NADIE

Nadie guía la mano que se desliza por el teclado y pulsa aquí...allá, y sin embargo aparece la narración para atestiguar los hechos. Es que una pasión sin causa desborda y busca expresión. Tal es el clamor de los sin paz, de los sufrientes, de los desamparados; un clamor inútil porque de la Nada misma surge una voz en el desierto que dice: ¡Escuchen, por favor, escuchen! Pero nadie lo hace, o tal vez muy, pero muy pocos, son aquellos en los que la rabia se trocó en silencio y en ese silencio que sigue a la devastación vuelve la luz a ofrecer sentido después del eclipse.