REFLEXIONANDO

Nada importante para contar, y el narrador pensó, escribir por escribir es como comer sin verdadero apetito o trabajar por obligación. Eso de noventa por ciento de trabajo y diez por ciento de inspiración le sonó a falso. Y mientras sostenía ese diálogo interno llegó de visita el señor X.
¡Buen día, traigo un tema para debatir! ¿Le apetece?
Pues claro que sí, ¿cuál es ese tema?
La siguiente declaración: "la palabra no es la cosa, la descripción no es la cosa descrita", parece un obviedad pero hemos adquirido la costumbre de confundir lo descrito en palabras con el hecho en sí, las abstracciones, con lo perceptible.
Deme un ejemplo.
La palabra árbol, no es un árbol real, es una idea que intenta representarlo. La descripción de la más rica y sabrosa comida no saciará su apetito, al contrario aumentará su deseo.
Sí, ¿cuál sería la principal dificultad que ocasiona esto, según usted?
Que se pierde la capacidad de asombro, al nombrar doy por descontado que ya conozco lo que nombro y lo convierto en una abstracción, pierdo contacto directo con lo nuevo, lo que está en perpetuo cambio, la memoria es útil en ciertas cuestiones prácticas pero empleada en otros campos nos desconecta de la vida, no vivimos, pensamos en ello...
El señor X nos ha dejado reflexionando....si no hay pasión para comunicar mejor callarse o contar nuestra discapacidad 😅

La palabra glicinas no son las glicinas, la fotografía tampoco...solo una evocación...