21, Septiembre, 1973
Es bueno despertarse sin mi solo pensamiento con sus problemas .
La mente ha descansado al producir orden dentro de sí misma; por eso el sueño es tan importante.
O la mente genera orden en su relación y acción durante las horas de vigilia -lo cual le da completo descanso mientras duerme- o durante el sueño ella procurará arreglar sus asuntos a su propia satisfacción.
A lo largo del día habrá nuevamente desorden causado por múltiples factores,y durante las horas de sueño la mente tratará de desenredarse de esta confusión.
La mente, el cerebro, sólo puede funcionar còn eficiencia, objetivamente, cuando hay orden.
El conflicto, en cualquiera de sus formas, es desorden.
Basta considerar por todo Io que la mente pasa en cada día de su vida: el intento de poner orden mientras duerme y el desorden que impera durante las horas de vigilia.
Éste es el conflicto de la vida que se desarrolla día tras día.
El cerebro puede funcionar unicamente cuando está seguro, no en medio de la contradicción y la confusión.
Por eso trata de encontrar esa seguridad en alguna fórmula neurótica, pero el conflicto empeora.
El orden es la transformación de todo este enredo.
Cuando el observador es lo observado hay orden completo.
En la pequeña senda que corre junto a la casa, sombreada y tranquila, una niñita estaba sollozando desgarradoramente, como sólo los niños pueden hacerlo.
Tendría cinco o seis años y era pequena para su edad.
Estaba sentada en el suelo, con las lágrimas derramándose por sus mejillas.
É1 se sentó a su lado y le preguntó qué le había sucedido, pero ella no podia hablar, el llanto le quitaba toda la respiración.
Debían haberla golpeado, o tal vez se había roto su juguete favorito o le habían negado, mediante palabras duras, algo que deseaba.
Apareció la madre, sacudió a la niña y la introdujo en la casa.
A él apenas si lo miró, porque eran extraños el uno para el otro.
Unos días después, mientras él paseaba por la misma senda, la niña salió de la casa y, toda sonriente, caminó con él por un corto trecho.
La madre debió seguramente haberle dado permiso para acompañar a un desconocido.
É1 paseaba frecuentemente por esa senda sombreada, y la niña saldría a saludarlo junto con su hermano y una hermanita.
¿Olvidarán ellos alguna vez sus heridas y sus pesares, o poco a poco se fabricarán escapes y resistencias?
La conservación de esas heridas psicológicas parece constituir la naturaleza de los seres humanos, y es por esto que sus acciones resultan distorsionadas.
¿Puede la mente humana no ser lastimada ni herida jamás?
No ser lastimado es ser inocente.
Si uno no está lastimado, naturalmente no lastimará a otro.
¿Es esto posible?
La cultura en que vivimos, de hecho ocasiona heridas profundas en la mente y el corazón.
El ruido y la polución, la agresión y la competencia, la violencia y la educación -todas estas cosas y muchas otras contribuyen a la agonia humana-.
Sin embargo, tenemos que vivir en este mundo de brutalidad y resistência: somos el mundo y el mundo es lo que somos.
¿Qué cosa es la que se siente lastimada?
La imagen que cada uno se ha fabricado de sí mismo, eso es lo que se siente lastimado.
Extrañamente, estas imágenes son las mismas en todo el mundo, con algunas modificaciones.
La esencia de la imagen que uno tiene, es la misma que la del hombre que se encuentra a miles de kilometros de distancia.
De modo que uno es ese hombre o mujer.
Las heridas propias son las heridas de otros miles: uno es el otro.
¿Es posible no ser lastimados jamás?
Donde existe una herida, no hay amor.
Si uno se halla lastimado, el amor es entonces mero placer.
Cuando uno descubre por sí mismo la belleza de no ser lastimado jamás, sólo entonces desaparecen realmente las heridas pasadas.
En la plenitud del presente, el pasado ha perdido su carga.
É1 nunca ha sido lastimado pese a las muchas cosas que le sucedieron, halagos e injurias, amenazas y seguridad.
No es que él fuera insensible o inconsciente; no tenía una imagen de sí mismo, ni conclusión ni ideologia alguna,
La imagen es resistencia, y cuando ésta no existe hay vulnerabilidad pero no hay heridas psicológicas.
Uno no puede buscar ser vulnerable, altamente sensible, porque aquello que se busca y encuentra, es otra forma de la misma imagen.
Se trata de comprender este movimiento total, no sólo verbalmente, sino que es necesario hacerlo con un discemimiento directo e instantáneo.
Darse cuenta de su estructura íntegra sin reserva alguna.
Ver la verdad de todo ello es el fin dei constructor de la imagen.
La laguna estaba desbordándose y mostraba miles de reflejos.
Se tornó oscura y los cielos se abrieron.
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