OBRA COMPLETA - TOMO 3 - J.K. - CONTINUACIÓN -

 

J. KRISHNAMURTI

OBRAS COMPLETAS AÑOS 1933-1967

Tomo III (1936-1944)

EL ESPEJO DE LA RELACIÓN

Prefacio

Hijo de padres brahmines, Jiddu Kxishnamuiti nació en 1895 en el sur de la India. Cuando Krishnamurti tenía catorce años, Annie Besant, presidenta de la Sociedad Teosófica, una organización internacional que ponía énfasis en la unidad de todas las religiones, lo proclamó el próximo Instructor del Mundo. Adoptó al muchacho y lo llevó a Inglaterra, donde fue educado y preparado para su rol futuro. En 1911, se formó una nueva organización mundial, con Krishnamurti como Jefe de la misma; tenía el fin exclusivo de preparar a sus miembros para el advenimiento deL Instructor del Mundo. En 1929, después de muchos años de cuestionarse a sí mismo y de cuestionar el destino que le habían impuesto, Krishnamuiti disolvió esta organización, diciendo:

La Verdad es una tierra sin caminos, y no es posible acercarse a ella por ningún sendero, por ninguna religión, por ninguna senda. La Verdad, al ser ilimitada., incondicionada, absolutamente inabordable por ningún camino, no puede ser organizada, ni puede formarse organización alguna para conducir o forzar a la gente a lo largo de algún sendero particular. Mi único interés es hacer que los hombres sean absoluta, incondicionalmente libres.

Hasta el fin de su vida, a la edad de noventa años, Krishnamurti viajó por el mundo hablando como una persona privada. El rechazo de toda autoridad espiritual y psicológica, incluyendo la suya propia, constituye un tema fundamental. Es de interés prioritario la estructura social y cómo ésta condiciona al individuo. Sus pláticas y escritos ponen el acento en las barreras psicológicas que impiden la claridad de percepción. En el espejo de la relación, cada uno de nosotros Llega a comprender el contenido de su propia conciencia, la cual es común a toda la humanidad. Esto podemos hacerlo, no analíticamente, sino directamente de una manera que Krishnamurti describe en detalle. Observando este contenido, descubrimos dentro de nosotros la división del observador y lo observado. El señala que esta división, que impídela percepción directa, es la raíz del conflicto humano.

Su visión fundamental no vaciló después de 1929, pero durante el resto de su vida Krishnamurti se esforzó por hacer que su lenguaje fuera aun más simple y claro. En su exposición se advierte un desarrollo. Año tras año empleó, con matices diferentes, términos nuevos y nuevas maneras de abordar su enseñanza.

A causa del carácter global de esta enseñanza, las Obras Completas son de extraordinario interés Dentro de sus pláticas de cada año, Krishnamurti no podía abarcar el campo completo de su visión, pero a lo largo de estos volúmenes pueden encontrarse extensas ampliaciones de temas particulares. En ellos hecha los cimientos de muchos de los conceptos que usó en años posteriores.

Las Obras Completas contienen pláticas, discusiones, respuestas a preguntas específicas, y escritos desde el año 1933 hasta el año 1967 inclusive. Son un documento auténtico de sus enseñanzas, basado en transcripciones de registros literales taquigráficos y de grabaciones magnetofónicas.

La Krishnamurti Foundation de Norteamérica, un Trust benéfico, tiene entre sus propósitos la publicación y distribución de libros, videocasetes, filmes y grabaciones magnetofónicas de Krishnamurti. La publicación de las Obras Completas es una de estas actividades.

Ojai y California, 1936

PRIMERA PLÁTICA EN EL ROBLEDAL

La gente viene a estas pláticas, con muchas expectativas y esperanzas y con muchas ideas peculiares; en aras de la claridad, examinemos esto y veamos su verdadero valor. Quizás, entre los que nos encontramos aquí, haya unos pocos cuyas mentes no están cargadas con jergas que no son sino tediosas repeticiones verbales. Es posible, también, que haya algunos que, habiéndose liberado de creencias y supersticiones, están ansiosos por comprender el significado de lo que digo. Viendo la naturaleza ilusoria de lo imitativo, ya no pueden buscar más patrones y moldes para su conducta. Vienen con la esperanza de despertar su creatividad innata a fin de vivir en lo profundo del movimiento de la vida. No buscan una nueva jerga o un nuevo método de conducta, ni tampoco la agudeza de las ideas o el dogmatismo emocional.

Ahora bien, yo hablo para aquéllos que desean despertar en relación con la realidad de la vida y así crear para sí mismos la auténtica manera de pensar y vivir. Con esto no quiero decir que mis palabras estén limitadas a unos pocos o a alguna imaginaria camarilla de intelectuales selectos.

Lo que digo puede parecer poco vital a los que son meramente curiosos, porque no tengo frases vacías o audaces afirmaciones con las cuales poder excitarlos. Los curiosos, los que tan sólo desean estimulación emocional, no encontrarán satisfacción en mis palabras.

Luego están los que vienen aquí para comparar lo que tengo que decir, con las numerosas escuelas de irreflexión. [Risas], No, por favor, esto no es un comentario ingenioso. Por las cartas que he recibido y por lo que me han dicho personas que hablaron conmigo, sé que muchos creen que, perteneciendo a escuelas especiales de pensamiento, avanzarán y estarán al servicio del mundo. Pero lo que ellas llaman escuelas de pensamiento, no son sino jergas imitativas que sólo crean divisiones y estimulan la exclusividad y vanidad de la mente. Estos sistemas de pensamiento carecen de verdadera validez y se basan en la ilusión. Aun cuando sus seguidores puedan llegar a ser muy eruditos y defenderse con su saber, en realidad son irreflexivos.

Además, hay muchos cuyas mentes se han vuelto complicadas en la búsqueda de sistemas de salvación humana. Procuran, ya sea mediante la economía, la religión o la ciencia, producir orden y genuina armonía en la vida humana. El fanatismo llega a ser el impulso que mueve a muchos que tratan de imponer sobre los demás, mediante afirmaciones dogmáticas, sus propias fantasías e ilusiones que ellos prefieren llamar la verdad o Dios.

Por lo tanto, ustedes mismos tienen que descubrir por qué se encuentran aquí y qué los impulsó para que vinieran a escuchar esta plática. Confío en que estemos aquí para descubrir juntos si podemos vivir cuerdamente, inteligentemente y en la plenitud de la comprensión. Siento que ésta debería ser la tarea, tanto de quien les habla como del auditorio. Vamos a emprender un viaje de profunda investigación y experimentación individual, no un viaje basado en afirmaciones dogmáticas dirigidas a crear nuevos conjuntos de creencias e ideales. Para descubrir la verdad de lo que digo, deben experimentar con ello.

Casi todos nosotros estamos apegados a la idea de que, descubriendo cierta causa particular para el sufrimiento, el conflicto y la confusión del hombre, seremos capaces de resolver los múltiples problemas de la vida. Se ha puesto de moda decir: "Curemos los males económicos y estarán aseguradas la felicidad y realización humanas". O bien: "Aceptemos cierta idea religiosa o filosófica, y entonces la paz y la felicidad podrán volverse universales". En la búsqueda de causas particulares y aisladas no sólo fomentamos especialistas, sino que también contribuimos al desarrollo de expertos que están siempre listos para crear y exponer sistemas lógicos en los que queda atrapado el hombre irreflexivo. Uno ve cómo en todas partes del mundo se forman sistemas exclusivos o ideas para la salvación humana. Quedamos muy fácilmente atrapados en ellas, pensando que esta aparente simplicidad lógica de las causas particulares, nos ayudará a eliminar la desdicha y la confusión.

Un hombre que se abandona a estos especialistas y a la causa particular, sólo encuentra mayor confusión y desdicha. Se convierte en una herramienta en manos de los expertos o en un esclavo voluntario de quienes pueden exponer sin dificultad la simplicidad lógica de una causa particular.

Si ustedes examinan a fondo el sufrimiento y la confusión del hombre, verán sin duda alguna que existen muchas causas, algunas complejas, algunas simples, causas que debemos comprender a fondo antes de que podamos liberarnos del conflicto y del sufrimiento. Si deseamos comprender las numerosas causas y sus perturbaciones, debemos tratar a la vida como una totalidad, no como fragmentada en lo mental y lo emocional, lo económico y lo religioso, o en la herencia y el medio. Por esta razón no podemos entregarnos a los especialistas, quienes están naturalmente adiestrados para ser exclusivos y para concentrarse en sus estrechas divisiones. Es esencial no hacer esto; sin embargo, inconscientemente nos entregamos a otro para que nos guíe y nos diga qué debemos hacer, porque pensamos que el experto religioso o económico, debido a sus especiales logros y conocimientos, puede dirigir nuestras vidas individuales. Los especialistas, en su mayoría, están adiestrados de tal modo que no pueden tener una visión amplia de la vida; y como nosotros ajustamos nuestras existencias, nuestras acciones a los dictados de los expertos, tan sólo creamos mayor confusión y dolor. Por eso, al darnos cuenta de que no podemos ser esclavos de los expertos, de los instructores, de los filósofos, de esas personas que afirman haber encontrado a Dios y que, aparentemente, convierten la vida en algo muy simple, tenemos que cuidarnos de ellos. Debemos buscar la simplicidad de la vida, pero en esa búsqueda misma hemos de precavernos de las numerosas ilusiones y los engaños.

Estando conscientes de todo esto, ¿qué debemos hacer como individuos? Debemos comprender profundamente, no de manera casual o superficial, que ninguna persona o sistema en particular va a resolver totalmente para nosotros nuestros angustiosos problemas ni va a esclarecer nuestras complejas y sutiles reacciones. Si podemos comprender que no hay nadie, excepto nosotros mismos, que vaya a poner orden en el caos y la confusión que existen tanto dentro como fuera de nosotros, no anhelaremos identificarnos con esto a aquello. Empezaremos, entonces, a liberar nuestro poder creativo interno. Esto significa que comenzamos a estar conscientes de nuestra singularidad individual. Cada individuo es único, diferente, no similar a otro; pero con esto no me refiero a la expresión de los deseos egoístas.

Debemos empezar a estar conscientes de nosotros mismos, cosa que no ocurre con la mayoría de nosotros; poniendo al descubierto lo oculto, sacándolo a la luz, descubrimos las diversas causas de la falta de armonía, las causas del sufrimiento. Sólo esto contribuirá a producir una vida de realización plena y de inteligente felicidad. Sin esta liberación de lo oculto, de lo encubierto, nuestros esfuerzos deben conducirnos a desilusiones, Hasta que descubramos, por medio de la experimentación, nuestras sutiles y profundas limitaciones con sus reacciones correspondientes y nos liberemos de ellas, llevaremos una vida de confusión y de lucha. Porque estas limitaciones impiden la flexibilidad de la mente-emoción, tornándola incapaz de un verdadero ajuste al movimiento de la vida. Esta falta de flexibilidad es el origen de nuestra competencia egoísta, del miedo y de la búsqueda de seguridad, todo lo cual se deriva en múltiples ilusiones consoladoras.

Aunque podamos pensar que hemos encontrado la verdad, la bienaventuranza, y objetivemos la idea abstracta de Dios, aun así, mientras no tengamos conciencia cabal de las fuentes ocultas de nuestro ser, no podrá haber realización de la verdad. El hecho de pronunciar palabras tales como verdad. Dios, perfección, carece de profundo significado y valor.

La verdadera búsqueda puede comenzar sólo cuando no separamos mente y emoción. A causa de que se nos ha educado para considerar la vida no como una totalidad completa, sino como dividida en cuerpo, mente y espíritu, encontraremos muy difícil orientarnos hacia este nuevo concepto y esta nueva respuesta en relación con la vida. Educarnos para este modo de considerar la existencia y no volver a deslizamos en el viejo hábito del pensamiento separativo, requiere persistencia, un constante estado de alerta. Cuando comencemos a desenredarnos, mediante la experimentación, de estas falsas divisiones con sus especiales significados, búsquedas e ideales que han causado tanto daño y han complicado falsamente nuestras vidas, liberaremos energía creativa y descubriremos el movimiento infinito de la vida.

¿Puede la mente-corazón conocer y apreciar profundamente este estado de infinitud, este incesante devenir? Lo infinito tiene un significado profundo sólo cuando nos liberamos de las limitaciones que hemos creado a causa de nuestros falsos conceptos y nuestras divisiones como cuerpo, mente y espíritu, cada una con sus propios ideales distintivos y sus búsquedas. Cuando la mente-corazón se desprende de sus perjudiciales y limitadoras reacciones y empieza a vivir intensamente, con profunda percepción alerta, sólo entonces existe la posibilidad de conocer profundamente este incesante devenir. La mente-emoción debe estar completamente libre de identificaciones e imitaciones para dar con esta bienaventuranza. Sólo el despertar de la inteligencia creativa permitirá el desarrollo de la verdadera naturaleza humana del hombre, su equilibrio y su profunda y plena realización.

Hasta que se vuelvan conscientes tanto de su medio actual como de su pasado y comprendan lo que ellos significan, no como elementos en contraste — lo cual sólo produciría reacciones falsas — sino como una totalidad coordinada, y hasta que sean capaces de responder profundamente a esta totalidad, no puede haber percepción del incesante movimiento de la vida.

La verdadera búsqueda empieza sólo cuando nos desprendemos de esas reacciones que son el resultado de la división. Si no comprendemos la totalidad de la vida, nuestra búsqueda de la verdad o de la felicidad tiene que llevarnos por fuerza a la ilusión. Al perseguir una ilusión, uno siente a menudo regocijo, cierto emocionalismo; pero cuando examina esta estructura emocional, ve que es tan sólo una limitación, la creación de murallas a modo de refugio. Es una prisión, aunque uno pueda vivir en ella e incluso disfrutarla. Es una manera de escapar, mediante la limitación, del conflicto de la vida; y hay-muchos que los ayudarán y estimularán en esta evasión.

Si estas pláticas han de tener algún significado para ustedes, deben empezar por experimentar con lo que digo y vivir de un modo nuevo, tornándose conscientes de sus reacciones. Sean conscientes de ellas, pero no descarten de inmediato algunas considerándolas malas ni acepten otras como buenas, porque la mente, siendo limitada, es incapaz de un verdadero discernimiento. Lo importante es darse cuenta de tales reacciones. Entonces, gracias a esa constante percepción alerta en la que no hay sentido alguno de opuestos ni división alguna entre mente y emoción, surge la armonía en el actuar, lo único que dará origen a la realización plena del ser.

Pregunta: ¿No hay muchos expositores de la verdad además de usted ? ¿Debe uno abandonarlos a todos y escucharlo solamente a usted ?

KRISHNAMURTI: No puede haber nunca expositores de la verdad. La verdad no puede ser explicada, no más de lo que uno podría explicar el amor, a un hombre que jamás se ha enamorado. Una expresión como la de "expositores de la verdad" no tiene sentido.

¿Qué es lo que tratamos de hacer aquí? Yo no les pido que crean en lo que digo ni estoy procurando sutilmente que me sigan a fin de que puedan ser explotados. Independientemente de mí, pueden experimentar con lo que digo. Trato de mostrarles cómo puede uno vivir sensata y profundamente, con riqueza creativa, de modo tal que la vida sea una constante realización y no una frustración continua. Esto puede hacerse cuando la mente-corazón se libera de esas falsas reacciones, ideas y conceptos que ha heredado y adquirido, reacciones originadas en los temores egoístas y en las limitaciones, en la división y el conflicto de los opuestos. Esas limitaciones, esas reacciones estrechas impiden que la mente-corazón se ajuste al movimiento de la vida. De esta falta de flexibilidad surgen la confusión, el engaño y el dolor. Sólo mediante el propio empeño v la propia percepción, y no por medio de la imitación o la autoridad, puede barrerse con estas limitaciones.

Pregunta: ¿Cuál es su idea del infinito?

KRISHNAMURTI: Existe un movimiento, un proceso de la vida, que no tiene final, el cual puede ser llamado infinito. A causa de la autoridad, de la imitación nacida del temor, la mente crea para sí misma muchas reacciones falsas, y con eso se limita. Al identificarse con esta limitación, es incapaz de seguir el rápido movimiento de la vida. Debido a que la mente, impulsada por el miedo y deseando seguridad y confortación, busca una meta, un absoluto con el cual poder identificarse, se torna incapaz de seguir el incesante movimiento de la vida. Hasta que la mente-corazón, en plenitud de conciencia, pueda liberarse de estas limitaciones, no puede haber comprensión acerca del incesante proceso del devenir. Así que no pregunte qué es lo infinito, sino descubra por sí mismo las limitaciones que mantienen cautiva a la mente-corazón impidiéndole vivir dentro de este movimiento ilimitada de la vida.

5 de abril de 1936

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