6. LA INTELIGENCIA, LAS COMPUTADORAS Y LA MENTE MECÁNICA
K: Hemos estado hablando de las relaciones entre el cerebro y la computadora: ¿son similares o son intrínsecamente distintos, y cuál es la diferencia? Tal y como yo lo entiendo, hay muy poca diferencia. El cerebro, que es el almacén de la memoria, del conocimiento, está programado de acuerdo con una cultura, una religión y unas condiciones económicas particulares. La computadora está programada también por los seres humanos. De ahí que haya una gran similitud entre ambos. Si lo entiendo bien, la gente de las computadoras está investigando cuál es la diferencia entre el cerebro y la computadora, que también ha sido programada y que está aprendiendo, corrigiéndose a sí misma y perfeccionándose más y más. La computadora es también el almacén de cierta clase de conocimiento. Entonces, ¿cuál es la diferencia esencial entre aquella y el cerebro? ¿O existe una actividad totalmente distinta del cerebro que no puede compararse con la computadora?
Q: Ninguna computadora tiene sentimientos. Existe una diferencia entre materia animada e inanimada. Las computadoras no tienen sentimientos de ninguna clase, ni conciencia. Por eso, hay una diferencia fundamental entre los dos.
K: Entonces, ¿qué es la conciencia?
Sriram: Han fabricado un programa de computación que es un programa de psiquiatras. Han construido un dispositivo desde el cual uno podrá comunicarse con la computadora a través de la pantalla y plantearle problemas tales como «estoy teniendo dificultades con mi esposa, ella no me entiende», y la computadora podrá producir preguntas y respuestas y psicoanalizarlos. Y cuando el consultante salga, lo hará convencido de que la computadora le entiende mejor que cualquier otra persona. Y estarán deseando volver, para que los analicen otra vez, y ésta era una máquina que se suponía carente de emociones o de comprensión.
K: Sin embargo, hay gente que dice que el cerebro tiene una característica, una cualidad, diferente de la computadora. Lo acepto, y si se me permite aclararlo un poco más, diré que nuestro cerebro trabaja sobre la base de la experiencia y el conocimiento, el cerebro o pensamiento ha creado el mundo psicológico. Por lo tanto, el cerebro y la psique son esencialmente lo mismo pero nosotros los hemos dividido. El pensamiento ha creado la psique con todos los problemas psicológicos. La base de todo esto es el conocimiento. Y la computadora puede producir exactamente lo mismo.
Señor, ¿podríamos olvidar, por un momento, la computadora y examinar el cerebro en nosotros mismos -cómo trabaja, cuál es la relación entre la capacidad de pensar y la estructura psicológica- y volver después a la computadora? Desde mi punto de vista, comienzo con escepticismo, porque es la capacidad esencial de dudar de lo que se está observando, de lo que se siente. Ahora bien, yo tengo este cerebro que ha sido cultivado durante milenios. No es mi cerebro, es el cerebro de la humanidad. Por consiguiente, no soy yo el que está investigando. No hay «yo» en absoluto. No sé si han llegado ustedes hasta este punto.
AC: El cerebro es el único instrumento que tenemos para la investigación. El cerebro, como usted dice, es limitado, estúpido. Es bueno para dar respuestas de memoria.
K: A la que generalmente llamamos inteligencia.
AC: Incluso la gente que trabaja con la computadora sabe cuán estúpido es.
K: No introduzcamos todavía el tema de la computadora.
AC: Una vez que usted ve la similitud entre el cerebro y la computadora y ve lo estúpida que ella es, es muy fácil ver las limitaciones del cerebro. Pero el cerebro humano es el único instrumento que tenemos. ¿Cómo puede investigar lo que está más allá de sí mismo?
K: De ninguna manera.
AC: Entonces, ¿qué existe?
K: Sólo el movimiento del pensamiento.
AC: ¿Lo cual es el cerebro?
K: Lo cual es el cerebro, limitado.
AC: ¿Cómo puede éste investigar?
K: Espere. Primero, reconozcamos que el cerebro ha evolucionado desde los tiempos primitivos hasta ahora. No es mi cerebro individual; es el cerebro de la humanidad. Lógicamente es así. Por consiguiente, la idea del «yo» es impuesta por el pensamiento para limitarse a sí mismo a una acción.
AC: ¿La idea del «yo» como individuo?
K: Limitarse a sí mismo porque posiblemente no puede concebir la totalidad de la humanidad. Puede concebirla en teoría pero, en realidad, no puede ver la totalidad de ella. Por eso, reconozcamos que el pensamiento, que ha creado y cultivado la psique, es más importante que el funcionamiento del cerebro.
AC: El cerebro cultivado es mucho más peligroso, porque la psique tiene a su disposición un instrumento muy eficiente.
K: Según el diccionario, psique quiere decir alma, el concepto eclesiástico de una entidad que no es material. El pensamiento ha creado la psique y, además, ha concebido o imaginado, que la psique es distinta del cerebro. Para mí, los dos son la misma cosa. El cerebro, con toda la actividad de pensamiento que nace del conocimiento, etc., ha creado la psique.
AC: ¿Está usted afirmando que el cerebro es también la sede de la emoción?
K: Por supuesto, la sede del temor, de la ansiedad, etc. El cerebro y la psique son una misma cosa. Observemos las consecuencias. ¿Ve usted realmente, no teóricamente, que el cerebro con toda la actividad del pensamiento nacido del conocimiento, forma parte del mismo movimiento que la psique, y que el pensamiento ha creado el «yo», el «mí», separado del resto de la humanidad, y que ha hecho al «yo» más importante que nadie?
GN: ¿Está usted diciendo que el pensamiento crea la psique y que separa al cerebro de la psique, pero que ambos van juntos?
K: Correcto. Y en ese proceso se crea al «yo».
GN: ¿Y eso hace mecánico al cerebro?
K: Todo conocimiento es mecánico. El conocimiento es un proceso mecánico de adquisición. Al decir mecánico, repetitivo, quiero decir aquello que es experiencia, conocimiento, pensamiento, acción. De esa acción usted aprende y vuelve otra vez. Este proceso repetitivo es mecánico, mi cerebro es mecánico. Entonces, ¿es mecánica mi psique?
Q: ¿Por qué estamos haciendo la división entre la psique y el cerebro?
K: El pensamiento controla la psique: «no debo sentir esto», «debo llegar a ser aquello». Por eso, el llegar a ser, es el proceso psicológico inventado por el pensamiento. Y de ahí que todo el proceso sea mecánico.
AP: Existe una mística sobre la existencia humana.
K: Yo no tengo mística.
AC: Pienso que el tema crucial es por qué el cerebro, la psique, es mecánica. No encuentro dificultad en aceptar esto.
K: También se ha descubierto que el cerebro, cuando está en peligro, produce su propia reacción mecánica que le protege. Estos son procesos materiales. Por lo tanto, el pensamiento es un proceso material. ¿De acuerdo? ¿Está usted de acuerdo en que la psique es un proceso material? Ese es el punto crucial.
AC: Creo que él está diciendo que cuando el cerebro ve la totalidad, cesa el pensamiento, cesa el «yo».
K: No creo que el cerebro pueda ver la totalidad. Esa es la cuestión. El cerebro ha evolucionado a través del tiempo, tiempo que es conocimiento, desde lo más primitivo hasta lo más sofisticado. Hay una evolución en el tiempo, en el conocimiento. Eso es un proceso material. Ese pensamiento ha creado el «yo», con su confusión, su caos psicológico. No estoy diciendo que sea mística, ni nada de eso. ¿Estarían ustedes de acuerdo en esto?
Sat: Entonces, ¿cuál sería un proceso no material?
K: Aquel que no es materia, que no es conocimiento, aquel que no es del tiempo, ni tiene nada que ver con el cerebro. Pero para usted esto es especulación. Partamos de algo real. Entonces, ¿admitimos que todo pensamiento, de cualquier clase, es un proceso material? ¿Admitimos que, tanto si pensamos en la eternidad, en dios o en el principio supremo, es un proceso material? Si está usted de acuerdo, podemos continuar. Cuesta bastante tiempo llegar a esto: la psique, el cerebro, el yo, son todos un proceso material.
AC: Quiero saber adónde me lleva usted.
K: Voy a ayudarle a dar el primer paso. Sólo he llegado a un punto que es muy simple. Dije que el cerebro ha evolucionado con el tiempo. Por consiguiente, ha evolucionado con el conocimiento. Entonces, conocimiento es tiempo, y tiempo y conocimiento son un proceso mecánico. Y el pensamiento ha creado la psique. Continuemos; si todo es movimiento pensamiento, psique, tiempo, todo es movimiento material, el cerebro no puede detener este movimiento constante. El cerebro funciona con el conocimiento y debe tener seguridad. Vea cómo el cerebro rechaza la idea del movimiento constante. Obsérvelo, obsérvese a sí mismo. Usted desea un lugar donde pueda descansar. El cerebro dice que tengo que encontrar un lugar en el que pueda quedarme. Entonces, eso se transforma en el «yo». Si soy un mendigo, un pordiosero, que anda errante eternamente, debe existir algún lugar en el que pueda descansar, algún lugar que tenga seguridad. ¿Puede aceptar el cerebro este movimiento constante, interminable? No puede aceptarlo, pues en ello no hay seguridad. Se está moviendo eternamente dentro de la zona del tiempo, del conocimiento.
AC: ¿Es una cuestión de aceptarlo?
K: No. Vea cómo trabaja el cerebro. Al igual que un niño que necesita seguridad, el cerebro dice «no puedo mantener este movimiento eterno. Por lo tanto, debe haber algún punto en el que pueda estar ‘tranquilo’». Eso es todo.
AC: Ese es el punto al que usted llama «yo».
K: Un punto fijo. No importa cual sea; una casa, una creencia, un símbolo, un apego. ¿Comprende? Por eso, tanto si es ilusorio como si es real, necesita un punto fijo.
AC: ¿Y entonces qué?
K: El cerebro no puede vivir en perpetuo movimiento. Por lo tanto, tiene que haber un punto fijo. Resulta peligroso no aceptar el movimiento que es vida. Vea lo que ocurre físicamente. ¿Puede usted aceptar la vida como un movimiento perpetuo dentro del área del tiempo y del conocimiento? Verbalmente puede hacerlo, pero realmente, ¿puede usted decir que la vida es movimiento constante?
K: Al darse cuenta de este movimiento constante, busca seguridad, un movimiento en donde pueda estar seguro. Eso es todo lo que estoy diciendo.
Q: ¿Es el propio cerebro el responsable de este movimiento?
K: Lo es. El cerebro es el pensamiento, el conocimiento y la psique.
Q: El cerebro crea el movimiento que no puede detener.
K: Es el movimiento mismo.
Q: El instinto del cerebro es moverse hacia la seguridad; y es ese instinto de evitar el peligro y apegarse a la seguridad lo que le hace establecerse en algo.
K: Por supuesto. ¿Aceptaría usted que el movimiento total dentro de esta área es energía atrapada en su interior?
Q: ¿Es energía o requiere energía?
K: Es energía, atrapada en el movimiento. ¿Correcto? Y esa energía es un proceso material. Y un ser humano no puede vivir en el mundo y tener un cerebro que está constantemente en movimiento, se volvería loco.
AC: Busca permanencia y no la encuentra nunca.
AC: ¿Es importante?
K: Lo importante es establecer que el «yo» es el centro donde eso encuentra seguridad. Llámelo usted como quiera. Después, empieza a descubrir que está inseguro y, por consiguiente, descubre otra seguridad. Sólo existe la búsqueda de seguridad. Tome un niño que tiene un juguete y otro niño que le dice «debo tener ese juguete». Ese apego al juguete y el placer de ese juguete es el principio. Este principio existe desde el origen del hombre.
AC: La cuestión es esa energía.
K: No, yo he dicho energía atrapada.
AC: ¿Cómo se puede abrir la puerta de donde está atrapada la energía?
K: Ahora llegamos a la verdadera cuestión. ¡Cuánto hemos tardado en llegar a esto! ¿Podemos proseguir desde aquí?
AC: Usted dijo que la energía está atrapada en el conocimiento. ¿Está haciendo una distinción entre energía y pensamiento?
K: No, todo el asunto es energía atrapada. El pensamiento es energía y el conocimiento también lo es; y todo el movimiento está dentro del área del conocimiento y del tiempo. Eso es todo lo que digo.
AC: Entonces, obviamente, la siguiente cuestión es: dado que el pensamiento y el conocimiento son limitados, ¿puede la energía dejar de expresarse a sí misma como pensamiento?
K: No, no puede. De lo contrario, no puedo ir a la oficina.
AC: Hablo de la energía expresándose a sí misma como memoria psicológica.
K: Lo que usted trata de plantear es si hay alguna posibilidad de que no exista la psique. No estoy de acuerdo. Si la psique no tiene contenido -ansiedad, apego, temor, placer, los cuales conforman la psique y que son todos productos del pensamiento- entonces, ¿qué es la vida?
AC: Es un producto de la energía.
K: Es un producto de la energía atrapada en el tiempo. Esto se ve claramente. Por lo tanto, el pensamiento me dice que debo poner orden en esta área. En consecuencia, ese orden siempre es limitado; por tanto, es contradictorio; por consiguiente es desorden.
AC: Todavía no tengo claro lo de la energía y el pensamiento. Me parece que usted estaba diciendo que el pensamiento es limitado, pero que la energía no lo es.
K: Yo he dicho que la energía está atrapada. No dije más que eso.
AC: Usted está diciendo que la energía está atrapada, pero si no lo estuviera sería diferente. Eso es lo que yo estoy preguntando. Hay diferencia entre energía y pensamiento.
K: Eso es teoría.
NS: ¿Está usted diciendo que existe una energía que no está atrapada en el pensamiento?
K: Voy a mostrárselo. Esa pregunta solo puede plantearse cuando hayamos visto esto en su totalidad. No estoy seguro de que lo vemos.
NS: Usted dijo que el pensamiento es energía y que esa energía está atrapada en el pensamiento.
K: No, yo no dije eso. El cerebro es el producto del tiempo, el tiempo es conocimiento, experiencia: tiempo, conocimiento, pensamiento. El pensamiento es un proceso material. Todo eso es energía. Toda esa energía, la totalidad de ese movimiento es interminable dentro de este área. Por consiguiente, el cerebro no puede detenerlo. Debe tener seguridad. La encuentra en el conocimiento, en una ilusión o en una idea, en cualquier cosa. Siempre se mueve dentro de este área. ¿Cuál es la siguiente cuestión?
AC: La siguiente cuestión es: si la energía está atrapada, ¿existe una salida para esa energía atrapada?
K: Está atrapada en la trampa. Yo no digo que haya una salida.
AC: ¿No está implícito?
K: No, señor. Las trampas se ponen para cazar zorros.
AC: Lo que implica que hay algo exterior a la trampa que puede liberar el zorro.
K: No. Usted no me entiende. El pensamiento está tratando de poner orden y ese mismo orden llega a ser desorden. Eso es lo que está sucediendo actualmente, tanto en el campo religioso como en el político; ésa es toda la cuestión. Cada vez se está llegando más y más al desorden, porque le estamos dando importancia al pensamiento. El pensamiento es limitado. Ahora bien, ¿se percata el cerebro de esto? ¿Se da cuenta el cerebro de que cualquier cosa que haga cae dentro de su propia limitación y, por consiguiente, es desorden? Eso es lo que estamos planteando. Y la siguiente cuestión es, ¿es eso una teoría o una comprensión real?
AC: ¿Cómo puede el cerebro, que es todo esto, darse cuenta realmente de ello?
K: Dándose cuenta de su limitación, eso es todo. Señor, ¿qué quiere usted decir con «darse cuenta»?
AC: Lo que quiero decir es que el cerebro es lo único que tiene capacidad de pensamiento; se da cuenta de ello como conocimiento.
K: Usted, como Asit, ¿se da cuenta de ello de la misma forma en que se da cuenta del dolor? Sé que tengo dolor, hay un conocimiento completo del dolor. ¿Ve el cerebro su tremenda limitación? Comencemos de nuevo. ¿Qué es la percepción? ¿Qué es ver? Hay un ver que es intelectual; entiendo, comprendo, discierno. Después, existe un ver mediante el escuchar, un escuchar verbal y captar su significado. Luego hay un ver ópticamente. Ahora bien, ¿puede haber una percepción distinta que no pertenezca a ninguna de estas tres? Sólo pregunto, no afirmo que la haya. Soy escéptico. En primer lugar, observemos esto: veo cómo funciona mi mente; intelectualmente, a través del oído u ópticamente. Eso es todo lo que sé. Entonces, a través de estos medios digo que entiendo o actúo, lo cual es un proceso material. ¿Comprende usted? Eso es todo. Entonces, ¿existe alguna otra percepción que no sea un proceso material?
Sriram: Y, por consiguiente, que no sea parte del cerebro.
K: Todavía no quiero decir eso.
Sriram: ¿Existe otra clase de percepción que no sea la del cerebro?
K: Mire, yo entiendo por medio del intelecto, la razón y la lógica; y después está el escuchar que no es sólo verbal sino que va más allá de las palabras. Vayamos paso a paso: lo intelectual, lo auditivo, visual u óptico, y además el tacto y los ademanes, todos son procesos materiales. Eso es todo lo que estoy diciendo. Entonces, yo me pregunto, ¿existe alguna otra percepción? Puede que no la haya, pero soy escéptico y por eso formulo la pregunta. Respóndala.
AC: Puedo hacer esa pregunta pero no contestarla.
K: Pronto podrá responderla. Quiero descubrirlo. No me diga que no puede responder. No lo aceptaré porque al decir eso se está bloqueando a sí mismo.
AC: ¿Puedo hacer una pregunta? Para ver algo uno debe estar fuera de ello.
K: Estamos llegando a eso. Mire, por lo que hemos dicho hasta ahora, éste es el único medio a través del cual podemos entender. No conozco ningún otro. Pero quiero estar absolutamente seguro de que es el único medio para entender.
AC: Cuando usted dice eso, una vez que ha comprendido completamente que ésta es la única percepción que conocemos, la misma afirmación, lo deja a usted afuera. Por otro lado, ¿qué significa la palabra «entendimiento»?
K: ¿Es ése el único medio por el cual yo entiendo? Castigo, recompensa, todo eso está incluido en lo intelectual, óptico, auditivo... etc. Sé que éstos son los factores que colaboran para que mi cerebro diga «sí, lo entiendo».
AC: ¿Dice usted que el entendimiento es también el mismo proceso?
K: Espere señor. Todo está dentro del mismo proceso. Veo que es un proceso material y, por lo tanto, ahí sigue. No vuelva otra vez a lo mismo, pues así nos estamos alejando. Entonces, llego a este punto, mi cerebro llega a este punto y se detiene; porque es inquisitivo. Se ha preguntado todo esto y eso es todo lo que hay: el cerebro, el proceso material. Entonces llega usted y me dice que averigüemos si hay algún otro proceso. Y yo digo: «éste es el único que conozco. Puede no haber ningún otro. Muéstremelo». No sea reiterativo. Está usted repitiendo lo mismo, una y otra vez. Estoy intentando que detenga esa repetición. Ahora usted no puede moverse. Siga así. ¿Ve lo que hemos hecho? Hemos activado el cerebro en grado sumo. No sé si usted lo entiende. ¿Lo ve?
Alan Hooker: Llevar el cerebro hasta su límite.
K: Sí, estamos llevándolo hasta su mismo límite. Por consiguiente, es algo extraordinario. Ahora respóndame.
AH: ¿Cuál es la pregunta?
K: ¿Existe alguna percepción que no sea del tiempo? Hasta ahora, la percepción ha creado el desorden en nuestra vida. ¿Hay una percepción que aclare todo esto? Es decir, ¿existe una percepción fuera del tiempo? Se lo pregunto.
Q: Seguimos estancados.
K: Siga estancado ahí, siga estancado. Me gustaría que lo estuviera. Cuando uno está realmente estancado, sucede otro tipo de percepción.
Q: Pero generalmente intentamos escaparnos de esto.
K: No, todavía es el mismo viejo proceso, usted no está estancado.
Sarjit Siddhoo: Después de escucharle, ha habido un gran movimiento dentro de la mente, en el cerebro, pero al llevarnos usted hasta este punto ese movimiento parece haberse detenido.
K: ¿Es así? Movimiento significa tiempo. ¿No hay movimiento en el cerebro? ¿Comprende usted? ¿Continúa usted moviéndose? Cuando usted dice que está estancada significa que se ha detenido todo el movimiento. ¿Lo ve?
Q: Al intentar contestar esa pregunta, ¿no continúa ese movimiento?
K: No, si está estancado no hay movimiento. Es como si estuviera cautivo en arenas movedizas, el cuerpo no puede moverse.
SS: Desgraciadamente, ese movimiento se ha detenido y se ha hecho el silencio por muy poco tiempo. Luego, volvemos otra vez al mismo movimiento.
K: No, no. En ese caso, no está usted estancada.
Q: ¿Está usted sugiriendo que el detenerse es un estado permanente?
K: No estoy sugiriendo nada. Sólo digo que uno llega a un punto en el que el cerebro está siendo tan tremendamente activado que ya no puede continuar, no puede moverse ni adelante ni atrás.
AC: Sólo queda una pregunta. ¿Ha activado usted el cerebro?
K: ¿Pregunta usted si K ha activado el cerebro, un cerebro que no es el de usted, ni el mío, ni el de él? ¿Qué dice usted? Sí, lo hemos activado.
Rishi Valley, 1 de febrero de 1980
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