SÉPTIMA PLÁTICA EN EL ROBLEDAL
La existencia es dolorosa y compleja. Para comprender el dolor de nuestra existencia, debemos pensar y sentir de una manera nueva, debemos abordar la vida simple y directamente; si es posible, debemos comenzar de nuevo cada día.. Cada dia debemos ser capaces de revalorizar los ideales y modelos que hemos creado. La vida puede ser profunda y verdaderamente comprendida, sólo tal como existe en cada uno; uno mismo es esa vida y, sin comprenderla, no puede haber serenidad y felicidad perdurables.
Nuestro conflicto interno y externo se origina en los valores cambiantes y contradictorios basados en el placer y el dolor, ¿no es así? Nuestra lucha radica en tratar de descubrir un valor totalmente satisfactorio, invariable y que no pueda ser perturbado; buscamos un valor permanente que nos gratifique para siempre sin sombra alguna de duda o dolor. Nuestra lucha constante se basa en este requerimiento de una seguridad duradera; anhelamos la seguridad en las cosas, en las relaciones, en el pensar.
Sin comprender ei problema de la inseguridad, no hay seguridad posible. Si buscamos la seguridad no la encontraremos, la búsqueda de seguridad trae su propia destrucción, Tiene que haber inseguridad para que haya comprensión de lo real; inseguridad que no es lo opuesto de la seguridad. Una mente que se halla bien asegurada, que se siente a salvo en algún refugio, jamás puede comprender la realidad El ansia de seguridad engendra pereza, torna a la mente-corazón poco dúctil, insensible, temerosa y torpe; le impide ser vulnerable a lo real. La verdad se realiza en la profunda inseguridad.
Pero necesitamos cierta seguridad para vivir; necesitamos alimento, ropa y vivienda, sin lo cual la existencia no es posible. Sería comparativamente simple organizar y distribuir eso eficazmente si nos contentáramos sólo con nuestras necesidades diarias fundamentales. Entonces no habría agresividad individual ni nacional, no habría crueldad y expansión competitiva; no serían necesarios los gobiernos soberanos separados; si nos contentáramos plenamente con nuestras necesidades diarias esenciales, no habría guerras, Pero no nos contentamos con eso.
¿Por qué no es posible organizar nuestras necesidades? Es a causa del incesante conflicto de nuestra vida cotidiana con su codicia, su crueldad, su odio No es posible porque usamos nuestras necesidades como un medio de satisfacer nuestras exigencias psicológicas. Careciendo internamente de creatividad, siendo vacuos, destructivos, usamos nuestras necesidades como un medio de escape; asi, las necesidades asumen una significación mucho mayor de la que tienen realmente En lo psicológico, se vuelven sumamente importantes, ai igual que nuestros valores sensorios; la propiedad, el nombre, el talento, se convierten en los medios para lograr posición, poder, dominio.
Estamos siempre en conflicto sobre cosas producidas por la mano o por la mente; de aquí que el planeamiento económico de la existencia se vuelva el problema dominante. Ansiamos cosas que crean la ilusión de seguridad y bienestar, pero que sólo nos traen conflicto, confusión y antagonismo. En la seguridad que nos brindan cosas producidas por la mente, perdemos esa alegría de la realidad creativa, cuya naturaleza misma es la inseguridad. Una mente que busca seguridad vive siempre con miedo; jamás puede ser feliz, jamás puede conocer la existencia creativa. La más elevada forma de pensar y sentir es la comprensión negativa, y su base misma es la inseguridad.
Cuanto más consideramos el mundo sin comprender nuestros anhelos, requerimientos y conflictos psicológicos, más complejo e insoluble se vuelve el problema de la existencia. Cuanto más planeamos y organizamos nuestra vida económica sin comprender y trascender las pasiones internas, los temores, las envidias, más serán los conflictos y la confusión que surjan. El contentamiento con poco llega con la comprensión de nuestros problemas psicológicos, no con la legislación o el esfuerzo deliberado de poseer poco. Debemos eliminar inteligentemente esas exigencias psicológicas que encuentran su satisfacción en las cosas, en la posición, en el talento. Si no buscamos poder y dominio, si no somos agresivos, habrá paz; pero en tanto estemos usando las cosas, las relaciones o las ideas como medios de satisfacer nuestros siempre crecientes anhelos psicológicos, seguirán existiendo la contienda y el infortunio humanos. Con la libertad respecto del anhelo, llega el recto pensar, y sólo el recto pensar puede generar serenidad.
Pregunta: Yo vengo de una parte del mundo que ha sufrido terriblemente en esta guerra. Veo a mí alrededor propagarse el hambre, la enfermedad y un gran peligro de guerra civil y derramamiento de sangre, a menos que estos problemas sean encarados de inmediato, Siento que es mi deber contribuir a su solución. Por otro lado, veo que en él mundo de hoy existe la necesidad de un punto de vista como el suyo ¿Es posible para mi perseguir mi primer objetivo sin descuidare I segundo'? En otras palabras, ¿cómo puedo continuar con ambos?
KRISHNAMURTI: Sólo en la búsqueda de lo real puede haber una solución perdurable para nuestros problemas. Vivir nuestra existencia separándola de lo real es continuar en la ignorancia y el dolor. Tratar de resolver en sus propios niveles el problema del hambre, los asesinatos en masa y la destrucción, es favorecer la desdicha y las catástrofes. En la investigación del verdadero problema del mundo, que es el problema del individuo, encontrará usted una respuesta perdurable, Pero si sólo se interesa en la reorganización de la codicia, de la mala voluntad y la ignorancia, no tendrán fin la confusión y el antagonismo.
Si el reformador, el que contribuye a la solución de los problemas del mundo, no se ha transformado radicalmente, si no ha experimentado una revolución interna de los valores, entonces su contribución sólo agregará más elementos al conflicto y a la desdicha. Aquél que está deseoso de reformar el mundo, debe primero comprenderse a sí mismo, porque él es el mundo. La presente desgracia y degradación del hombre es causada por el hombre mismo, y si éste planea meramente reformar el patrón del conflicto sin comprenderse a sí mismo, sólo incrementará la ignorancia y el sufrimiento. Si cada uno de nosotros busca el valor eterno, entonces habrá un final para el conflicto interior y, por lo tanto, llegará la paz al mundo; sólo así cesarán aquellas causas que perpetúan el antagonismo, la confusión y la desdicha del hombre.
Si usted desea poner fin al conflicto, a la confusión y desdicha con que nos enfrentamos en todas partes, ¿por dónde ha de empezar? ¿Comenzará con el mundo, con lo externo, y tratará de reorganizar sus valores mientras mantiene su propio nacionalismo, su codicia y su odio, su dogma religioso y sus supersticiones? ¿O debe empezar consigo mismo para eliminar drásticamente las causas que originan conflicto y dolor? Si es capaz de desechar las pasiones y el espíritu mundano sobre los que se halla construida nuestra cultura actual, descubrirá y experimentará el valor eterno, el cual jamás se encuentra dentro de ningún sistema; entonces podrá ayudar a otros para que se liberen de su esclavitud.
Desafortunadamente, deseamos combinar lo eterno, con toda una serie de valores que nos conducen al antagonismo, al conflicto y a la infelicidad. Si usted quiere buscar la verdad, debe abandonar esos valores que se basan en la sensación y la gratificación, en las pasiones y la mala voluntad, en el afán adquisitivo y la avidez de poder Ustedes no necesitan que sus vidas sean guiadas por economistas, políticos y sacerdotes con sus inacabables planes para la paz; son ellos quienes los han llevado a la destrucción y a la muerte. Ustedes los han convertido en sus líderes, pero ahora, con profunda e inteligente percepción alerta, deben volverse responsables por si mismos, porque en ustedes están la causa y la solución de todo conflicto y sufrimiento. Ustedes los han creado y sólo ustedes pueden liberarse, nadie más puede salvarlos.
Por lo tanto, nuestro prirner deber — si se me permite usar esa palabra — es descubrir lo real, que es lo único capaz de traer paz y felicidad. Únicamente en ello hay una unidad perdurable del hombre; únicamente en ello cesan el conflicto y el dolor; solamente en lo real está la existencia creativa. Sin este tesoro interior, la organización externa de la ley y de tos planes económicos tiene muy poca importancia Con la percepción inteligente de lo real, llega a su fin la separación de lo externo y lo interno.
Pregunta: He intentado meditar de la manera como usted lo sugirió el año pasado He penetrado en ello a bastante profundidad Siento que la meditación y los sueños están relacionados entre si ¿Qué piensa usted ?
KRISHNAMURTI: Para aquéllos que practican la meditación, ésta es un proceso de devenir, de desarrollo, de negación, o de imitación, de concentración, de reducción del pensamiento-sentimiento. O bien cultivan la virtud como un medio hacia un fin concebido, o tratan de fijar su atención errante enfocándola sobre un santo, un Maestro o una idea. Muchos usan diversas técnicas para ir más allá de lo que alcanzan los medios, pero los medios moldean la mente-corazón, y asi, en el fin que se proponen, se vuelven esclavos de los medios. Los medios y el fin no son diferentes, no están separados. Si usted busca un fin, encontrará los medios para lograrlo, pero un fin así no es lo real. Lo real surge a la existencia, usted no puede buscarlo; debe llegar por sí mismo, uno no puede inducirlo. Pero la meditación, tal como por lo general se practica, es anhelo de devenir o de no devenir; es una forma sutil de autoexpansión, de afirmación propia; por eso, se vuelve una mera serie de luchas dentro del patrón de la dualidad. El esfuerzo de devenir, positiva o negativamente, en diferentes niveles, no pone fin al conflicto; sólo con la cesación del anhelo hay serenidad.
Si el meditador no se conoce a si mismo, su meditación tiene poco valor y se vuelve incluso un obstáculo para la comprensión. Sin conocimiento propio, la meditación es imposible, y sin percepción meditativa no hay conocimiento propio Si no me comprendo a mí mismo — mis anhelos, mis motivos, mis contradicciones — , ¿cómo puedo comprender la verdad? Si no me doy cuenta de mis estados contradictorios, si alimento pasiones, si soy ignorante, codicioso, envidioso, la meditación tan sólo fortalece el proceso de autoencierro; sin conocimiento propio no hay base para el recto pensar; sin recto pensar, el pensamiento-sentimiento no puede ir mas allá de sí mismo.
Cierta vez. una señora dijo que había practicado la meditación durante una cantidad de años, y enseguida se puso a explicar que un determinado grupo de personas debía ser destruido, porque esas personas estaban trayendo al hombre desdicha y destrucción. No obstante, ella practicaba la hermandad, el amor y la paz que, según dijo, habían guiado su vida, ¿Acaso muchos de ustedes que practican la meditación, no hablan de amor y hermandad y, sin embargo, toleran la guerra, que es un asesinato organizado, o incluso participan en ella? ¿Qué significa, entonces, la meditación que practican? La meditación de ustedes sólo fortalece la estrechez de miras, la mala voluntad y la ignorancia que padecen.
Aquéllos que quieran comprender el significado profundo de la meditación, ante todo deben comenzar consigo mismos, porque el conocimiento propio es la base del recto pensar. Sin recto pensar, ¿cómo puede llegar lejos el pensamiento? Uno debe empezar cerca para llegar lejos. El conocimiento de uno mismo es difícil; considerar a fondo, sondear a fondo cada pensamiento-sentimiento, es una tarea ardua; pero esta percepción sensible de cada pensamiento-sentimiento pondrá fin al vagabundeo de la mente. Cuando usted trata de meditar, ¿no encuentra que su mente divaga y parlotea sin cesar? De poco sirve apartar todos los pensamientos menos uno, y tratar de concentrarse en ese único pensamiento que uno ha escogido. En vez de intentar controlar estos pensamientos errantes, tome conciencia de ellos, considérelos a fondo, sondéelos uno por uno, comprenda su significado, por grato o ingrato que sea; trate de entender cada pensamiento-sentimiento. Al ser seguido de esta manera, cada pensamiento, cada sentimiento entrega su significado; de ese modo la mente, a medida que comprende sus pensamientos repetitivos y errantes, se vacía de sus propias ideaciones.
La mente es una consecuencia del pasado, es el depósito de muchos intereses, de valores contradictorios; está siempre acumulando, deviniendo . Debemos darnos cuenta de estas acumulaciones y comprenderlas a medida que van surgiendo Suponga que usted ha coleccionado cartas durante muchos años; ahora inspecciona su gaveta y lee carta tras carta, conservando unas y descartando otras; relee las que conserva y vuelve a descartar nuevamente hasta que la gaveta queda vacía. De igual modo, dése cuenta de cada pensamiento-sentimiento, comprenda su significado, y si éste no ha sido plenamente comprendido, vuelva a considerarlo. Tal como una gaveta es útil sólo cuando está vacía, asi la mente debe estar libre de todas sus acumulaciones, porque únicamente entonces puede estar abierta a la sabiduría y al éxtasis de lo real. La serenidad de la sabiduría no es el resultado de un acto de voluntad, no es una conclusión, un estado que pueda alcanzarse deliberadamente. Surge en la conciencia alerta de la comprensión.
La meditación se vuelve significativa cuando la mente-corazón está alerta, considerando y sondeando cuidadosamente, sin comparar ni identificarse, cada pensamiento-sentimiento a medida que aparece La comparación y la identificación mantienen el conflicto de la dualidad, y dentro de este patrón no hay solución posible. Me pregunto cuántos de ustedes han practicado realmente la meditación. Si lo han hecho, habrán notado cuán difícil es estar ampliamente alerta sin limitar al pensamiento-sentimiento. Cuando tratamos de concentrarnos, los pensamientos y sentimientos conflictivos son reprimidos o puestos a un lado o dominados, y mediante este proceso no puede haber comprensión. La concentración se obtiene a expensas de la profunda percepción alerta. Si la mente es mezquina y limitada, la concentración no la hará en modo alguno menos pequeña y trivial; por el contrario, fortalecerá su propia naturaleza. Semejante concentración estrecha no hace que la mente-corazón sea vulnerable a la realidad; sólo la endurece en su propia obstinación e ignorancia y perpetúa el proceso de autoencierro.
Cuando la mente-corazón es amplia, profunda y serena, existe lo real Si la mente está buscando un resultado, por noble y meritorio que sea, si está ocupada con el devenir, deja de ser extensiva e infinitamente flexible Para recibir lo desconocido, debe ser como lo desconocido tiene que estar absolutamente serena para que se manifieste lo eterno.
La mente debe, pues, comprender cada uno de los valores que ha acumulado. y en este proceso son puestas al descubierto y comprendidas las numerosas capas de la conciencia, tanto las manifiestas como las ocultas Cuando más se perciben las capas conscientes, más afloran a la superficie las capas ocultas; si las conscientes son confusas y se hallan alteradas, las capas más profundas no pueden proyectarse en las conscientes, salvo a través de los sueños.
La percepción alerta es el proceso de liberar a la mente consciente, de las esclavitudes que causan conflicto y dolor; de este modo, se torna abierta y receptiva a lo oculto, Las capas ocultas de la conciencia comunican su significado a través de los sueños y los símbolos. Si cada pensamiento-sentimiento es examinado, sondeado tan plena y profundamente como sea posible, sin condenar ni comparar, sin aceptar ni identificarse, entonces todas las capas ocultas de la conciencia se revelarán a si mismas. Gracias a la constante percepción sensible, el soñador deja de soñar, porque por obra de esta atención alerta y pasiva, se comprende cada movimiento del pensar y del sentir, tanto los de las capas evidentes de la conciencia, como los de las profundas. Pero si uno es incapaz de examinar, sondear cada pensamiento de manera plena y completa, entonces comienza a soñar. Los sueños requieren ser interpretados, y para interpretarlos tiene que haber una inteligencia libre y abierta; en vez de eso, el soñador acude a un especialista de los sueños, creándose así otros problemas. Sólo en la profunda y amplia percepción alerta, puede haber un final para los sueños y su ansiosa interpretación.
La verdadera meditación es muy efectiva para liberar a la mente-corazón de su proceso de autoencierro. Tanto las capas manifiestas de la conciencia como las ocultas, son consecuencia del pasado, de las acumulaciones, de siglos de educación; y una mente educada, condicionada de ese modo no puede, por cierto, ser vulnerable a lo real. Ocasionalmente, en el quieto silencio que sigue a la tempestad del conflicto y del dolor, advienen una belleza y un júbilo inexpresables; ello no es el resultado de la tempestad, sino de la cesación del conflicto, La mente-corazón debe estar pasivamente serena y silenciosa para la existencia creativa de lo real.
Pregunta: ¿ Tendría usted la bondad de explicar la idea de que uno debe morir cada día, o que debe vivir en un día las cuatro estaciones ?
KRISHNAMURTI: ¿No es esencial que haya una constante renovación, un renacimiento? Si el presente está cargado con la experiencia de ayer, no puede haber renovación. La renovación no es la acción de nacimiento y muerte, está más allá de los opuestos; sólo la libertad respecto de los recuerdos acumulados trae renovación, y la comprensión no existe salvo en el presente, en el ahora.
La mente puede comprender el ahora sólo si no compara, si no juzga; el deseo de alterar o comparar el ahora sin haberlo comprendido, da continuidad al pasado. Hay renovación sólo cuando comprendemos, sin distorsión alguna, el pasado que se refleja en el espejo del presente.
La acumulación de los recuerdos es llamada conocimiento; con esta carga, con las cicatrices de la experiencia, el pensamiento está siempre interpretando el presente y así da continuidad a sus propias cicatrices y a su condicionamiento, Esta continuidad nos ata al tiempo y, por lo tanto, no puede haber renacimiento, renovación Si usted ha vivido una experiencia de manera plena, completa, ¿no ha encontrado que esa experiencia no deja rastros tras de sí? Sólo las experiencias incompletas dejan su huella y dan continuidad a la memoria que se autoidentifica. Nosotros consideramos el presente como un medio hacia un fin; de ese modo, el presente pierde su inmensa significación. El presente es lo eterno Pero una mente compuesta en el tiempo, ¿cómo puede comprender aquello que no ha sido compuesto, que está más allá de todos los valores, que es lo eterno?
A medida que surge cada exper iencia, pase por ella tan plena y hondamente como sea posible; examínela a fondo, sondéela de manera amplia y profunda; dése cuenta del dolor y del placer que implica, de sus propios juicios e identificaciones Sólo cuando la experiencia es completada, hay renovación. Debemos ser capaces de vivir las cuatro estaciones en un día, estar agudamente atentos a la experiencia y así comprender las acumulaciones de cada día y liberarnos de ellas. Con el final de cada día, la mente-corazón debe vaciarse de sus placeres y dolores acumulados. Nosotros acumulamos, consciente o inconscientemente; es relativamente fácil descartar lo que ha sido adquirido de manera consciente, pero al pensamiento le resulta más difícil liberarse de las acumulaciones inconscientes, del pasado, de las experiencias con sus recuerdos reiterativos El pensamiento-sentimiento se aferra tan tenazmente a lo que ha acumulado, debido a que teme sentirse inseguro.
La meditación es renovación, es morir cada día al pasado; es una percepción intensa y pasiva en la que se quema y consume el deseo de continuar, de devenir. En tanto la mente-corazón esté autoprotegíéndose, habrá continuidad sin renovación. La creación existe sólo cuando cesan las creaciones de la mente
Pregunta: ¿Cómo se enfrentaría usted con una enfermedad incurable?
KRISHNAMIJRTI: Muy pocos nos comprendemos a nosotros mismos, nuestras diversas tensiones y nuestros conflictos, nuestras esperanzas y nuestros temores, todo lo cual produce a menudo desórdenes mentales y físicos.
Es de primordial importancia la comprensión y el bienestar de la mente-corazón, que entonces puede habérselas con los accidentes y la enfermedad. El cuerpo se desgasta igual que una herramienta, pero aquéllos que se aterran a los valores sensorios, encuentran que este desgaste es un dolor que excede toda medida; ellos viven para la sensación y la satisfacción, y el miedo al dolor y a la muerte los conduce a la ilusión. En tanto el pensamiento-sentimiento sea predominantemente sensorio, no habrá final para la ilusión y el miedo; siendo el mundo, por su naturaleza misma, una distracción, es esencial que el problema de la ilusión y la salud sea encarado con paciencia y sabiduría.
Si estamos orgánicamente enfermos, enfrentémonos entonces con esta condición de la mejor manera posible, tal como lo haríamos con todo mecanismo. Las decepciones psicológicas, las tensiones, los conflictos, los desajustes, producen mayores desgracias que una enfermedad orgánica. Tratamos de erradicar el síntoma antes que la causa; la causa misma puede ser el valor sensorio. No hay final para la gratificación de los sentidos, la cual sólo crea mayor y mayor confusión, tensión, temor y demás; un vivir asi tiene que culminar, por fuerza, en el desorden mental y físico o en la guerra. A menos que haya un cambio radical de valor, habrá una siempre creciente inarmonia interna y, por ende, externa. Este cambio radical de valor debe originarse en nuestra comprensión del ser psicológico; si no cambiamos, nuestras ilusiones y la mala salud aumentarán inevitablemente; nos desequilibraremos y deprimiremos, dando continua ocupación a los médicos. Si no hay una profunda revolución de valores, la ilusión y la enfermedad se convierten en una distracción, un escape que ofrece oportunidad a la autocomplacencia, Podemos aceptar incondicionalmente una enfermedad incurable, sólo cuando el pensamiento-sentimiento es capaz de trascender el valor del tiempo.
El predominio de los valores sensorios no puede traer cordura y salud La mente-corazón tiene que purificarse, y eso no puede hacerlo ningún agente externo. Tiene que haber conocimiento propio, cierta tensión psicológica. Esa tensión no es necesariamente nociva; debe existir un correcto empleo de la mente. Sólo cuando la tensión no es usada con propiedad, se deriva en dificultades psicológicas e ilusiones, en perversiones y mala salud La correcta clase de tensión es esencial para que podamos comprender; estar pasivamente alerta es conceder atención plena sin que se genere el conflicto de la oposición, La dificultad se origina, decíamos, únicamente en el uso inapropiado de la tensión; el vivir, la relación el pensar, exigen una sensibilidad intensificada, una tensión correcta. Somos conscientes de esta tensión y, por lo general, la interpretamos mal o la evitamos, impidiendo así la comprensión que aportaría La tensión o la sensibilidad pueden curar o destruir.
La vida es compleja y dolorosa. una serie de conflictos internos y externos. Tiene que haber una percepción clara de las actitudes mentales y emocionales que causan perturbaciones exteriores y físicas A fin de comprenderlas, debemos contar con tiempo para reflexionar serenamente; si queremos tomar clara conciencia de nuestros estados psicológicos, ha de haber períodos de serena soledad, debemos retirarnos del ruido y apresuramiento de la vida cotidiana con su rutina Esta quietud activa es esencial no sólo para el bienestar de la mente-corazón, sino para el descubrimiento de lo real, sin lo cual el bienestar físico o moral poco significa.
Desafortunadamente, la mayoría de nosotros concede poco tiempo al serio y silencioso recogimiento interno. Admitimos volvernos mecánicos, seguir irreflexivamente una rutina, aceptar la autoridad y ser manejados por ella; llegamos a ser meros dientes en los engranajes de la enorme maquinaria que es la presente cultura. Hemos perdido el espíritu creativo; nos falta el júbilo interno. Lo que somos interiormente es lo que proyectamos al exterior. El mero cultivo de lo externo no genera bienestar interno: sólo por obra de la constante percepción alerta y del conocimiento propio, puede haber serenidad interna. Sin lo real, la existencia es conflicto y dolor.
8 de julio de 1945
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