OBRA COMPLETA - TOMO 2 - J.K. - CONTINUACIÓN -

 CUARTA PLÁTICA EN LA CIUDAD DE MÉXICO


Pregunta: ¿Cómo podemos educar a un niño a fin de capacitarlo en la mejor forma posible para que alcance la realización de la que usted habla?


KRISHNAMURTI: La educación es impartida ya sea para que el niño encaje en un determinado sistema o patrón, o para despertar en él la inteligencia de modo que su vida sea plena y completa. Si desean moldearlo para un sistema definido, primero deben investigar su verdadera naturaleza. Niños y niñas son educados para que se adapten a una forma particular de pensamiento y acción que se basa esencialmente en la codicia y el temor. Ahora bien, ¿desea usted que su hijo encaje en este molde particular? Si no lo desea, entonces tiene que considerar este problema de una manera por completo diferente. O sea, tiene que considerar si un ser humano ha de ser moldeado, controlado, dominado para siempre por el medio, si ha de ser condicionado y limitado para siempre por el temor; o si, despertando su inteligencia, ha de ayudárselo a abrirse paso por esta limitación del medio hasta que alcance su profunda realización.

Si los seres humanos han de realizarse, tiene que haber un intenso y firme pensar y actuar por parte de ustedes, porque sus mentes se hallan tan influidas y dominadas por la autoridad, que piensan que a los niños hay que imponerles un determinado patrón social, que es necesario moldearlos para que encajen en él.

Cuando desean que una persona encaje en un estilo particular de conducta, ello indica temor, temor sobre el cual se basan sus religiones y su moralidad social. En esta estructura no hay realización posible. Por favor, comprendan lo que entiendo por realización individual. No me refiero a ninguna forma de expresión egotista. La verdadera realización ocurre cuando la mente y el corazón se liberan espontáneamente de esos valores autodefensivos impuestos por la religión y la sociedad.

¿Por lo tanto, si ustedes desean realmente ayudar al niño a realizarse, deben comprender en qué consiste la realización individual en la sociedad. No puedo entrar ahora en detalles ni explicar las muchas ideas sutiles que se relacionan con ello; pero mientras la mente y el corazón se estén forzando a adaptarse a un estilo particular de conducta, a un patrón de autodefensa egoísta, tendrá que haber siempre temor, el cual niega la verdadera realización y convierte al hombre en una máquina imitativa. Usted, que es una persona seria, debe darse cuenta de las limitaciones de estos valores autodefensivos y así crear la verdadera revolución, no la mera antítesis de la autoridad.

Pregunta: ¿Es su intención crear una revolución mundial contra el orden existente?

KRISHNAMURTI: Donde se ejerce la autoridad no puede haber inteligencia. Donde hay compulsión, imposición, tiene que haber revueltas. La revolución es la consecuencia de la opresión y la autoridad. Donde hay dominio en cualquiera de sus formas, tiene que haber rebeliones, revolución. Después de que la revolución ha tenido lugar, vuelve a establecerse la autoridad, la cristalización del pensamiento y de la moralidad. De la imposición de la autoridad a la revolución, y de la revolución, una vez más, a la compulsión; éste es el círculo vicioso en el cual la mente se encuentra atrapada todo el tiempo. Lo que romperá este círculo es la comprensión del significado profundo de la autoridad en sí.

Creamos la autoridad a causa del deseo de consuelo y seguridad, de enriquecimiento y protección, no sólo aquí sino también en el más allá. Basada en este deseo, se ha establecido una estructura social y religiosa que tiene que oprimir y explotar a la gente; y contra esta estructura se generan las reacciones de la rebelión. Si ustedes, que están creando compulsión y, en consecuencia, desdicha para otros y para ustedes mismos, tomaran profunda conciencia del veneno que ello implica, entonces no habría temor expresándose mediante el apego a un ideal, a una creencia, a una familia como instrumentos de seguridad. Existiría entonces ese constante devenir, ese movimiento natural de la vida, lo eterno.

La mera revolución, sin la investigación fundamental respecto de la autoridad, crea una nueva prisión en la que nuestro corazón y nuestra mente quedan otra vez atrapados. La revolución es producida por un grupo, y ese grupo ha surgido a la existencia gracias al pensamiento y a la acción individual. Pero si el individuo sólo busca, consciente o inconscientemente, su propia seguridad, entonces surgirá nada más que otro grupo de compulsiones e imposiciones. Lo que importa verdaderamente es esta constante percepción alerta capaz de liberar a la mente y al corazón de su propio deseo de seguridad. Cuando la mente está de veras libre del anhelo de seguridad, cuando está de veras insegura, entonces existe el éxtasis del movimiento de la vida, el cual no puede ser conocido mediante una mera rebelión, una reacción contra la autoridad.

Pregunta: ¿Cuál es el significado de la muerte?

KRISHNAMURTI: Descubriremos el significado de la muerte comprendiendo la desdicha y la angustia causadas por la muerte. Cuando hay una muerte, ocurre una conmoción intensa a la que llamamos sufrimiento. Hemos perdido a alguien a quien amábamos intensamente, de quien dependíamos, que nos enriquecía. Cuando hay sufrimiento, indicación de la carencia del ser, buscamos un remedio, el remedio que ofrecen las religiones, la unidad final de todos los seres humanos, con las numerosas teorías concernientes a ello. Luego está la droga espiritualista y el confortador remedio en la idea de la reencarnación. Buscamos innumerables formas de escapar de la angustia causada por la muerte de alguien a quien amábamos intensamente. Estos escapes no son sino modos sutiles de perdemos en el olvido de nosotros mismos. No nos interesamos en la muerte, sino en nuestro propio sufrimiento. Sólo que a eso lo llamamos amor por la persona que ha muerto.

Ahora bien, si no buscamos consuelo, por sutil que pueda ser, entonces ese sufrimiento mismo despertará nuestra verdadera inteligencia; sólo esa inteligencia habrá de revelamos el fluir de la realidad. No estoy teorizando; les digo lo que realmente ocurre. A causa de la muerte, uno toma conciencia de su propia vacuidad, del vacío, de la soledad, y esto causa dolor; para libramos de esta agonía, buscamos remedios, consuelos que son meramente narcóticos para drogar la mente. De este modo, la mente se vuelve una esclava de los ideales, de las creencias, y el indagar en la idea de la reencarnación, en el mundo espiritual, sólo conduce a una esclavitud mayor. Todo esto indica pobreza del ser. Para ocultarla, buscamos guías, métodos de conducta, sistemas de pensamiento. Pero jamás podemos ocultarla. Por mucho que la mente trate de eludir esa superficialidad, por mucho que intente escapar de ella, la superficialidad continúa expresándose de múltiples formas. Es importante que la mente no escape mediante ningún recurso, que se enfrente por completo a su propia vacuidad. Como casi ninguno de ustedes se ha enfrentado a ella completamente, no pueden decir que se encontrarán con la nada, con una vacuidad mayor. Descubrirán lo que ocurre, sólo después de experimentarlo, de vivir de esta manera. Al tomarse plenamente conscientes, observarán que la mente trata siempre de evitar la comprensión profunda de la causa del dolor, y en ese estado de conciencia, en esa plenitud de percepción alerta, disolverán verdaderamente la causa.

Ustedes piensan que, al ocultar esmeradamente la causa de la vacuidad, del sutil y profundo egotismo, han resuelto el problema de la muerte. El sufrimiento no es sino la indicación de una mente estancada en el apego, y en lugar de darse cuenta de esto, buscan meramente otro tipo de droga para volver a adormecerla. Así, nuestra vida es un continuo despertar, llamado dolor, y un volver a dormirnos otra vez. Cuando hay sufrimiento, cuídense de ser adormecidos por quienes les ofrecen consuelo mediante sus remedios. Cuando la mente ha perdido su propia limitación egoísta, existe ese movimiento de la vida, el devenir eterno, en el que no hay ni un vestigio de muerte.

Pregunta: Está claro que la religión organizada no puede hacer que el hombre sea perfecto, pero ¿no lo acerca a Dios fomentando una vida de virtud y altruismo?

KRISHNAMURTI: Seamos muy claros con respecto a lo que entendemos por religión. Para mí, las religiones organizadas no tienen nada que ver con lo que dijeron los grandes instructores religiosos. Estos han dicho: no matarás, ama a tu prójimo, pero las religiones del interés establecido estimulan y apoyan la matanza de la humanidad. {Aplausos) Al alentar el nacionalismo, al apoyar a una clase especial, la religión con toda su creencia organizada, participa en el asesinato del hombre. Las religiones de todo el mundo no sólo explotan por medio del temor, sino que también separan al hombre del hombre. Tales religiones organizadas no pueden, en modo alguno, ayudar al hombre en la realización de la verdad.

Ahora bien, esta creencia organizada que llamamos religión ha sido creada por ustedes, no ha surgido milagrosamente a la existencia. La hemos creado mediante nuestro deseo de seguridad y como instrumento de autodefensa. Como la hemos engendrado a causa de nuestro temor, tenemos que liberamos, con nuestro pensamiento y nuestra acción, de sus falsos ideales y valores; pero si tan sólo buscamos mayor seguridad, ello se convertirá en otra cárcel para mantener sujetos a la mente y al corazón. Donde hay una búsqueda de seguridad, de autoprotección aquí o en el más allá, jamás puede haber comprensión de la verdad, y es sólo la verdad la que liberará al hombre.

Cuando usted dice que debe ser altruista a fin de realizar a Dios, en realidad está siendo egoísta en una forma sutil. O sea, dice: “Debo amar a mi prójimo a fin de encontrar a Dios, la felicidad”. Entonces no conoce usted el amor, está tan sólo buscando una recompensa; la mentalidad de uno que busca un canje, no puede comprender la verdad. Usted no percibe la belleza en la acción misma, sino que en realidad le interesa saber qué recompensa le redituará esa acción. Desarrolla la virtud como un medio de autoprotección. El así llamado hombre virtuoso no conoce la belleza de la verdad. Uno puede comprenderla sólo cuando su mente y su corazón se hallan en estado de desnudez y vulnerabilidad total. Casi todos tienen miedo de ser vulnerables a la vida; por lo tanto, desarrollan muros protectores a los que llaman virtud. Cuando ya no hay deseo ni necesidad de protegernos a nosotros mismos, lo que existe entonces es la bienaventuranza.

Pregunta: ¿Es Dios justo y bueno? Si lo es, ¿por qué permite el mal en el mundo?

KRISEINAMURTI: Dejemos a Dios fuera de esta cuestión, porque usted no sabe, realmente, si Dios es bueno o malo. Le han dicho que Dios es amor, que es justo y bueno. Y si usted creyera eso, si lo creyera real y profundamente, toda su vida sería distinta. Como no lo es, no se preocupe acerca de Dios.

Usted quiere saber cómo y por qué existen en el mundo los males, las condiciones desdichadas, la explotación. Nosotros hemos creado todo eso. Cada individuo, a causa de su intenso deseo de estar seguro, a salvo, ha creado una sociedad, una religión, en las que encuentra refugio, consuelo. Por consiguiente nosotros, como individuos, hemos creado este sistema y como individuos tendremos que despertar creativamente y destruir todas las cosas falsas que el sistema contiene. Entonces, en esa libertad habrá amor, existirá la verdad.

En vez de escapar del mundo objetivo de confusión y desdicha, hacia lo subjetivo, donde espera encontrar a Dios, deje que haya armonía entre lo subjetivo y lo objetivo. Empiece a descubrir esta armonía; no la anhele, sino tome conciencia de la falta de armonía. Al comprender cómo, a causa de las numerosas formas de expresión egotista, surge a la existencia esta falta de armonía, dará usted naturalmente con esa armonía viva y perdurable.

Pregunta: ¿Evoluciona la conciencia?

KRISHNAMURTL Mucha gente piensa que hay una conciencia universal o cósmica o como sea que la llamen, y una conciencia particular, individualista. La que conocemos íntimamente es la conciencia individualista, limitada, y usted me pregunta si esta conciencia progresa, evoluciona.

¿Qué entiende por conciencia individual? Esta conciencia limitada es el resultado del conflicto entre el deseo y el medio, es decir, entre el presente y el pasado; esta conciencia es el producto de numerosas imposiciones, compulsiones a las que la mente se ha sometido en la búsqueda de seguridad; es también las muchas cicatrices que ha dejado la acción incompleta. El “yo” o la conciencia egotista se compone de estos conflictos, de estas compulsiones y de las numerosas imposiciones, compulsiones a las que la mente se ha sometido en la búsqueda de seguridad; es también las muchas cicatrices que ha dejado la acción incompleta. El “yo” o la conciencia egotista se compone de estos conflictos, de estas compulsiones y de las numerosas capas de recuerdos autodefensivos. Con este trasfondo la mente vive, de principio a fin, una experiencia y aprende de ella tan sólo futuros recursos para protegerse a sí misma. Cuando usted dice que está aprendiendo por medio de la experiencia, lo que fundamentalmente quiere decir es que está erigiendo mayores y más hábiles muros de autodefensa. Así, cada experiencia crea ulteriores defensas, barreras contra la vida.

Usted me pregunta si esta conciencia limitada, teniendo sus raíces en la autoprotección, evoluciona y se perfecciona. ¿Cómo puede hacer eso? No puede. Por mucho que parezca evolucionar, debe permanecer siendo siempre un centro de limitación y frustración. Una conciencia basada en recuerdos autoprotectores debe conducir a la ilusión, no a la realidad.

Pregunta: Usted habla de una verdad que, al presente, está fuera del alcance de nuestras mentes y nuestros corazones. Puesto que sabemos de la existencia de esa verdad sólo a través de usted, ¿cómo podemos esforzarnos por ella a menos que la aceptemos basados en su autoridad?

KRISHNAMURTI: Como ya lo expliqué, aceptamos la autoridad cuando buscamos consuelo, seguridad, certidumbre. Si uno busca la verdad a fin de protegerse contra las tormentas y la confusión de la vida, entonces encontrará autoridades que le brindarán consuelo. Yo dije que la bienaventuranza de la realidad existe cuando la mente está libre de toda compulsión e ilusión. Donde hay búsqueda de consuelo, tiene que haber egotismo, el cual, en su forma más sutil, es llamado a veces búsqueda de la verdad. El seguir a otro no puede despertar nuestra mente a la realidad. En vez de escapar hacia un ideal, hacia la verdad de otro, descubra cómo la confusión y el dolor se han originado dentro y alrededor de usted. La percepción de la realidad adviene cuando nos abrimos paso por los falsos valores en que la mente se ha refugiado.

Pensamos que la inteligente realización se encuentra en el seguimiento de un método, de una disciplina; por eso recurrimos a otro, lo cual hace que nuestra acción sea incompleta y limitada. Tratamos de escapar de esta superficialidad, de esta frustración, creando nuevas autoridades, y así aumentamos nuestras limitaciones. Estas se originan en nuestras propias acciones basadas en la recompensa, el miedo y la compulsión. En vez de tratar de volverse completo, descubra la causa de la frustración, la cual es el egoísmo en sus múltiples formas sutiles. Mientras esté viviendo dentro de un conjunto de valores falsos, tiene que haber insuficiencia y sufrimiento. Nadie puede sacarlo de ahí excepto usted mismo mediante su propio esfuerzo y su comprensión.

3 de noviembre de 1935

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 TERCERA PLÁTICA EN LA CIUDAD DE MÉXICO


Amigos:

Casi todos hemos aceptado la idea de que el hombre es algo más que el mero resultado del medio en que vive. Entiendo por medio, no sólo el trasfondo social y religioso, sino también el pasado. Que el hombre es algo más que esto, lo aceptan especialmente aquellas personas que se llaman a sí mismas religiosas, espirituales. La mayoría de ustedes ha aceptado esta idea que, si la examinan cuidadosamente, ven que se basa en la autoridad de otro o es dictada por el propio anhelo o la esperanza, y a eso lo llaman ustedes intuición. No han descubierto por sí mismos si son algo más que meras entidades sociales. Viendo que la vida alrededor de ustedes es sofocante, dolorosa, anhelan la felicidad y se someten a un estilo particular de conducta que se basa en la protección propia. Creen que el hombre es algo más que materia porque así lo han proclamado los instructores y numerosas religiones y sectas lo han sostenido en el curso de los siglos. Pero si despojan a la mente de estas autoridades e ilusiones creadas por la esperanza, llegarán inevitablemente a la conclusión de que dentro de ustedes no hay una convicción profunda en lo que respecta a esta cuestión.

Luego están los que dicen que el hombre es tan sólo el resultado del medio. Dicen que, para cambiar al hombre, el medio tiene que ser controlado totalmente y el hombre debe someterse al medio, a fin de que pueda tener la certidumbre de ser feliz

Está la idea religiosa que concibe la felicidad perdurable sólo en el más allá y sostiene que jamás encontraremos la felicidad aquí. A partir de esto, se han desarrollado creencias, credos, dogmas, salvadores y Maestros para conducimos a esa felicidad perdurable. De ese modo, tenemos innumerables escapes a causa de los cuales el hombre es explotado.

Hay, pues, en lo que concierne al hombre, dos ideas diametralmente opuestas -al menos parecen serlo, pero no lo son en lo fundamental-. Una sostiene que el hombre es mera arcilla para ser condicionada por un medio inteligente, y la otra, que el hombre puede ser genuinamente inteligente sólo en el más allá, condicionándose mediante ciertas creencias. Algunos sostienen que el hombre puede hacerse inteligente gracias a la ley, al control del medio; y las religiones, mediante la amenaza y el temor, prometen la felicidad divina en el más allá si el hombre se condiciona a ciertas creencias y a ciertos dogmas.

Si uno examina ambas ideas, ve que tienen actitudes comunes hacia el hombre: una dice que debe controlárselo mediante la ley del Estado, y la otra, que debe dominárselo mediante el castigo y la recompensa en el más allá. El religioso y el no religioso, aunque se odian el uno al otro, son esencialmente iguales, porque ambos creen en el condicionamiento y el control del hombre. Esto es lo que ha sucedido y está sucediendo ahora. En ambos existe esta idea fundamental de dominar, obligar, forzar al hombre dentro de cierto patrón.

Esta cuestión compulsiva impide la verdadera realización. La inteligencia creativa y la felicidad pueden existir sólo cuando no hay compulsión, cuando uno actúa de manera voluntaria, sin temor. Para conocer la acción creativa, exenta de esta continua y limitadora compulsión, tenemos que tomar conciencia de las innumerables cargas que nos han impuesto y de las que hemos creado buscando nuestra propia seguridad egoísta en la sociedad y en la religión. La verdadera realización existe en el acto de liberamos espontáneamente de estas compulsiones egoístas.

¿Cómo puede haber realización si hay compulsión y, por lo tanto, temor? El temor y la compulsión existirán mientras la acción se base en la expresión egocéntrica. Cuando la mente y el corazón se liberan de estos valores basados en la explotación y el egoísmo religioso, entonces hay una genuina e inteligente realización. Sólo mediante esta acción espontánea, la sociedad se mantendrá siempre pura y el hombre obrará siempre con inteligencia.

Esta cuestión compulsiva impide la verdadera realización. La inteligencia creativa y la felicidad pueden existir sólo cuando no hay compulsión, cuando uno actúa de manera voluntaria, sin temor. Para conocer la acción creativa, exenta de esta continua y limitadora compulsión, tenemos que tomar conciencia de las innumerables cargas que nos han impuesto y de las que hemos creado buscando nuestra propia seguridad egoísta en la sociedad y en la religión. La verdadera realización existe en el acto de liberamos espontáneamente de estas compulsiones egoístas.

¿Cómo puede haber realización si hay compulsión y, por lo tanto, temor? El temor y la compulsión existirán mientras la acción se base en la expresión egocéntrica. Cuando la mente y el corazón se liberan de estos valores basados en la explotación y el egoísmo religioso, entonces hay una genuina e inteligente realización. Sólo mediante esta acción espontánea, la sociedad se mantendrá siempre pura y el hombre obrará siempre con inteligencia.

Pregunta: Si el hombre es la vida y la vida es eternamente perfecta , ¿por qué debe el hombre pasar por la experiencia y el dolor?

KRISHNAMURTI: De nuevo es éste uno de nuestros prejuicios religiosos: que la vida es eternamente perfecta. Usted no sabe nada a ese respecto. Todo lo que sabe es que la vida es lucha y angustia continuas, con alguna chispa ocasional de felicidad, belleza y amor. Las verdaderas preguntas son: ¿Tiene que haber constante sufrimiento? ¿Qué significado tiene la experiencia?

El dolor no hace sino indicar un corazón y una mente presos en la limitación; el mero escapar del dolor y buscar un remedio, no libera a la mente, no la despierta a la inteligencia. La experiencia se vuelve limitación y obstáculo si la mente la usa como instrumento de ulterior autoprotección. De las experiencias aprendemos a protegernos, a ser más hábiles en evitar el sufrimiento. La evitación del dolor es llamada “conocimiento adquirido gracias a la experiencia”. De las experiencias aprendemos a tomar precauciones contra el movimiento de la vida. Así, cada experiencia deja un recuerdo autodefensivo y, con esa limitación, pasamos por otra experiencia, agregando nuevos muros de autoprotección. Por eso hay limitaciones y barreras siempre crecientes, y cuando éstas entran en contacto con el movimiento de la vida, hay sufrimiento. Cuando la mente, gracias a la comprensión, se libera espontáneamente de estas barreras autoprotectoras, existe el fluir de la realidad.

Pregunta: ¿Cuál debería ser la meta final del individuo?

KRISHNAMURTI: Jamás puede haber una meta, una finalidad, porque la vida es un constante devenir, y ese devenir es inmortalidad. Pero el deseo del hombre es tener algo definido y seguro a lo cual poder aferrarse y por lo cual poder guiarse. Está buscando continuamente esto mediante muchas formas sutiles, porque tiene miedo a la inseguridad. Por lo tanto, dice: “Tiene que haber un objetivo, una meta final”. No puede haber tal cosa. Usted desea un ideal que pueda seguir, porque la vida es confusa, conflictiva, dolorosa, y entonces dice: “Tiene que haber algo por lo cual pueda guiarme a fin de no sufrir”. Si lo examina, ve que esto es sólo un deseo profundo de escapar hacia una ilusión. Por consiguiente, su ideal, su meta, su perfección, es simplemente un medio para huir de esta confusión y esta angustia.

Pregunta: La ley del karma, o de causa y efecto, ¿es un factor en la naturaleza?

KRISHNAMURTI: La palabra sánscrita karma significa acción. Usted puede actuar profunda y plenamente sólo cuando la mente y el corazón no se hallan limitados. Cuando hay temor, éste engendra por fuerza ilusión, limitación. Esta limitación crea insuficiencia en la acción y causa sufrimiento. La mente busca escapar de este sufrimiento mediante alguna ilusión, una creencia o un ideal, lo cual sólo crea una limitación mayor en el actuar y, por ende, más dolor. En este círculo vicioso se halla atrapada la mente.

Mientras la acción emane del temor, que se origina en el egoísmo, tiene que haber insuficiencia. Toda acción que nazca de una mente y un corazón cerrados, debe crear conflicto y sufrimiento. Como nuestras mentes están llenas de numerosas frustraciones causadas por el temor, es necesario darse cuenta de esas limitaciones, y la mente debe liberarse con espontaneidad de ellas a través de la acción. Entonces la acción es completa, hay plenitud de realización.

Pregunta: ¿Cuál es su opinión acerca del espiritismo?

KRISHNAMURTI: Hay muchas cosas contenidas en este deseo de saber si existe una vida en el más allá. A causa de que hemos perdido a alguien a quien amábamos intensamente, en nuestro dolor deseamos saber si esa persona continúa viviendo. Pero, aun dando por supuesto que sabemos que la vida continúa en el más allá, la cuestión del dolor no está resuelta de ningún modo. El vacío sigue ahí, la momentánea felicidad de alguna certidumbre no puede disimular de un modo duradero nuestra angustia. Esta búsqueda constante de consuelo hace que nuestra vida sea cada vez más vacía, superficial y carente de valor.

También ahí está el deseo de encontrar lo que se llama una guía, una autoridad. Queremos ser guiados porque tememos a la vida, y así creamos a los explotadores, como ocurre en las religiones organizadas.

Así, en nuestra búsqueda de alivio, de consuelo, nos destruimos a nosotros mismos, creamos vacuidad en nuestra mente y en nuestro corazón. Donde existe el deseo de seguir, de imitar, ello indica que hay temor y creación de autodefensas inteligencia, contra la vida, contra la realidad.

30 de octubre de 1935