OBRA COMPLETA - TOMO 4 - J.K. - CONTINUACIÓN -

 DÉCIMA PLÁTICA EN MADRÁS

El recto pensar es esencial pata disolver los problemas con que nos enfrentamos cada día. Es importante descubrir cómo pensar correctamente, cómo comprender apropiadamente los problemas, antes que averiguar cuál debería ser nuestro pensamiento y nuestra actitud en relación con el problema. Estamos acostumbrados a que se nos diga qué debemos pensar con respecto al problema, y no cómo pensar al respecto. Lo esencial es cómo pensar y no qué pensar Buscar una mera solución a un problema, origina un pensar erróneo, y el recto pensar surge en la comprensión del problema, de lo que es La recta acción puede tener lugar sólo con el recto pensar, y el recto pensar adviene con el conocimiento propio.

¿Qué es el pensar: No sé si alguna vez nos hemos formulado esa pregunta, ¿Qué es el proceso del pensar? Sería bueno si pudiéramos considerar esto juntos, pero como no es posible hacerlo con un público tan numeroso, espero, sin embargo, que ustedes puedan participar silenciosamente en lo que se diga. Ésta es una conversación en la que formamos parte tanto ustedes como yo; si ustedes se limitan a ser meros oyentes, cesa la verdadera comunicación entre nosotros. La comunión mutua puede existir sólo cuando nuestros corazones están abiertos el uno al otro. No cerremos nuestros corazones con malentendidos y prejuicios verbales.

¿Qué es el pensar, el proceso del pensar? Tal como lo conocemos, es la respuesta de la memoria, ¿no es asi? La memoria es la acumulación o el residuo de la experiencia. Por lo tanto, el pensar, que es la respuesta de la memoria, se halla siempre condicionado. Uno tiene una experiencia y responde a ella o la interpreta conforme a su trasfondo, a los recuerdos, al residuo de experiencias anteriores. Llamamos pensar a esta respuesta de la memoria. Tal pensar no hace sino fortalecer el condicionamiento, lo cual produce más conflicto y dolor. La vida es una serie de retos y respuestas, y estas respuestas, que llamamos el pensar, están siempre condicionadas. Pero el reto es siempre nuevo, y la respuesta es del pasado.

Creer en algo no es pensar; la creencia no es más que una respuesta condicionada que nos ata, causando conflicto y dolor. Uno experimenta conforme a su creencia, a su trasfondo, a su condicionamiento; este experimentar conduce únicamente a más pensar condicionado. El asi' llamado pensar — la respuesta al reto siempre nuevo — es limitado, está dentro del marco de referencia que es la memoria; por eso genera más conflicto, más confusión, más sufrimiento. Esto que llamamos pensar, no es realmente pensar. ¿Qué es, entonces, el pensar? La respuesta de la memoria al reto, no es pensar, ¿Se han preguntado alguna vez qué entienden por pensar? ¿Qué es el pensar? Cuando se les plantea un problema nuevo, un reto nuevo, ¿cómo responden a él? Puesto que no han pensado al respecto, ¿cuál es su respuesta inmediata? Se quedan callados, ¿no es cierto? Observan silenciosamente, no interpretan el problema nuevo conforme al marco de referencia, la memoria, sino que la mente de ustedes está muy atenta sin esfuerzo alguno; como el problema es vital, la mente se halla despierta, concentrada, pasivamente alerta, aguardando la verdadera respuesta al problema .Ahora bien, este estado alerta y. no obstante, pasivo, es el genuino pensar; el recto pensar llega cuando cesa la respuesta de la memoria. Dado que se halla enfrentada a un problema nuevo, la mente está silenciosa, quieta pero no embotada, no adormecida; está pasivamente alerta. No está activa, porque ni siquiera busca una respuesta, porque no la conoce. Este estado de alerta, de percepción pasiva, es el pensar, ¿verdad? Es la más elevada forma del pensar, en la que no hay respuesta de la memoria, ni positiva ni negativa.

Entonces, ¿no es posible afrontar cada uno de nuestros problemas humanos, con esta siempre nueva, pasiva percepción alerta? Cuando lo hacemos, el problema nos entrega su plena significación y, de tal modo, liega a su fin. Pero cuando tratamos de resolver el problema pensando en él, o sea, siguiendo la respuesta modificada o inalterada de la memoria, entonces complicamos más aún el problema, interpretándolo según nuestro condicionamiento y originando así mayor conilicto y dolor. Ustedes pueden experimentar con esto por sí mismos. Tomen cualquier problema que tengan, cualquier problema intimo y vital; desechen sus respuestas condicionadas y miren el problema de un modo nuevo. Esta percepción alerta y pasiva es la más elevada forma del pensar; disuelve nuestros problemas y los conflictos y sufrimientos que implican.

Pregunta: Yo sueño muchísimo. ¿Tienen alguna significación los sueños?

KR1SHNAMURTI: ¿Cuándo estamos despiertos? Cuando hay una crisis, cuando nos enfrentamos a un problema intenso, ya sea de placer o de dolor; el problema es un despertar, pero nuestro deseo instintivo es escapar de él mediante muchos recursos diferentes y, debido a eso, nos adormecemos otra vez. Cuando hay un problema, ¿cuál es su respuesta a él? Trata de resolverlo conforme al marco de referencia, conforme a algún principio, a ciertas enseñanzas, lo cual no hace sino adormecerlo nuevamente. Asi, cuando hay un reto placentero, usted lo persigue, anhela más de ello, lo cual tan sólo embota la mente y el corazón, lo adormece una vez más; errando el reto causa dolor, lo evita, y eso también contribuye a embotar la mente y el corazón. El reto exige atención seria, percepción clara y comprensión, lo cual puede requerir una acción ulterior; pero nosotros rehusamos emprenderla, o nos identificamos tanto con el problema, que inducimos el adormecimiento. Esto es lo que, por lo general, nos sucede, y sólo raramente estamos despiertos. En esos raros instantes no soñamos; en tales instantes de vigilia plena no existen ni el sueño ni el soñador, ni la experiencia, ni el acumulador de la experiencia.

¿Cuál es el significado de los sueños? Durante el así llamado estado de vigilia, durante el dia. la mente consciente está comprometida en actividades de subsistencia, ocupada con algún complicado trabajo técnico, aprendiendo, disfrutando, eludiendo esto o aquello, divirtiéndose, u ocupada con la plegaria y la adoración. Está todo el tiempo superficialmente activa, pero cuando se duerme, la mente superficial se aquieta por completo. Pero la conciencia no es tan sólo la capa superficial. La conciencia tiene muchas capas: capas de ocultos motivos y temores, de búsquedas secretas, etc. Estas capas ocultas se proyectan en la ahora apacible capa superficial, la mente consciente que, al despertar, se da cuenta de que hubo un sueño. La mente consciente se halla tan ocupada con sus actividades cotidianas, que es incapaz de recibir durante el día las insinuaciones, las sugerencias de las capas ocultas. Sólo cuando la capa superficial, la mente consciente, se aquieta, las capas profundas pueden proyectarse en ella. Estas proyecciones, con sus símbolos, se convierten en los sueños. Hay sueños sin importancia y sueños significativos. No estamos considerando aquí los sueños que son el resultado del cansancio corporal, de la autoindulgencia, de indisposiciones y demás.

Los sueños son insinuaciones de las capas más profundas de la conciencia. La mente consciente recibe estas insinuaciones a través de los símbolos, de imágenes que requieren traducción, interpretación. No sé si han notado que, a medida que el sueño sigue su curso, al mismo tiempo hay también una interpretación de lo que está ocurriendo. Los sueños requieren ser interpretados; o sea, si usted tiene conciencia de ellos, desea saber qué significan. Existe el lujo de ir a un psicoanalista, el intérprete de los sueños, quien los descifrará para usted al cabo de muchos meses y a cambio de gran cantidad de dinero. Pero la mayoría de nosotros ni tiene el dinero ni está cerca de un psicoanalista. Si no somos sensatos, ellos se convertirán en los nuevos sacerdotes; los explotaremos y ellos nos explotarán, lo cual es un factor sumamente desafortunado en la relación humana. Usted ha tenido un sueño de cierta significación; desea comprenderlo, se siente ansioso al respecto. Trata de interpretarlo, y su interpretación estará de acuerdo con sus temores, prejuicios, etc. Traduce su sueño conforme a sus agrados y desagrados; de ese modo, pierde su plena significación. El intérprete está demasiado ansioso, agitado, y por eso no puede comprender plenamente su sueño. Sólo cuando está alerta y pasivamente atento, sin opción alguna, sólo entonces el sueño entrega todo su significado. Asi, pues, el sueño no es tan importante como el soñador, el intérprete. Éste es el que tiene la mayor importancia. Al comprenderse a sí mismo, está abierto a todas las capas ocultas de la conciencia, y asi se libera del conflicto y del dolor.

En tanto exista el intérprete, debe por fuerza soñar y sentirse ansioso con respecto a sus interpretaciones. ¿Es necesario soñar? Los sueños llegan a su fin sólo cuando la mente se halla en un estado de alerta pasivo durante las horas de vigilia, de modo tal que las capas ocultas puedan entregar sus insinuaciones sin ser mal interpretadas; eso es posible sólo cuando la mente consciente no está enredada en el conflicto de los problemas, cuando se halla quieta y no deliberadamente aquietada; es posible cuando hay integración de todas las capas de la conciencia, de modo tal que la capa superficial sea la profunda. Si usted desea experimentar verá que, si bien la capa superficial se halla ocupada con actividades externas, el hecho de que esté pasivamente alerta, permite que las insinuaciones, las proyecciones de las capas profundas se comprendan a medida que van surgiendo. De ese modo, hay libertad, completa integración y comprensión de las diferentes y separadas partes de la conciencia. Únicamente asi, el soñador deja de soñar. Porque los sueños son una perturbación, y cuando estas perturbaciones se terminan, sólo entonces puede la conciencia penetrar en lo profundo y más allá de si misma. Cuando no hay perturbaciones, entonces en las horas de vigilia hay una renovación; todo el tiempo hay un final y, por lo tanto, existe el éxtasis de la renovación constante.

Tal como se permite que los campos queden en barbecho después de haber sido cultivados, sembrados y cosechados, asi debe la mente consciente permitirse permanecer pasivamente alerta. Y tal como el campo se renueva cuando se lo deja en barbecho, así se renueva la mente. Esta renovación creativa debe tener lugar de instante en instante. Cuando usted tiene un problema lucha con él sin comprenderlo por completo y, de ese modo, lo traslada para el día siguiente. Jamás hay un final, sino que se fortalece la continuidad. Sólo en el final hay una renovación, y en la continuidad hay dolor. Vivir las cuatro estaciones en un instante es estar bendecido con el éxtasis de la renovación. No es la renovación del deseo con sus interminables conflictos y sufrimientos, sino un renacer de lo siempre nuevo, de lo siempre fresco.

Pregunta: Nosotras vemos el significado de lo que usted dice, pero hay muchos problemas importantes que exigen atención inmediata , problemas taíes como la lucha entre ei capital y el trabajo.

KRISHNAMURTI: Bueno, o encaramos los problemas con la mente reformista, buscando una solución inmediata, lo cual sólo engendra más problemas y ulteriores reformas, o abordamos el problema como la última fase de un proceso total, y eso exige un recto pensar. Entonces, ¿cómo aborda usted el problema? ¿Lo aborda como un reformador, en su más amplio sentido, o como un buscador de la verdad? Es muy importante que tenga en claro cuál es su modo de abordarlo. Si se interesa en la mera reforma, en la solución inmediata, entonces ello conducirá inevitablemente a más conflicto, confusión y dolor. Esta actitud, que es la del político, la del hombre comprometido con un sistema, causa desastre e infelicidad, ¿O está usted considerando el problema de la existencia cotidiana — hambre, fronteras económicas, lucha del capital y el trabajo, etc. —  desde el punto de vista de un hombre que busca el significado total de la existencia?

El anhelo individual o grupal de posición y poder, conduce a toda clase de corrupción y calamidad, tanto en lo social como en lo psicológico. El poder, la violencia, usados en nombre del Estado o en nombre de la religión, no pueden generar orden y paz en el mundo; por el contrario, engendrarán múltiples desdichas. El poder, ejercido por un gobierno de la derecha o de la izquierda, en nombre del pueblo o en el de un sistema, no dará al hombre ni siquiera su seguridad física. Sin comprender el verdadero sentido de la existencia, el limitarse a organizar la sociedad conforme a algún modelo en particular, es cultivar el conflicto, la confusión, la desdicha. Fomentar meramente la revolución, llevar a la práctica un determinado sistema de pensamiento, es ser por completo indiferente a la lucha y al infortunio del hombre.

¿No debemos, acaso, considerar el proceso humano total, y no tomar un problema y tratar de resolverlo separadamente? Este proceso es más bien psicológico antes que una mera lucha material. Los conflictos y la confusión ocultos, oscurecerán siempre la existencia externa, y sin comprender los problemas internos, el mero regular los acontecimientos externos es tarea de personas irreflexivas; y el reformador y el político están comprometidos en esta actividad superficial. Tal actividad engendra más conflicto, más confusión, más desdicha, que es exactamente lo que está ocurriendo en la actualidad. Sin comprender la relación de un ser humano con otro, no habrá felicidad para el hombre en ningún sistema, en ninguna reforma inmediata La correcta relación entre los seres humanos no puede originarse en la mera legislación, en los meros controles sociales; sólo es posible cuando nos comprendemos a nosotros mismos, porque lo que es usted, eso es el mundo; su problema es el problema del mundo. Usted no puede aportar orden y paz al mundo sin generar, mediante el conocimiento propio, orden y paz dentro de si mismo, Debe comenzar consigo mismo y no con una sociedad que usted ha creado. Su relación con otro es la saciedad, y según sean sus pensamientos y acciones personales, origina usted desdicha o felicidad en el mundo.

Pregunta:. ¿No estamos moldeados por las circunstancias ? ¿No somos las criaturas de nuestros sentidos?

KRISHNAMURTI: Las implicaciones en esta pregunta son profundas y debemos considerarlas cuidadosamente. Estamos moldeados por las circunstancias, pero la vida tiene, por cierto, un significado mayor que el de los meros valores sensorios. El descubrimiento de lo que está más allá de estos valores, reside en el conocimiento propio. Sin conocimiento propio, todo conocimiento nos conduce a la desdicha y a la ilusión. Sin conocimiento propio, no hay base para el recto pensar y la recta acción; sin conocimiento propio, la vida es contradicción y desesperanza.

Existe la idea de que la materia está en movimiento por sí misma, y la otra formulación es que Dios — o la idea de Dios— se mueve por encima de la materia. Lo uno se supone que es materialista, y lo otro es lo asi llamado religioso. La formulación materialista implica el control del medio como recurso para moldear, controlar al individuo, y así éste no es importante en si mismo. Por lo tanto, las circunstancias, la influencia ambiental, el conocimiento externo y el científico se tornan sumamente importantes. Es un concepto basado esencialmente en los valores sensorios. La formulación religiosa deja margen a un valor absoluto: el individuo es sagrado, un ñn en si mismo, no una mera herramienta en manos del Estado y demás. El materialista, el izquierdista extremo, dice que el valor absoluto no existe, que el hombre es tan sólo el producto de los sentidos y de la influencia ambiental, y que cambia sus valores conforme a las exigencias sensorias. Asi, adquieren importancia extrema el control del medio, de la materia, del individuo, quien es moldeado de acuerdo con un sistema y obligado a ajustarse a un patrón de pensamiento para que funcione eficientemente en una sociedad mecánica. Si usted desea comprender, no tome partido ni esté a la defensiva; la comprensión adviene con la libertad y no con una inteligencia influida por los prejuicios.

Para la persona así llamada religiosa, es sumamente importante el individuo, porque éste lia sido creado a imagen do la idea de Dios; en el individuo existe, pues, el valor absoluto, el cual se traduce de múltiples maneras; él es una entidad espiritual, moldea su propia finalidad y, por lo tanto, utiliza el medio para ese propósito; en consecuencia, el medio no tiene mucha importancia. No necesitamos ampliar y explicar más el punto de vista religioso.

Ambas formulaciones son teorías, creencias; ambas tienen sus libros sagrados, sus organizaciones propagandísticas, sus altos sacerdotes, su autoridad central, sus dogmas y disciplinas que las atan, su esperanza en el futuro y en el modo de realizarlo, y así sucesivamente Ambas se aproximan una a la otra en momentos de grave crisis o de desastre económico. Para el religioso, el individuo es sagrado sólo mientras no representa peligro para su Estado o su sistema; cuando eso ocurre, el individuo existe para ser sacrificado a la guerra, para que lo regimenté y controle el Estado, etc.

De modo que el materialista y el religioso abordan ambos el problema con una mente que prejuzga, una mente condicionada por una creencia, por un dogma. Pero, a fin de encontrar la verdad, debemos estar libres de la creencia y del dogma. Obviamente, uno de los hechos es que el hombre es el resultado de influencias ambientales y de sus anhelos sensorios; su relación con el otro, basada en el valor de los sentidos, crea una sociedad de la que usted y yo somos el producto. Cuando uno se llama a sí mismo hindú, cristiano, musulmán, es el producto del medio en que vive. Ustedes están condicionados para creer — y lo hacen — en la existencia o no existencia de Dios. Acuden al templo o a la iglesia conforme a su condicionamiento. Las influencias ambientales, sociales y económicas han moldeado sus mentes. Pero para descubrir si son sólo el resultado del medio, un mero producto de la materia en su movimiento autónomo, o si son algo más, deben penetrar más y más profundamente en el creador de los valores sensorios e ir más allá del pensamiento mismo para encontrar la verdad. El pensamiento sigue siendo el resultado de los sentidos. Uno debe experimentar consigo mismo; tiene que haber percepción alerta, que es conocimiento propio, para descubrir cuán profundamente nuestros pensamientos y sentimientos provienen de los sentidos y qué hay más allá del pensamiento. Si usted acepta aquello que es gratificante, Dios, entonces se asemeja al materialista que lo niega. Porque la aceptación y la negación son ambas obstáculos para aquél que busca la verdad. Vivimos y experimentamos de acuerdo do con nuestro condicionamiento. Pero los que viven conforme a su condicionamiento, o según sus decisiones satisfactorias o arbitrarias, no descubrirán la verdad.

Si uno quiere encontrar la verdad, es obvio que debe empezar con los sentidos; al comprender los valores sensorios, usted penetra en la cuestión de la conciencia. Si avanza más, no verbalmente sino de hecho, descubrirá lo que es. Si aborda un problema desde el punto de vista de su opuesto, no puede comprender la significación del problema. Porque el opuesto es el resultado de su propio opuesto. La creencia o la incredulidad no pueden ser comprendidas si son tratadas como opuestos; entonces son meramente respuestas a un condicionamiento. Cuando el religioso está en oposición al materialista, esta creencia misma engendra conflicto; el materialista, mediante su misma negación, fomenta la creencia. Cuando la izquierda es tratada como un opuesto de la derecha, entonces la izquierda es la continuación de la derecha.

En la comprensión de lo que es, cuando ésta se profundiza más y más, adviene una serenidad no autoinducida. Cuando la mente está quieta por completo, no sólo en sus capas superficiales sino en la totalidad de la conciencia, cuando todo deseo se ha serenado, se manifiesta aquello que es real. La mera aceptación es la negación misma de la verdad.

21 DE DICIEMBRE DE1947



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