OBRAS COMPLETAS - TOMO 2 - J.K - CONTINUACIÓN -

 CUARTA PLÁTICA EN EL ROBLEDAL


Primero contestaré algunas de las preguntas que me han formulado y después daré una breve plática.


Pregunta: La intuición, ¿incluye la experiencia pasada y alguno otro cosa, o sólo la experiencia pasada?

KRISHNAMURTI: Para mí, la intuición es inteligencia y la inteligencia no es la experiencia pasada, es la comprensión de la experiencia pasada. Enseguida voy a hablar acerca de toda la idea de la experiencia pasada, de la memoria, de la inteligencia y de la mente, pero ahora responderé a este punto en particular; si la intuición se origina en el pasado.

A mi entender, el pasado es una carga, siendo el pasado nada más que vacíos en la comprensión; y si usted basa realmente su acción en el pasado, en la así llamada intuición, esa acción le hará errar el camino. Mientras que si hay una acción espontánea en el siempre móvil presente, en esa acción hay inteligencia y esa inteligencia es intuición. A la mayoría de las personas le gusta separar la intuición de la inteligencia, porque la intuición da a la gente cierta seguridad y esperanza. Muchos dicen que actúan “por intuición”, o sea, que actúan sin razonar, sin una reflexión profunda. Muchas personas aceptan una teoría, una idea, porque sostienen que su “intuición” les dice que es verdadera. No hay raciocinio tras ello, meramente aceptan esa teoría o idea porque les provee alguna solución, alguna modalidad. La razón no está realmente funcionando, sino que son sólo sus propias esperanzas, sus propios anhelos los que gobiernan sus mentes. Mientras que la inteligencia es independiente del medio y, por lo tanto, tras ella está la razón, la reflexión profunda.

Pregunta: ¿Cómo puedo actuar libremente y sin reprimirme a mí mismo, cuando sé que mi acción tiene que lastimar a quienes amo? En tal caso, ¿cuál es la prueba de que una acción es correcta?

KRISHNAMURTI: Creo que he contestado esta pregunta el otro día, pero probablemente el interlocutor no se encontraba aquí, de modo que volveré a contestarla. La prueba de que una acción es correcta está en su espontaneidad, pero actuar espontáneamente implica tener gran inteligencia. La mayoría de las personas tiene sólo reacciones falseadas, deformadas y reprimidas por la falta de inteligencia. Donde funciona la inteligencia, hay acción espontánea.

Ahora el interlocutor desea saber cómo puede actuar libremente y sin reprimirse cuando sabe que su acción lastimará a quienes ama. Vea, amar es ser libre -ambas partes son libres-. Cuando existe la posibilidad de experimentar pena, sufrimiento en el amor, eso no es amor, es tan sólo una sutil forma de posesión, de espíritu adquisitivo. Si ama, si ama de verdad a alguien, no es posible que ocasione dolor a esa persona cuando usted hace algo que considera correcto. Sólo cuando quiere que esa persona haga algo que usted desea que haga, o esa persona quiere que usted haga algo que ella desea, sólo así hay dolor. Es decir, a usted le gusta ser poseído, se siente seguro, a salvo, cómodo. Aunque sabe que esa comodidad no es sino transitoria, encuentra refugio en ella, en esa transitoriedad. Así, cada uno lucha por la comodidad, por el estímulo, lo cual no hace sino delatar la falta de riqueza interna; por lo tanto, una acción separada, aparte del otro individuo, crea naturalmente perturbación, pesar y sufrimiento. Un individuo tiene que reprimir lo que siente de verdad a fin de adaptarse al otro. Es decir, esta constante represión ocasionada por el así llamado amor, destruye a ambos individuos. En ese amor no hay libertad; es tan sólo una sutil esclavitud, Cuando usted siente con fervor que debe hacer algo, lo hace, a veces hábil y sutilmente, pero lo hace. Siempre existe este impulso de hacer, de actuar independientemente del otro.

Pregunta: ¿Estoy en lo cierto al creer que todas las condiciones y el medio llegan a ser correctos para una mente de verdad inteligente? ¿No es una cuestión de ver el arte en el patrón mismo?

KRISHNAMURTI: A una mente inteligente, el medio le entrega su significado; por lo tanto, esa mente dotada de inteligencia es la dueña del medio, está libre del medio, no está condicionada por el medio, ¿Qué condiciona a la mente? La falta de comprensión, ¿no es así? No el medio, el medio no limita a la mente; lo que la limita es la falta de comprensión de una condición particular.

Donde hay inteligencia la mente no está condicionada por ningún medio, porque está consciente todo el tiempo, está alerta, funcionando y, por ende, discerniendo, percibiendo el valor completo del medio. La mente sólo puede ser condicionada por el medio cuando es apática, perezosa y trata de escapar. Aunque en esa condición pueda pensar, no funciona apropiadamente, sólo piensa dentro del limitado círculo de la condición, lo cual, para mí, no es pensar en absoluto.

Por lo tanto, lo que crea inteligencia, lo que despierta la inteligencia es esta percepción de los verdaderos valores; y como la mente está mutilada por tantos valores que le ha impuesto la tradición, uno tiene que librarse de estas experiencias pasadas, de las cargas pasadas, a fin de comprender el medio presente en que vive. En consecuencia, la batalla es entre el pasado y el presente. La lucha es entre el trasfondo que hemos cultivado a lo largo de siglos, y las circunstancias siempre cambiantes del presente. Ahora bien, una mente oscurecida por el pasado no puede comprender estos rápidos cambios del medio. 

En otras palabras, para comprender el presente, la mente ha de estar supremamente libre del pasado; o sea, debe tener una apreciación espontánea de los valores que contiene el presente. Más tarde voy a hablar de esto.

Pregunta: Parece existir la idea de que la liberación es una meta , una culminación. ¿Cuál es, en este caso, la diferencia entre luchar por la liberación y luchar por cualquier otra culminación? Seguramente la idea de un objetivo, una meta, una culminación, es errónea. Entonces, ¿cómo debemos considerar la liberación si no es de este modo?

KRISHNAMURTI: Me temo que el interlocutor no ha estado escuchando lo que dije a este respecto; probablemente ha leído algunos viejos libros míos y entonces ha formulado la pregunta.

Y bien, la mente busca una culminación, una meta, un objetivo, porque quiere tener certidumbre, seguridad. Elimine de la mente todas las certidumbres y seguridades, que son sutiles formas de egolatría o de anhelo por la propia continuación. Quite todo eso de la mente, desnúdela, y entonces verá que la mente lucha otra vez por lograr la seguridad, un refugio, porque desde esa seguridad puede juzgar, puede funcionar, puede actuar sin riesgo como un animal atado a un poste. Como dije, la liberación no es un objetivo, no es una meta; es la comprensión de los valores genuinos, los valores eternos. La inteligencia está siempre deviniendo, no tiene un propósito, una finalidad. En el deseo de lograr está el anhelo sutil de la continuación propia, la glorificada continuación propia; y cada lucha, cada esfuerzo por lograr la liberación, indica que estamos escapando del presente. Esta suma de inteligencia que es la liberación, no puede ser comprendida mediante el esfuerzo. Al fin y al cabo, hacemos un esfuerzo cuando anhelamos, cuando deseamos adquirir algo. Pero la liberación no es para adquirirse, la verdad no es para adquirirse. Por lo tanto, cuando hay un anhelo por la liberación, por una culminación, un logro, tiene que haber un esfuerzo para alimentar, preservar, perpetuar esa conciencia que llamamos el “yo”. La esencia misma de ese “yo” es un esfuerzo para alcanzar una culminación, porque el “yo” vive en una serie de movimientos de la memoria, moviéndose siempre hacia un objetivo.

“Pero entonces, ¿cómo debemos considerar la liberación si no es de este modo?” ¿Por qué considerarla en absoluto? ¿Por qué desea la liberación? ¿Es porque yo he estado hablando de ella por los últimos diez años? ¿O es porque usted quiere escapar de las condiciones, porque ello le dará una excitación mayor, una mayor estimulación, un mayor dominio intelectual? ¿Por qué desea la liberación? Usted dice: “No soy feliz, y si puedo encontrar la liberación habrá felicidad; a causa de que vivo en la desdicha, si encuentro esto otro la desdicha desaparecerá”. Si dice eso, entonces está buscando meramente una sustitución.

La liberación no debe ser “considerada” de ningún modo. Nace. Llega a la existencia sólo cuando la mente no trata de escapar de la condición en que está atrapada, sino que más bien procura comprender el significado de esa condición que da origen al conflicto. Vea, como usted no comprende la condición, el medio que da origen al conflicto, busca una idea, una culminación, un objetivo, una meta, diciéndose: “Si comprendo aquello, esto desaparecerá”, o “si tengo aquello, podré imponerlo sobre esta condición”. Por lo tanto, sólo se trata de una sutil forma de escape respecto del presente. Todos los ideales, las creencias y culminaciones no son sino maneras de salirse del presente. Mientras que si realmente se pone a pensar en ello, ve que cuanto más persigue un objetivo, una meta, un propósito, una creencia, más está recargando el futuro porque está escapando del presente y, en consecuencia, creando cada vez más limitación, más conflicto y dolor.

Pregunta: Algunas personas dicen que, según usted, debemos liberarnos ahora, mientras tenemos la oportunidad, y que podemos llegar a ser Maestros más tarde, en algún otro tiempo. Pero si verdaderamente hemos de convertirnos en Maestros, ¿por qué no es bueno para nosotros comenzar a emprender ese camino ahora?

KRISHNAMURTI: ¿Tiene usted ahora la oportunidad de liberarse? ¿Qué entiende por oportunidad? ¿Cómo podría liberarse ahora? ¿Por algún proceso milagroso? ¿Y más tarde convertirse en un Maestro? Señor, ¿qué es un Maestro y qué es la liberación? ¿Qué es la Maestría? Por cierto, si no hay liberación no puede haber Maestría. Si la liberación no es la suma de la inteligencia en el presente, esa inteligencia no va a adquirirse en algún futuro distante. Entonces, ¿desea usted la liberación ahora y la Maestría después? Me pregunto por qué desea la liberación ahora. Me temo que la liberación nada significa cuando usted la desea. Y esta idea de convertirse en un Maestro -el interlocutor debe creer que la vida es como aprobar un examen, llegar a ser alguna cosa-, me temo que este convertirse en un Maestro, este llegar a ser un liberado, no tiene sentido para usted. ¿Acaso no ve que cuando realmente no desee llegar a ser cosa alguna, sino que viva completamente durante un día, en la riqueza de un solo día, sabrá qué es la Maestría o que es la liberación? Este desear está creando continuamente un futuro que jamás podrá cumplirse; por eso está usted viviendo de manera incompleta en el presente.

Durante los últimos tres días he estado hablando acerca de la mente y la inteligencia. Y bien, para mí no hay división entre mente e inteligencia. La mente, despojada de todos sus recuerdos y obstáculos, funcionando de manera espontánea, plena, estando alerta, crea comprensión, y eso es inteligencia, es éxtasis; eso es para mí la inmortalidad, la intemporalidad. La inteligencia es intemporalidad, y la inteligencia es la mente misma. Esta inteligencia que es lo real, que es la mente misma, no está dividida de la mente; esta inteligencia es éxtasis, devenir eterno, se halla siempre en movimiento.

Ahora bien, la memoria no es sino el impedimento para esa inteligencia y es independiente de ella; la memoria es la peipetuación de esa conciencia del “yo”, la cual es el resultado del medio, ese medio cuyo significado pleno la mente no ha visto. Así, la memoria embota, bloquea a la inteligencia en devenir constante, a la siempre activa, intemporal inteligencia. La mente es inteligencia, pero la memoria se ha impuesto sobre la mente. Esto es, siendo la memoria esa conciencia del “yo”, se identifica a sí misma con la mente, y la conciencia del “yo” viene a ser como si estuviera entre la inteligencia y la mente, dividiendo, embotando, bloqueando y falseando a la inteligencia. De este modo, identificándose a sí misma con la mente, la memoria trata de convertirse en inteligencia, lo cual, para mí, es erróneo -si es que puedo usar aquí la palabra “erróneo”- porque la mente misma es inteligencia, y es la memoria la que corrompe a la mente y, de tal manera, oscurece a la inteligencia. Por esto, la mente parece buscar siempre esa inteligencia intemporal que es la mente misma.

Qué es, entonces, la memoria? ¿No es el incidente, la experiencia, el miedo, la esperanza, el anhelo, la creencia, la idea, el prejuicio y la tradición, la acción, el hecho, con sus sutiles y complejas reacciones? En el instante en que hay esperanza, anhelo, temor, prejuicio, temperamento, ello condiciona a la mente y ese condicionamiento crea la memoria, la cual oscurece la claridad de la mente que es la inteligencia. Esta memoria se extiende a lo largo del tiempo, coagulándose y solidificándose en la conciencia egocéntrica del “yo”. Cuando hablamos del “yo”, de eso se trata. Es la cristalización, la solidificación de la memoria de nuestras reacciones, las reacciones de la experiencia, los incidentes, las creencias, los ideales; después de convertirse en una masa solidificada, esa memoria se identifica y confunde con la mente. Si reflexiona sobre ello lo verá. La conciencia egocéntrica, esa conciencia de lo individual, el “yo”, es nada más que el manojo de la memoria, y el tiempo no es sino el campo donde esa memoria puede funcionar y actuar. Por lo tanto, esta masa solidificada de reacciones no puede ser resuelta, no puede resolverse retrocediendo en el tiempo por medio del análisis, el análisis del pasado, porque este mismo mirar hacia atrás, este análisis del pasado es uno de los trucos de la propia memoria. Usted sabe, la constante actividad, la ocupación de la memoria, es obtener un placer malsano en reafirmar y renovar el pasado trayéndolo al presente. Por favor, esto no es un concepto ingenioso, filosófico. Sólo reflexione sobre ello un momento y verá que es cierto. Existe esta masa de reacciones nacidas de la condición, del medio, del prejuicio de los múltiples anhelos, y todo esto es, por lo tanto, la cosa que llamamos el “yo”.

Luego nace esta idea de que uno debe disolver el “yo” debido a lo que he estado diciendo. O uno mismo percibe la estupidez de ese “yo”, así que comienza a desenredarlo; la memoria comienza a desenredarse hacia atrás en el pasado, lo cual constituye el proceso del autoanálisis. Y si usted se pone a pensar realmente en ello, ve que la memoria misma obtiene un placer malsano renovando el pasado en el presente. De igual modo, el futuro de la memoria es una mayor solidificación mediante los ulteriores anhelos, la ulterior acumulación de experiencias y reacciones. En otras palabras, el tiempo es memoria o conciencia de uno mismo. Usted no puede resolver o disolver la conciencia de sí mismo examinando el pasado. El pasado no es sino la acumulación de la memoria, y el ahondar en el pasado no va a resolver esa conciencia en el presente; ni va a resolverla en el futuro -el cual no es sino acumulación, más anhelo, más reacciones y solidificaciones a las que llamamos creencias, ideales, esperanzas-, el futuro que sigue estando contenido en el tiempo. Mientras continúa este proceso de la memoria como pasado y futuro, la inteligencia no puede actuar con integridad y plenitud en el presente.

La intuición, como comúnmente se la entiende, tiene su base en el pasado, en la pasada acumulación de la memoria, de las experiencias, y no es sino una advertencia para actuar con cautela en el presente. Como dije, la intemporalidad no es para mí un concepto filosófico, es una realidad; verá que es una realidad si experimenta con lo que digo. O sea, verá que es una realidad si su mente no está obstaculizada por las acumulaciones del pasado a las que llama memoria, la cual funciona y lo gobierna en el presente impidiendo que actúe en su plenitud la inteligencia y, por lo tanto, impidiendo que usted pueda vivir de manera completa en el ahora.

Por consiguiente, la liberación o la verdad o Dios, es la liberación de la mente -la cual es, en sí misma, inteligencia- con respecto a la carga de la memoria. Les he explicado qué entiendo por memoria, no la memoria de realidades o de falsedades, sino la carga puesta en la mente por la conciencia de uno mismo que es memoria, que es la reacción al medio que no ha sido comprendido. La inmortalidad no es la perpetuación de esa conciencia del “yo”, la cual no es sino el resultado de un medio falso, sino que la inmortalidad es la libertad, la liberación de la mente con respecto a la carga de la memoria.

19 de junio de 1934

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