OBRA COMPLETA - TOMO 3 - J.K. - CONTINUACIÓN

 SÉPTIMA PLÁTICA EN OMMEN

Para discernir la realidad, la mente tiene que ser infinitamente flexible. La mayoría de nosotros imagina que mucho más allá de la mente está la realidad, que mucho más allá de esta conciencia de conflicto y limitación, placer y dolor, está la verdad. Pero para comprender la realidad, la mente debe comprender sus propias creaciones, sus propias limitaciones. Para discernir el procese de la conciencia, que es tanto conceptual como factual, para penetrar profundamente en sus tremendas sutilezas, la mente debe ser exquisitamente flexible y el pensamiento ha de ser integral. El pensamiento integral no es el resultado del adiestramiento, del control o la imitación. Una mente no dividida en opuestos, capaz de percibir directamente, no puede ser el producto del adiestramiento. No puede ser el resultado de una voluntad que domina a otra voluntad, de un deseo que triunfa sobre otro deseo. Toda antítesis en el pensamiento tiene que ser falsa. La mente, al dividirse, juega un truco consigo misma — consciente o inconscientemente — . El adiestramiento y el control indican un proceso de dualidad en el desee, el cual produce conflicto en la conciencia. Donde hay conflicto, sometimiento, superación, una batalla entre antítesis, no puede haber flexibilidad, la mente no puede ser sutil, penetrante, capaz de discernir. La mente se condiciona a causa del conflicto entre opuestos; y el pensamiento condicionado crea nuevas limitaciones, con lo cual prosigue el proceso de condicionamiento. Este proceso impide la flexibilidad mental.

¿Cómo va uno a producir ese estado que no resulta del conflicto entre opuestos? Debemos tomar conciencia del conflicto entre opuestos que tiene lugar en cada uno de nosotros; darnos cuenta de él sin identificarnos con uno de los opuestos y sin interferir con el conflicto. El conflicto agita la mente, y como a la mente le disgusta que la agiten, busca salir de este estado de perturbación. Una salida así tiene que ser un escape o un opuesto, lo cual no hace sino crear para la mente futuras limitaciones. No es fácil hallarse en conflicto y, al mismo tiempo, estar vibrantemente quieto, sin aceptarlo ni negarlo. Hallarse en un estado de conflicto y, a pesar de eso, no buscar un remedio ni escapar, es lo que da origen al pensamiento integral. Esto es el recto esfuerzo.

Para liberar del conflicto de los opuestos a la mente, debemos conocer el proceso por el cual una parte de la conciencia conquista a otra, una división a otra. A este proceso lo llamamos educar la mente; pero es nada más que la formación de un hábito nacido de los opuestos.

Consideremos la mente que se halla presa en la autoridad. Existe la autoridad de la compulsión externa que ejercen los grupos, los líderes, las opiniones, las tradiciones. Uno puede someterse a esta autoridad sin comprenderla plenamente, y afirmar que la acepta debido a una opción voluntaria; pero si nos examinamos, veremos que en esa opción hay un profundo deseo de seguridad, el cual origina temor, y para vencer ese temor nos sometemos a la autoridad. Después, está la autoridad sutil, subjetiva, de los recuerdos acumulados, de los prejuicios y temores, de las antipatías y los deseos, todo lo cual se convierte en valores, ideales, patrones de conducta. Si examinamos a fondo esto, veremos que la mente está todo el tiempo aceptando y rechazando la autoridad y condicionándose según los nuevos valores y patrones nacidos del anhelo de autoprotección y certidumbre. Uno podrá decirse que de ningún modo busca la certidumbre, la cual crea las numerosas y sutiles formas de autoridad, pero si observa verá que está buscando la incertidumbre a fin de poder convencerse de lo falsa que es la certidumbre. De este modo, la idea de incertidumbre llega a ser tan solo otra forma de certidumbre y autoridad. Cuando uno rechaza la autoridad y busca liberarse de ella, no está sino buscando la antítesis; mientras que la verdadera libertad, el estado mental inteligente y despierto, está más allá de los opuestos. Es ese silencio vibrante del pensamiento profundo, de la percepción alerta sin opciones, es esa intuición creativa que constituye la plenitud de la vida.

Pregunta: Si estoy en conflicto con la familia, los amigos, los jefes y las leyes del Estado, de hecho, con las diversas formas de explotación, ¿el buscar liberarme de toda servidumbre no hará que la vida me resulte prácticamente imposible ?

KRISHNAMURTI: Me temo que sí, que lo hará si usted busca la liberación como un mero opuesto del conflicto y, por lo tanto, como un modo de escapar de la realidad. Si desea hacer que la vida sea práctica y vital, debe comprender todo el proceso de la explotación, tanto el obvio como el solapado. El mero escapar del conflicto con la familia, con los amigos y con el medio, no lo librará de la explotación. Sólo comprendiendo lo que significa todo este proceso de la explotación, hay inteligencia. La inteligencia hace que la vida sea posible, tanto práctica como vitalmente. Entiendo por inteligencia, no el proceso superficial del intelecto, sino ese cambio de voluntad que se produce en la plenitud integral de nuestro ser.

Estamos bien familiarizados con las formas obvias de la explotación, pero hay muchas formas sutiles de las que somos inconscientes. Si usted desea comprender de verdad la explotación en sus formas obvias y sutiles, debe discernir el proceso del " yo ", ese proceso que nace de la ignorancia, el deseo y el temor. Toda acción nacida de este proceso tiene que acarrear explotación. Muchas personas se apartan del mundo para contemplar la realidad, y con eso esperan poner fin al proceso del "yo". Uno no debe apartarse de la vida a fin de considerar la vida. Este escape no termina con el proceso del "yo", proceso basado en la ignorancia, el deseo y el temor. Vivir es estar en relación, y cuando esa relación comienza a volverse fastidiosa, limitada, crea conflicto y sufrimiento. Entonces deseamos lo opuesto, escapar de la relación. Y, de hecho, escapamos muy a menudo, pero hacia una vida superficial, árida, una vida de miedo e ilusión, lo cual intensifica el conflicto y genera un lento deterioro. Este escape es lo que resulta confuso y poco práctico. Si uno quiere despojar a la vida de toda su fealdad y sus crueldades debe, mediante el recto esfuerzo, terminar con el proceso autónomo de la ignorancia.

Pregunta: Si la verdad está mucho más allá de todas las limitaciones, debe ser cósmica y, en consecuencia, abarca en sí todas las expresiones de la vida. Una conciencia cósmica semejante, ¿no incluye, por lo tanto, la comprensión de todos los aspectos y las actividades de la vida, sin excluir ninguno ?

KRISHNAMURTI: No nos preocupemos acerca de lo que pueda ser la conciencia cósmica, la verdad, etc. Aquello que es real será conocido cuando hayan cesado las diversas formas de ilusión. Como la mente es capaz de contener tantos sutiles engaños y tiene el poder de crear para sí tantas ilusiones, nuestro interés no debe estar puesto en el estado que llamamos realidad, sino en disipar las múltiples ilusiones que surgen todo el tiempo, ya sea consciente o inconscientemente. Perteneciendo a una organización religiosa con sus dogmas, creencias y doctrinas, o siendo uno de estos nuevos nacionalistas dogmáticos, esperan ustedes realizar a Dios, la verdad o la felicidad humana. Pero, ¿cómo puede la mente comprender la realidad, si está deformada por créencias, prejuicios, dogmas y temores? Sólo cuando se disuelven estas limitaciones, puede manifestarse la verdad. No tengan preconceptos acerca de lo que es para luego ajustar a ellos los propios deseos.

Ustedes piensan que para amar al hombre deben pertenecer a alguna nacionalidad; piensan que para amar la realidad deben pertenecer a alguna religión organizada. Puesto que no somos capaces de discernir la verdad entre las múltiples ilusiones que se agolpan en nuestra mente, nos engañamos a nosotros mismos pensando que, tanto lo falso como lo verdadero, tanto el odio como el amor, son partes esenciales de la vida. Donde hay amor no puede existir el odio. Para comprender la realidad, uno no necesita pasar por todas las experiencias de la ilusión.

Pregunta: ¿Cómo podernos resolver los problemas del sexo?

KRISE1NAMURTI: Donde hay amor no existe el problema del sexo. Este se convierte en un problema cuando el amor ha sido desplazado por la sensación. De modo que la cuestión es, en realidad, cómo controlar la sensación. Si existiera la llama vital del amor, se terminaría el problema del sexo. Ahora el sexo se ha vuelto un problema a causa de la sensación, del hábito y de los estímulos, a causa de los numerosos absurdos de la civilización moderna. La literatura, el cinematógrafo, los avisos, las conversaciones, las ropas... todo estimula la sensación e intensifica el conflicto. El problema del sexo no puedo ser resuelto separadamente, aislado de los demás problemas. Es inútil tratar de comprenderlo por medio de la moralidad basada en patrones científicos o de conducta. Quizá ciertas restricciones artificiales sean necesarias, pero sólo pueden producir una vida árida y superficial.

Todos somos capaces de experimentar un amor profundo e inclusivo, pero a causa del conflicto y de la falsa relación, de la sensación y del hábito, destruimos su belleza. Debido al espíritu posesivo con sus numerosas crueldades, a la desagradable explotación recíproca, extinguimos poco a poco la llama del amor. No podemos mantenerla viva artificialmente, pero podemos despertar la inteligencia, el amor, mediante el discernimiento constante de las múltiples ilusiones y limitaciones que ahora dominan nuestra mente y nuestro corazón, la totalidad de nuestro ser, lo que debemos comprender, pues, no es qué clase de restricciones científicas o religiosas deben aplicarse a los deseos y las sensaciones, sino cómo producir una realización humana profunda y duradera. Por todos lados experimentamos frustración; el miedo domina nuestra vida espiritual y moral forzándonos a imitar, a amoldarnos a los valores falsos y a las ilusiones. No hay una expresión creativa de todo nuestro ser, ya sea en el trabajo o en el pensamiento. Para eso la sensación se torna monstruosamente importante y sus problemas nos abruman. La sensación es artificial, superficial, y si no penetramos profundamente en el deseo y comprendemos su proceso, nuestra vida seré superficial y completamente vana y desdichada. La mera satisfacción del deseo o los continuos cambios que se producen en el deseo, destruyen la inteligencia, el amor. Sólo el amor puede librarnos de los problemas del sexo.

Pregunta: Usted dice que podemos tornarnos plenamente conscientes del proceso del "yo” que tiene su foco individual en cada uno de nosotros. ¿Significa eso que ninguna experiencia puede tener valor alguno excepto para la persona que la vive?

KRISHNAMURTI: Si usted condiciona su pensamiento a causa de su propia experiencia, ¿cómo puede liberarlo la experiencia de otro? Si sus propias actividades volitivas han condicionado su mente, ¿cómo puede liberarlo la comprensión de otra persona? Podrá estimularlo superficialmente, pero una ayuda semejante no es duradera. Si usted comprende esto, entonces todo el sistema de lo que se llama ayuda espiritual — a través del culto y la disciplina o por medio de mensajes desde el más allá — significa muy poco. Si discierne que el proceso del "yo" se nutre de sus propias actividades volitivas nacidas de la ignorancia, el deseo y el temor, entonces tiene muy escasa importancia la experiencia de otro. Grandes maestros religiosos han declarado qué es moral y verdadero. Sus seguidores se han limitado a imitarlos y, de esta manera, no lo han realizado. Si dicen que deben tener ideales para vivir conforme a ellos, esto no indica sino que hay miedo en la mente y el corazón. Los ideales crean dualidad en la conciencia, y así sólo prolongan el proceso del conflicto. Si uno percibe que el despertar de la inteligencia pone fin al proceso del "yo", entonces hay un ajuste espontáneo a la vida y una relación armoniosa con el medio, en vez de la compulsión del miedo o la imitación de un ejemplo, que no hacen sino incrementar el proceso egocéntrico de la ignorancia, el deseo y el temor.

Ahora bien, si cada uno de ustedes percibiera realmente esto, yo les aseguro que habría un cambio vital de voluntad y de la actitud que tienen hacia la vida. La gente me pregunta a menudo: "¿No debemos tener autoridades? ¿No debemos seguir a los Maestros? ¿No necesitamos disciplina?". Otros dicen: "No nos hable acerca de la autoridad, porque ya la hemos superado". Mientras prosiga el proceso del "yo", tienen que existir las muchas formas sutiles de autoridad, de deseo, con sus temores e ilusiones, con su compulsión. La autoridad del ejemplo implica que hay temor, y en tanto no comprendamos el proceso del "yo", los meros ejemplos sólo se volverán obstáculos.

Pregunta: ¿Hay, aparte del hombre, un ser al que llamamos Dios? La idea de Dios, ¿tiene algún valor para usted?

KRISHNAMURTI: ¿Por qué me formula esta pregunta? ¿Desea que yo lo estimule en su fe, que lo apoye en su creencia? O hay Dios o no lo hay. Algunos afirman que sí, otros lo niegan. El hombre permanece perplejo entre estas contradicciones.

Para discernir lo real, la mente debe estar libre de los opuestos. He explicado que el mundo se halla compuesto de fuerzas autónomas sin comienzo, las que no son impulsadas por una fuerza suprema o una energía única, trascendental. No podemos comprender ningún otro proceso de energía excepto el que tiene su foco en cada uno de nosotros. Estas energías, en su desarrollo autónomo se convierten en conciencia creando sus propias limitaciones y su medio, tanto desde el punto de vista conceptual como del factual.

El proceso del "yo" se nutre a sí mismo mediante sus propias actividades volitivas nacidas de la ignorancia y el deseo. Mientras el proceso del "yo" continúa, tiene que haber conflicto, miedo y dualidad en La acción. Al poner fin a estas actividades volitivas, hay bienaventuranza, existe el amor de lo verdadero. Cuando ustedes  sufren, no consideran la causa de todo el proceso del sufrimiento, sino que sólo desean escapar hacia una ilusión que llaman felicidad, realidad. Dios. Si toda ilusión se percibe como tal y se discierne a fondo la causa del sufrimiento, lo cual despierta el recto esfuerzo, entonces se manifiesta lo inconmensurable, lo incognoscible.

Pregunta: ¿la idea de predestinación, tiene alguna validez efectiva ?

KRISHNAMURTI: La acción que, a cada instante, surge de la limitación, de la ignorancia, modifica y renueva el proceso del "yo" dándole continuidad e identidad. Esta continuidad de nuestros propios actos a causa de la limitación, es la predestinación. Somos condicionados por tales actos, pero a cada instante podemos romper la cadena de la limitación. De modo que en todo momento gozamos de libre albedrío, pero nos estamos condicionando a nosotros mismos a causa de la ignorancia, del temor. No somos el juguete de alguna entidad, de alguna fuerza misteriosa, buena o mala. No estamos a merced de ciertas fuerzas erráticas en el mundo. No somos controlados tan sólo por la herencia o el medio.

Cuando pensamos acerca del destino, imaginamos que nuestro presente y futuro están determinados por alguna fuerza externa, y así cedemos a la fe. Basados en la autoridad de la fe, aceptamos que cierta energía única, cierta inteligencia. Dios, ya ha establecido nuestro destino. En oposición a la fe, tenemos la ciencia con sus explicaciones mecánicas de la vida.

Lo que digo no puede ser comprendido mediante los opuestos. El pensamiento está condicionado por la ignorancia y el temor, y la conciencia se nutre de sus propias actividades volitivas y así mantiene su identidad. Los actos nacidos de la limitación deben crear por fuerza más condicionamientos en la mente. Es decir, la ignorancia respecto de uno mismo forma una cadena de acciones que se autolimitan. Este proceso por el que la acción del pensamiento se autodetermina y se autolimita, da identidad y continuidad a la conciencia que constituye el "yo".

El pasado es el trasfondo del pensamiento y de la acción condicionada, los que dominan y controlan el presente creando, en consecuencia, un futuro predeterminado. Un acto nacido del temor crea ciertos recuerdos o ciertas resistencias de autodefensa que determinan la acción futura. De ese modo el pasado, al controlar el presente, proyecta su sombra sobre el futuro.

Se forma, pues, una cadena que mantiene cautivo al pensamiento. La percepción alerta y sin opciones de este proceso, es el comienzo de la verdadera libertad.

Si la mente percibe con claridad el proceso de la ignorancia, puede liberarse de él en cualquier momento. Cuando usted comprenda a fondo esto y lo viva, verá que el pensamiento no siempre necesita estar condicionado por la causa y el efecto, y que entonces existe una libertad vital, una libertad sin miedo y sin la superficialidad de las antítesis.

3 de agosto de 1936


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.