hombre y lo sumen en la confusión y la desdicha. Sólo comprendiendo lo que es, el presente, lo factual, hay posibilidad de transformarlo. El mundo puede ser cambiado tan sólo en el presente, no en el futuro; sólo aquí, no en otra parte.

Si recurrimos a los sistemas, que son modelos de acción, creamos necesariamente lideres y guiñes, y éstos nos separan del problema central que es nuestro propio sufrimiento. El sufrimiento no puede ser superado mediante ninguna creencia, mediante ningún modelo de acción. Ningún líder, político o religioso, puede generar orden dentro de nosotros. Cada uno ha de comprender su propia confusión, su propio dolor, confusión y dolor que luego proyectamos al mundo. Esta proyección es la sociedad con su degradación y su violencia.

Sufrimos, física y psicológicamente, en niveles diferentes de nuestra conciencia. Este sufrimiento adopta formas distintas dentro de cada uno de nosotros, pero debemos desconfiar de lo distinto y concentrarnos en lo similar.

Hay caos económico generado por el énfasis excesivo en los valores sensorios. Tratamos de resolverlo incrementando más aún los valores sensorios, expandiendo la producción de cosas. Recurrimos a la máquina para obtener mayor satisfacción y, de tal modo, damos importancia a los objetos materiales, a la propiedad, al nombre y a la casta. Si miramos en torno o dentro de nosotros mismos, vemos que la propiedad, el nombre y la casta se han vuelto extraordinariamente importantes y, por haber asumido un valor de tanta preponderancia, es natural que generen conflicto entre los seres humanos. Usamos las cosas hechas por la mano o por la máquina, como medios para escapar de nuestros conflictos psicológicos y de nuestra constante angustia.

De manera que el mero reordenamiento de las cosas conforme a algún modelo de acción, ya sea de la extrema izquierda o de la derecha, tendrá poca importancia si no comprendemos la confusión psicológica y la desdicha en que vive cada uno de nosotros.

Así, pues, el énfasis debe ponerse en el conflicto interno del individuo. De nada vale tratar todo el tiempo, de establecer orden en la existencia externa, porque lo interno, lo psicológico, se impondrá siempre sobre lo externo, por bien y hábilmente organizado y legislado que esté.

Este conflicto psicológico que hay dentro de nosotros es de la mayor importancia. Se manifiesta en nuestra relación con las cosas, con las personas y con las ideas. Esta relación falsa es la que causa sufrimiento. Y dar origen a una relación verdadera es tarea de cada uno de los que tratamos de resolver este caos espantoso y esta agonía que reina en el mundo.

Uno no puede aislarse del mundo, porque ser es estar relacionado. Sin comprender la relación, no existe una acción genuina, porque eso que llamamos acción es tan sólo un movimiento dentro del marco ideológico. Un movimiento así tiene que traer por fuerza más pesar y sufrimiento. La relación es comunión, y esta comunión se ve impedida cuando es fuerte el proceso que nos aísla. En la relación, cada uno de nosotros está solamente buscando seguridad en diferentes niveles de su existencia. La búsqueda de satisfacción en las cosas, en las personas y en las ideas, genera aislamiento, un muro que nos encierra en nosotros mismos, que impide la relación. Aunque pensemos que estamos relacionados, lo que en realidad hacemos es mirar por encima de los muros que nos aíslan, pero permaneciendo siempre encerrados dentro de ellos, generando así mayores sufrimientos para nosotros mismos y para los demás. La relación dentro del aislamiento conduce inevitablemente a la crueldad y al miedo.

Pero la relación no debe ser, necesariamente, un proceso de aislamiento. Puede ser un proceso de autonevelación que nos permita comprendernos a nosotros mismos. Tal comprensión es un hecho de totalidad. Este conocimiento propio que surge a través de la relación, no podemos encontrarlo en los libros, en el gurú ni en líder alguno, Si ustedes recurren a ellos, sólo están eludiendo la acción inmediata. Es, pues, muy importante comprender la función que tiene nuestra relación con las cosas, con las personas y con las ideas. El sufrimiento aparece cuando esta relación, en vez de ser una acción autorreveladora, se convierte en un movimiento de autoencierro.

Entonces, cuando hay sufrimiento, no debemos tratar de buscar una solución para el sufrimiento. Más bien debemos examinar la relación, que es la causa principal del dolor. El dolor es el efecto del falso propósito en la relación tan pronto buscamos gratificación escape o seguridad en la relación, abordarnos a la otra persona con un motivo, y en ese modo de abordarla hay violencia. Y, a causa de la violencia en la relación, hay violencia en el mundo.

El ideal de no violencia es una forma de eludir la comprensión de la violencia. El idealista que procura ser no violento, evita de ese modo la tiansformación fundamental de la violencia. La no violencia es tan sólo una idea; lo factual es la violencia. La violencia puede ser comprendida y transformada cuando eliminamos el ideal ficticio. La idea de lo opuesto, se vuelve un obstáculo para lo que es. Lo opuesto de la violencia es, en si mismo, violencia; jamás es amor, el cual es su propia eternidad. El idealista que va en pos del opuesto, jamás puede conocer el amor. Su único interés consiste en llegar a ser no violento, lo cual es siempre la expresión del «yo», tanto si es positiva como negativa. Para resolver el proceso del sufrimiento, debemos abandonar el ideal. El conocimiento, que es mera memoria, debe ser descartado, porque el presente no puede ser comprendido a través del pasado, pero el pasado puede ser comprendido en el presente. El problema de la violencia no puede comprenderse mediante el pensar, porque las raíces del pensar son las mismas que las de la violencia. Sólo cuando cese el proceso del pensamiento, la violencia llegará a su fin. Este proceso cesa cuando la percepción alerta, libre de condena o justificación, abarca a la violencia en su comprensión compasiva. Esta cesación del pensamiento es «ser», y el «ser» es siempre creativo. Sólo entonces se manifiesta la realidad, cuya bienaventuranza debemos descubrir para saber qué es.

La violencia que hay en todo el mundo no podrá ser superada mediante modelos de acción, ya sean de la izquierda o de la derecha. La violencia es un síntoma de vacuidad interna que ni la violencia ni la no violencia pueden llenar, porque la lucha misma por llenar esta vacuidad, conduce a más violencia Si queremos estar libres de violencia, debemos comprender esta vacuidad. Esto ocurrirá cuando seamos capaces de estar solos, no aislados. La soledad madura, creativa, es libertad con respecto a toda forma de creencia, a todos los impedimentos que agobian nuestra vida. Únicamente en este estado se manifiesta la realidad. La realidad es la plenitud de comprensión y amor.

Este amor no nace de la represión del odio y la violencia Lo conocerá sólo quien haya visto el rostro de la violencia y no le haya vuelto la espalda, quien no la haya disimulado con un ideal, el cual es otra vez violencia, tanto en su intención como en sus resultados. El amor no es la meta, el objetivo distante de un agotador sendero; está oculto en la aceptación de lo factual y, por lo tanto, de lo real. La verdad está en el amor a la vida, no en el ideal, que es violencia contra la verdad. Sólo la verdad puede liberarnos, y únicamente en la libertad puede haber amor por el ser humano.

Esta libertad no es independencia, la cual es mero aislamiento. Esta libertad no conoce fronteras de hechura humana. Es la libertad de la mente, que surge de la comprensión compasiva. Esta libertad es siempre individual, jamás política o económica. Es siempre un descubrimiento interno Nadie puede otorgarla ni es el resultado de la lucha. Adviene por sí misma, silenciosa y repentinamente, cuando la mente, en un estado de humildad y comprensión, considera sus propias limitaciones.

Unicamente esta libertad puede renovar el mundo. Sólo aquéllos en quienes ella ha nacido, son genuinamente no violentos, porque lo son con la verdad. Ellos son los precursores de la más grande de las revoluciones: la revolución de lo real.

Plática radiodifundida y publicada

por gentileza de la All-India Radio, Bombay t v .

2 de febrero de 1948

OBRA COMPLETA - TOMO 4 -J.K. - CONTINUACIÓN -

 Pláticas Transmitidas por Radio , India, 1947- 48

UN MODO NUEVO DE ABORDAR LA VIDA

Nos damos cuenta de la confusión y del dolor que existen dentro y alrededor de nosotros. Política y socialmente, esta confusión no es una crisis pasajera como tantas que ha habido, sino una crisis de importancia extraordinaria. Han existido, en distintos períodos, guerras, depresiones económicas y convulsiones sociales. Pero esta crisis no puede compararse con osos cíclicos desastres, esta crisis no pertenece a ningún país en particular ni es la consecuencia de un determinado sistema, religioso o seglar; es una crisis en el valor y significado del hombre mismo.

No podemos, pues, pensar en función de reformas a base de remiendos, ni buscar sustituir un sistema por otro. Para comprender esta crisis, tiene que haber una revolución en el pensar y el sentir. Esta confusión con su dolor no es el resultado de meros acontecimientos externos, por catastróficos que puedan haber sido, sino que es el resultado del desorden y la desdicha que reinan en cada uno de nosotros. De modo que, sin comprender el problema individual, que es el problema del mundo, no puede haber paz y orden dentro ni fuera. Puesto que ustedes y yo hemos originado esta degradación, esta infelicidad, es totalmente inútil recurrir a un sistema para una transformación de las condiciones presentes. Dado que ustedes y yo somos responsables por el caos actual, ustedes y yo debemos originar en nosotros mismos la transformación de valores.

Esta transformación de valores no puede tener lugar mediante ninguna legislación ni puede producirla compulsivamente ningún tipo de agentes externos. Si acudimos a ellos encontraremos, repetidas, una confusión y una desdicha similares. Hemos sido reducidos a este estado de conflicto y desorden, por haber dado predominio a los valores sensorios, y estos valores engendran siempre embotamiento de la mente y del corazón. Los valores sensorios hacen que nuestra existencia se torne mecánica y carente de toda creatividad.

El alimento, la ropa y la vivienda no son un fin en sí mismos. Pero se convierten en un fin cuando no comprendemos la significación psicológica del hombre. La regeneración puede tener lugar sólo cuando uno como individuo, toma clara conciencia de esas condiciones que limitan el pensar y el sentir. Esta limitación es autoimpuesla por la mente, que está buscando siempre su propia seguridad por medio de la propiedad, de la familia y a través de la idea o la creencia. Esta búsqueda psicológica de seguridad necesita el cultivo de cosas producidas por la mano o por la mente. Y asi, las cosas, la familia, el nombre y la creencia se vuelven sumamente importantes, porque buscamos la felicidad por intermedio de ellas. Y como no podemos encontrarla, el pensamiento crea una forma superior de creencia, una forma superior de seguridad. En tanto la mente esté buscando la seguridad autoprotectora, no es posible comprender la relación entre los seres humanos; la relación es, entonces, mera gratificación mutua y no un proceso de conocimiento propio.

Es importante comprender el significado de la verdadero relación. No puede haber existencia en aislamiento. Ser es estar relacionado, y sin relación no hay existencia. La relación es reto y respuesta. La relación de uno con otro es la sociedad; la sociedad no es independiente de uno mismo; la masa no es una entidad separada, sino que es el producto de cada uno y de su relación con el otro. La relación es percepción de la acción reciproca que tiene lugar entre ambos. Ahora bien, ¿en qué se basa esa relación? Ustedes dicen que se basa en la interdependencia, en la ayuda mutua, etc ; pero, aparte de la pantalla emocional que proyectamos unos sobre otros, ¿en qué se fundamenta, de hecho, la relación? En la gratificación mutua, ¿no es así? Si yo no le agrado, usted se libra de mi de diferentes maneras; y, si le agrado, me acepta como su cónyuge, su vecino, su amigo, su gurú. Eso es lo que, en realidad, ocurre, ¿no es cierto? buscamos la relación donde hay gratificación, satisfacción mutua. Y cuando no la encontramos o no se nos da, cambiamos de relación o buscamos el divorcio; o, soportando lo que es, tratamos de encontrar satisfacción en otra parte,. Cambiamos de gurú, de Maestro, o ingresamos en otra organización. Vamos de una relación a otra hasta encontrar lo que buscamos, que es satisfacción, seguridad, consuelo y demás. Cuando buscamos gratificación en nuestras relaciones, el conflicto es inevitable. Cuando buscamos la seguridad, que es siempre evasiva, hay lucha por poseer, por dominar, y está el dolor de los celos, de la incertidumbre. Las exigencias egocéntricas, el afán posesivo, el deseo de seguridad y confortación psicológica, niegan el amor. Uno podrá hablar del amor como responsabilidad, deber, etc., pero de hecho no hay amor, lo cual es evidente en la estructura de la sociedad moderna. La manera como tratan ustedes a sus esposas y maridos, a sus hijos, vecinos, amigos, indica la falta de amor en la relación.

Cuál es, entonces, el significado de la relación? Si se observa a si mismo en la relación, ¿no encuentra que es un proceso de revelación propia? ¿Acaso su contacto con otro ser humano no revela, si está atento, el estado de su propio ser? La relación es un proceso autorrevelador, un proceso de conocimiento propio. Dado que revela pensamientos y actos inquietantes, desagradables, uno escapa de semejante relación hacia otra que lo conforte, que lo tranquilice. La relación llega a significar muy poco cuando se basa en la gratificación mutua; pero se torna muy significativa cuando es autorreveladora. Sólo cuando el otro se vuelve más importante que el amor mismo, comienza la relación de placer y dolor. Cuando uno se entrega total y completamente — cuando ama — , la relación no existe como gratificación mutua ni como proceso de autorrevelación No hay gratificación en el amor.

Un amor asi es algo maravilloso. En él no hay fricción alguna sino un estado de integración completa, de existencia extática. Existen tales momentos, raros, dichosos, jubilosos momentos, cuando hay amor, comunión plena. El amor se retira cuando el objeto del amor se vuelve lo más importante, entonces comienza el conflicto de la posesión, del miedo, de los celos. Por eso el amor se aleja, y cuanto más se aleja mayor llega a ser el problema de la relación, y ésta pierde su valor, su sentido. El amor no puede surgir por obra de la disciplina, por ningún medio, ni a causa de urgencia intelectual alguna. Es un estado del ser que adviene cuando han cesado las actividades del «yo». Estas actividades no deben ser sometidas a la disciplina ni reprimidas ni evitadas; deben ser comprendidas. Tiene que haber una percepción inteligente y, en consecuencia, comprensión de las actividades del «yo» en todas sus diferentes capas.

Sin conocimiento propio no puede haber recto pensar El recto pensar puede surgir únicamente cuando uno está alerta a cada pensamiento v sentimiento, a cada una de sus actividades. Gracias a esta percepción alerta en la que no puede haber condena, justificación ni identificación, cada pensamiento puede completarse y ser comprendido. Así, la mente comienza a liberarse de los impedimentos y de las servidumbres que ella misma se ha creado. Sólo en esta libertad puede manifestarse lo real.

De modo que nuestro problema no es la adhesión a tal o cual sistema particular de pensamiento — ya sea político o religioso — , sino que el individuo cobre conciencia de su propio conflicto, de su confusión y su dolor. Cuando se torna consciente de la lucha y el sufrimiento, la respuesta inevitable es escapar de ellos mediante creencias, actividades sociales, entretenimientos, o identificándose con la acción política, tanto de derecha como de izquierda. Pero la confusión y el dolor no se resuelven mediante escapes; éstos sólo intensifican la lucha y el sufrimiento.

Los escapes que las organizaciones religiosas ofrecen como medios de resolver esta confusión, carecen de valor para un hombre reflexivo, porque el Dios que ellas proponen es el Dios de la seguridad; no ofrecen la comprensión para el desorden y el sufrimiento que padecen los seres humanos. La idolatría, el culto de cosas producidas por la mano o por la mente, sólo ponen al hombre en contra del hombre; no ofrecen la disolución del dolor humano, sino un fácil escape, una distracción que embota el corazón y la mente. También ocurre con los sistemas políticos; en ellos el hombre encuentra fáciles escapes para su existencia actual.. Porque en ellos el presente se sacrifica por el futuro. Pero el presente es la única puerta a través de la cual puede llegar la comprensión. El futuro es siempre incierto, y sólo el presente puede ser transformado mediante la plena y profunda comprensión de lo que es. De modo que, las religiones organizadas y los sistemas políticos, no pueden resolver esta confusión y este dolor del hombre.

El hombre mismo, cada uno de nosotros, tiene que enfrentarse a esta confusión desechando todos los sistemas y todas las creencias, y debe tratar de comprender qué ocurre dentro de sí mismo. Porque lo que es uno, eso es el mundo; y el mundo no puede regenerarse si primero no se transforma uno mismo. Por lo tanto, el énfasis debe estar puesto no en la mera transformación del mundo, sino en la del individuo, usted; porque usted es el mundo y, sin usted, el mundo no existe. Para esta transformación, el líder — espiritual o seglar — llega a ser un obstáculo, un factor degenerativo en la civilización. Esta regeneración humana puede tener lugar sólo cuando —desechando todos los impedimentos tales como ei nacionalismo, las religiones organizadas, las creencias organizadas y aquellas barreras que ponen al hombre contra el hombre, barreras como la casta, la raza, los sistemas, etc. — uno se comprende a si mismo estando alerta a sus pensamientos, sentimientos y acciones de todos los días.

Sólo cuando el pensamiento está libre de los valores sensorios, puede haber realización de la verdad No hay sendero que conduzca hacia la verdad Usted debe lanzarse al mar inexplorado pata encontr arla La realidad no puede ser transmitida por otro, puesto que aquello que se transmite ya es conocido, y lo conocido no es lo real. La felicidad no se encuentra en la multiplicación de proyectos o sistemas ni en esos valores que ofrece la civilización moderna, sino que radica en la libertad que trae consigo la virtud; la virtud no es un fin en si misma, pero es esencial, poique sólo en esa libertad puede manifestarse lo real. La mera búsqueda y multiplicación de valores sensorios, sólo puede conducirnos a más confusión e infelicidad, a más guerras y desastres.

Podrá haber paz y orden en el mundo sólo cuando uno mismo, como individuo, gracias al conocimiento propio y al recto pensar — que no se encuentran en ningún libro ni pueden ser transmitidos por ningún Maestro — , deseche esos valores que generan lucha y confusión, El propósito del hombre no es este esfuerzo constante, esta desdicha, sino la realización del amor y la felicidad que nacen cuando damos con lo real.

Plática radiodifundida y publicada por gentileza de la All-India Radio, Madras.

16 de diciembre de 1947